“Lo que más impresiona, y no se olvida, es ver en Madrid cientos de ataúdes alineados”
Ricardo Castilla Ruiz | Empleado de servicios funerarios
Ricardo trabaja en los Servicios Funerarios “El Coronao” de Torredonjimeno. Viaja cada semana a Madrid, desde el 21 de marzo, para bajar ataúdes de fallecidos y llevar las urnas con sus cenizas una vez las incineran en el crematorio. No pensó que el virus causaría tanta mortalidad, aunque reconoce que su mujer le advirtió cuando se registraron las primeras víctimas. “Si digo la verdad lo que más impresiona, y no se olvida, es ver cientos de ataúdes alineados, ordenados y preparados en las grandes funerarias de Madrid para ir a los crematorios”, relata mientras la voz casi se le estremece. “Las medidas son muchas, subimos protegidos y creo que vamos muy seguros porque son ellos, los de Madrid, quienes tienen más contacto con los fallecidos. También se te queda dentro el olor a desinfección en todas las instalaciones”, añade. “Hay que hacer este trabajo porque es necesario implicarse. Nos toca a nosotros. Tenemos que hacerlo lo más rápido y eficaz posible. Hay que entender que los familiares se impacientan, están muy afectados y quieren tener las cenizas cuanto antes para terminar su duelo. Suelen esperar ocho o diez días de media”, explica. El riesgo existe, es evidente, y sus consecuencias: “Nosotros no tenemos ningún síntoma y ojalá sigamos así, porque en los servicios que hacemos en Jaén sí que tenemos contacto con los cuerpos. Operamos según el protocolo especial, pero hay más riesgo”. El reconocimiento a su labor, que no siempre llega, se agradece: “Algunos familiares nos dan las gracias hasta llamando varias veces. Notamos que están cansados, muy tristes, e incluso a algunos la rabia que sienten por lo que ha pasado”. ¿Será capaz de olvidar?: “No, nunca, y espero poder contarlo a mis nietos para que comprendan que a veces ocurren cosas que no pensamos que sucederían”.