La Policía frustra una nueva intentona de “tomar” la plaza

Los agentes “fichan” a los asistentes y perimetran el lugar en el que se trabaja

12 jul 2018 / 08:15 H.

El objetivo de los promotores de la protesta que se convocó anoche, en la Plaza Deán Mazas, es que como en el barrio del Gamonal, de Burgos, o en Murcia, los ciudadanos frenen un proyecto urbanístico que no es reclamado por la población”. La acción es sencilla, aunque se topó con la intervención de la Policía Local, en defensa de los intereses del Gobierno local y la empresa que acomete la reforma. No pudieron, como anunciaron, “permanecer el mayor tiempo posible” hasta que, al menos, se reconsidere la reforma. ¿Quién lo propuso? Se movió a través de Acción Conjunta por el Patrimonio, un grupo de Facebook con 8.400 inscritos, y otras redes sociales, tal y como explicó Alicia, historiadora del Arte, que es una de las que, para cumplir la promesa de “acampar” en Deán Mazas, estaba dispuesta a usar la esterilla y el saco de dormir sobre las baldosas. De esta forma, aunque con “respeto absoluto” a los obreros, se pretendía detener los trabajos y que dieran la cara los responsables municipales, promotores de la reforma. “Visto que las obras se desarrollan a una velocidad nunca vista, hay que moverse para que no sigan por donde van, evitar que lleguen a un punto de no retorno”, argumentaba otro de los convocantes.

“Que vengan todos los agentes que quieran, ellos verán lo que les interesa a diez meses de las elecciones municipales”, razonó. Y llegaron, sobre las once menos veinte de la noche, policías locales, con el apoyo de funcionarios de la Comisaría, se personaron en la zona y comenzaron a desalojar a los ciudadanos que había en el interior de Deán Mazas. Según testigos, los identificaron “con la idea de sancionarlos”. La protesta comenzó, sobre las ocho de la tarde, cuando la valla metálica que cierra la plaza, en lugar de tirarse, se levantó de sus soportes de cementó, para dejar el camino libre. Para evitar que se repita ese comportamiento, la tela metálica se perimetró con cinta policial para que, de esta forma, aquellos que violen la señalización incurran en un delito. En su momento álgido, hubo unos cincuenta vecinos, entre ellos representantes de Jaén en Común y Podemos, que corearon el grito de “esta plaza no se toca” y escucharon poesías y argumentos como que la Delegación de Cultura de la Junta tiene en su mano paralizar la obra, al no existir un proyecto previo de intervención en este enclave, que tiene las máximas cautelas urbanísticas por estar en un entorno protegido. Una representante del movimiento Feministas 8M Jaén leyó un manifiesto de rechazo a la reforma, que considera “un ejemplo del dañino desarrollo urbano, que prima lo productivo frente al bienestar de las personas y en el que los espacios públicos de la ciudad son pensados para generar flujos de movimiento y económicos en detrimento de su carácter comunitario”. “Reproducen los valores de una sociedad patriarcal, ligados a una sociedad capitalista que prima el beneficio y el negocio por encima de la vida de las personas”, dijo.

Los convocantes creen que, como mínimo, se tendría que respetar el arbolado y la solería, que es tan característica de Jaén, debería ser restaurada, no eliminada. “No se puede sustituir por granito negro, en una ciudad tan calurosa donde hay muchísimos días de sol y, encima eliminar las sombras”, argumentó la experta en arte.