La Policía analiza el coche en el que llevaron el cadáver hasta el olivar

El cuerpo es trasladado a Madrid para la realización de una autopsia “exhaustiva”

12 jul 2019 / 12:00 H.

La Policía está convencida de que Miguel Ángel López Restrepo murió en el piso de Peñamefécit que compartía con el colombiano Stiven B. A., de 28 años, y el dominicano Álex J. E., de 29. Los investigadores también tienen “muy claro” que en el domicilio también se encontraban otras tres personas más aquella fatídica noche del 14 de octubre de 2018. Se trata de los colombianos Sebastián G. P., Míchel M. C. y Héctor Fabián V. E. Los cinco pertenecían al mismo círculo de amistades y todos están en los calabozos de la Comisaría de Jaén por su supuesta relación con la desaparición y posterior muerte de Miguel Ángel, cuyo cadáver fue encontrado el pasado miércoles, enterrado en un olivar del Puente Tablas. Lo que con exactitud pasara en esa vivienda solo lo saben ellos, aunque la Policía sospecha que pudo producirse una pelea en el transcurso de una fiesta celebrada aquella tarde de hace nueve meses en el piso de Peñamefécit. Esa reyerta acabó con Miguel Ángel muerto. Después, trasladaron su cadáver hasta las afueras de la capital y lo sepultaron a un metro de profundidad.

La llamada operación “Humo” desembocó con el hallazgo de los restos mortales y con la detención de los cinco suramericanos. No obstante, la investigación no está ni mucho menos terminada. Los agentes de la UDEV se centraron ayer, fundamentalmente, en el coche en el que, al parecer, fue trasladado el cuerpo: “Fue en las 24 horas posteriores”, dicen en la Comisaría. Ese vehículo, que pertenece a Sebastián G. P., fue inspeccionado por la Policía Científica en busca de alguna prueba en forma de vestigio biológico.

De forma paralela, ayer por la tarde se les tomó declaración a los cinco detenidos, acompañados de sus respectivos abogados. Las fuentes consultadas explican que todos se acogieron a su derecho a guardar silencio. Hoy está previsto que pasen a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén, que está en funciones de guardia durante este semana. El magistrado Miguel Sánchez-Gasca será el encargado de interrogarlos, ya con el atestado policial en la mano. Es probable que los sospechosos sí que ofrezcan una versión de los hechos ante su señoría.

Lo que no tendrá el juez todavía son los resultados de la autopsia. El cadáver de Miguel Ángel fue trasladado a Madrid donde se le realizará una inspección más “exhaustiva” y con medios más avanzados. Hay que recordar que los restos llevaban nueve meses enterrados.

Desde el primer minuto, la Policía tuvo en su punto de mira a los dos compañeros de piso de Miguel Ángel. A los investigadores les resultó muy raro que no comunicaran de forma inmediata la ausencia, que dijeran que no había vuelto al domicilio tras ir a la feria en la noche del sábado 13 de octubre y que dieran evasivas y respuestas ambiguas cuando les pidieron explicaciones. Ambos se convirtieron en los sospechosos principales. Además, los dos se marcharon de Jaén poco tiempo después de que se produjera la desaparición. Álex J. E., el dominicano, se fue a Córdoba. Allí fue detenido ayer, mientras se encontraba con un familiar. Stiven B. A. comenzó a residir en Fuengirola, aunque por motivos laborales se instaló después en Madrid, donde fue arrestado. Estuvieron vigilados y controlados en todo momento por la Policía.

Con los dos sospechosos principales ya centrados, la investigación fue avanzando. La UDEV tuvo conocimiento de la fiesta del domingo por la noche en el piso de Peñamefécit y de que en esa celebración estuvo Miguel Ángel López Restrepo. Otra “mentira” más en el debe de sus compañeros de piso, que siempre dijeron que no había regresado al piso. El siguiente paso fue saber qué más personas estuvieron allí. El círculo se fue estrechando y el puzle estaba prácticamente terminado. No obstante, faltaba la pieza principal: la localización del cuerpo. Sin el cadáver era difícil practicar las detenciones de los implicados. Nueve meses después, el trabajo policial dio sus frutos con el hallazgo de los restos de Miguel Ángel enterrados en un olivar del Puente Tablas.

Claves para entender la labor de la policía

caso complejo desde el inicio

La denuncia llegó un mes tarde

La familia de Miguel Ángel no denunció la desaparición hasta el 13 de noviembre, un mes después de la desaparición. Esta tardanza hizo que el caso se complicara desde el primer momento. Eso sí, también permitió a los investigadores centrarse en sus compañeros de piso.

Antecedentes por homicidio

Álex J. E., el dominicano que compartía domicilio con Miguel Ángel López Restrepo en el piso de la calle Málaga, de Peñamefécit, cuenta con un antecedente por homicidio en grado de tentativa. Según confirman fuentes policiales, el hombre, de 29 años, fue detenido hace varios años en Madrid tras verse involucrado en un atraco, que acabó con una persona gravemente herida. Al parecer, cumplió condena por ello, aunque este extremo no está confirmado. En las bases de datos policiales solo figura la detención por delitos de robo con violencia y homicidio en grado de tentativa.

Álex J. E. es el único de los cinco implicados que no es de nacionalidad colombiana. Era él que tenía alquilada la vivienda de Peñamefécit y el que realquilaba habitaciones a otras personas. Entre ellas estaba Miguel Ángel López. La víctima y los cinco sospechosos pertenecían al mismo grupo de amistades: “Gentes a las que no les gusta la Policía”, definió el inspector Ruiz Piote, el policía que ha estado al frente de una investigación que se ha llevado muchísimas horas de trabajo por la complejidad del caso.

Claves para entender la labor de la policía

La fiesta que acabó mal

Las pesquisas dan fruto

Los agentes interrogaron a decenas de personas vinculadas al círculo de amistades de la víctima y de los sospechosos. Fue así como conocieron la celebración de la fiesta en el piso de Peñamefécit, a la que acudió Miguel Ángel. La contradicción con lo declarado por los compañeros era evidente.