La nueva Comisaría, un cuento que nunca termina

El proyecto no avanza un año después de que el Gobierno retomara la idea

10 ene 2018 / 08:59 H.

Hace ahora casi un año, el Gobierno de la Nación desempolvaba el proyecto de construcción de una nueva Comisaría de la Policía Nacional. Fue el actual secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, el que anunciaba la “buena nueva” en una de sus visitas a la capital. Fue en marzo de 2017 cuando confirmó que la iniciativa se retomaba. Incluso, afirmó que ya había mantenido contactos con el Ayuntamiento para determinar los terrenos en los que se levantaría esta infraestructura demandada desde hace décadas. Desde entonces, el proyecto de la nueva Comisaría sigue durmiendo el sueño de los justos.

“Se están viendo varias posibilidades, pero todavía no hay nada cerrado”, dicen fuentes de la Subdelegación del Gobierno de Jaén cuando se les pregunta por la iniciativa y sobre si ya hay algún terreno designado sobre la mesa.

Mientras tanto, la Policía nacional “maltrabaja” en las actuales dependencias, un antiguo caserón de la calle Arquitecto Berges que se ha quedado pequeño y que, a todas luces, es obsoleto. Todos los comisarios que han ocupado la jefatura provincial en lo que va de siglo —Federico Cabello de Alba, Justo Aguilera, Francisco Gil Montero, Daniel Salgado y Jesús Herranz— han reclamado una nueva Comisaría. Sin embargo, esa futura sede es el cuento de nunca acabar, con varios proyectos que se han guardado en el cajón de las cosas sin hacer.

Ideas hubo muchas. Sin embargo, la que más recorrido tuvo comenzó en el verano de 2007. El Ayuntamiento de Jaén, con el PSOE al frente, puso sobre la mesa el traslado de la actual Comisaría al solar del antiguo instituto Santa Teresa, cerca de las oficinas de la Dirección General de Tráfico. La entonces alcaldesa, Carmen Peñalver, llegó a viajar a Madrid para firmar un protocolo con el Ministerio de Interior.

El proyecto caminó a paso de tortuga, sobre todo porque se encontró con una feroz oposición de los sindicatos policiales. No obstante, en 2009, un arquitecto de la Dirección General llegó a visitar la parcela del antiguo centro educativo. Emitió un informe “desfavorable”, lo que, unido a que la crisis económica se asomaba ya en España, hizo que esa opción quedara “congelada”, en palabras del entonces subdelegado del Gobierno, el socialista Fernando Calahorro. “La nueva Comisaría se va a hacer sí o sí”, anunció en octubre de 2010. Lo que no avanzó es ni el lugar elegido para levantar las nuevas dependencias ni la fecha en la que se producirá el traslado.

No fue hasta 2013 cuando el anterior subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, volvió a hablar del proyecto, que estuvo tres años hibernando. Dijo que el cuartel de la Policía se iba a construir en Expansión Norte y que tenía la parcela comprometida con el Ayuntamiento. Fue otro brindis al sol del que nada más se supo. Mientras tanto, arreciaba el clamor de los sindicatos policiales, que veían cómo la actual Comisaría se deteriora a diario. De hecho, hubo que hacerle unas obras de urgencia en 2016. Un “lavado de cara” que no subsanó muchas de las deficiencias que presenta el viejo caserón de Arquitecto Berges.

El último que desempolvó el proyecto fue José Antonio Nieto, actual secretario de Estado de Seguridad. Fue en marzo de 2017 cuando dijo que había contactos con el Ayuntamiento para determinar los terrenos en los que construir la nueva infraestructura. El alcalde, Javier Márquez, señaló que los suelos dotacionales disponibles se encuentran fundamentalmente en la zona norte, en el Bulevar o en la carretera de Granada. De esa promesa hace ahora un año. Ayer, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, aseguró que 2018 será “decisivo para avanzar en la mejora de las infraestructuras” de la Policía. Eso sí, supeditó cualquier iniciativa a la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Además del sitio para la nueva comisaría, también hay que poner el dinero para hacerla. Eso será otro capítulo del cuento que nunca se termina.