La Rotonda de Enfermería, la más peligrosa de la capital
Es un punto negro en el que se produjeron veinte accidentes el año pasado

El tráfico es el quebradero de cabeza de muchos jiennenses que utilizan el coche para moverse de un lugar a otro de la capital. De por sí, conducir no es cosa fácil; pero hacerlo en Jaén es todavía más difícil. La peculiar orografía urbana y el aumento del parque de vehículos —con casi 70.000 automóviles censados en la ciudad— hacen que ponerse al volante suponga un sufrimiento al que muchos no terminan de acostumbrarse. No en vano, la última Memoria de la Policía Local de Jaén pone de manifiesto la existencia de 42 puntos negros, es decir, tramos de cien metros en los que se han contabilizado tres o más accidentes en un año. El informe también desvela un dato más que curioso: la zona más conflictiva de la ciudad está en la llamada rotonda de enfermería, donde se contabilizaron 20 percances de tráfico a lo largo de 2015.
Esta glorieta, construida durante las obras del sistema tranviario, se ha convertido en una trampa para los conductores jiennenses. Y es que, año tras años, desde que se abrió al tráfico, ha ocupado puestos en el dudoso podium de las zonas más peligrosas de la capital a la hora de ponerse al volante. En 2012, la Policía Local contabilizó allí la friolera de 44 siniestros. A pesar de que esa cifra se ha ido reduciendo y ha quedado reducida a la mitad, esa rotonda sigue siendo “una “ratonera”, un lugar en la que hay que extremar la precaución cuando se va a los mandos de un coche.
La pregunta es por qué. Agentes con muchos años de servicio vistiendo el uniforme no tienen una respuesta única a la cuestión, sino que, más bien, achacan el alto índice de siniestralidad a un cúmulo de factores. Hablan de que la glorieta de Enfermería es un nudo fundamental de la red de la capital —une la ciudad con el Polígono, la Universidad y la zona de Expansión Norte—. Como tal, soporta una alta intensidad de vehículos. La ecuación es sencilla: a más coches, más accidentes.
Sin embargo, no es el único motivo por el que se explica que se haya convertido en un histórico punto negro. La otra es la peligrosidad intrínseca de las rotondas, que producen el efecto “cuello de botella” y complican la circulación. No en vano, las otras dos zonas más conflictivas de la capital, a lo largo del año 2015, también son glorietas. En concreto, en la de Blas Infante, en la intersección entre la Avenida de Andalucía y la Avenida de Arjona, se contabilizaron 14 accidentes, uno más que en el año 2014. Y en la rotonda que une la Avenida de Granada con la Ronda Sur, la Policía Local tiene constancia de otros seis siniestros.
En los 42 puntos negros detectados por los agentes del Grupo de Atestados, se contabilizaron 179 accidentes. La cifra supone casi el 13,5 por ciento del total de siniestros registrados en la capital. Durante el pasado ejercicio, los agentes confeccionaron 1.341 atestados por accidente de tráfico, lo que supone una ligerísima subida con respecto al año 2014, cuando se contabilizaron 1.339 percances. Aunque sea por muy poco, se quiebra la tendencia a la baja que comenzó en 2011. Aquel año, se cerró con 1.571 siniestros. Desde entonces, ese dato no había hecho más que disminuir.
El aspecto más positivo, sin embargo, es la considerable reducción del número de víctimas: se ha pasado de 510 a 471. Y, además, ninguna persona perdió la vida en un accidente de circulación registrado en el casco urbano de la capital jiennense. Hay que recordar que, en 2014, se contabilizaron cinco fallecidos, de los que dos eran peatones. Otro aspecto destacable es el descenso de los atropellos. La Memoria de la Policía Local refleja que fueron arrollados 58 peatones el pasado año, frente a los 64 del ejercicio anterior.
Y como curiosidades, el peor mes del año en lo referente a siniestralidad vial fue junio, con 131 percances —el 10 por ciento del total— y el menos malo es agosto, con solo 69. El día más proclive para sufrir un accidente es el viernes; y la franja horaria, entre las dos y las tres de la tarde.