La necesidad en Jaén crece un 30%

El Banco de Alimentos registra un aumento de la demanda por la pandemia

05 jun 2020 / 12:38 H.

El reloj apenas marcaba las nueve de la mañana cuando el portón azul de la Fundación Banco de Alimentos se abría para que el equipo de voluntarios se pusiera manos a la obra. La de ayer fue una jornada singular, puesto que desde primera hora ya había muchas cosas por hacer. El avisador acústico de los camiones cuando van marcha atrás, el motor de los montacargas y los estruendos que provocaban los palés de madera cargados de comida al ser descargados se convirtieron en el escenario auditivo predominante.

Bien temprano recibieron, tal y como comentó Rafael Asensio, uno de los voluntarios, cinco camiones cargados con productos procedentes de la ayuda del Fondo Social Europeo (FSE), una de las fuentes —quizás la principal— de la Fundación Banco de Alimentos. Al filo de la una del mediodía, una furgoneta de Cáritas se apostaba a la entrada de la nave, situada en el Polígono de Los Olivares, a la espera de que Asensio y otro de los voluntarios, José Fernández, cargaran un palé con alimentos de primera necesidad.

El motivo de tanto trasiego no es otro que el aumento del volumen de trabajo y así lo explica el presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Jaén, Francisco Luque. “Tenemos un 30% más de solicitudes que habitualmente. De media, el número de personas que atendemos está entre las 20.000 y las 23.000, pero en esta ocasión vamos ya por 30.000”, indica Luque acerca de un crecimiento de la necesidad en la provincia provocado fundamentalmente por la crisis de la covid-19 y que ha castigado especialmente a Linares. “Es el municipio número uno de la provincia. Allí trabajamos con 18 entidades, tenemos una delegación del Banco de Alimentos para que nos facilite el reparto y evitarles, además, gastos de desplazamiento”, asegura el presidente de la fundación en la provincia, que realmente pone de relieve una necesidad, la que se vive en Linares, que es “significativamente la que más ha crecido” desde que se decretó el estado de alarma. “Por poner un ejemplo, hay una de las parroquias que atiende ahora a 130 personas más cuando, normalmente, ya prestaba servicio a unas 300”, comenta.

No obstante, la Fundación Banco de Alimentos funciona a pleno rendimiento para tender la mano allí donde haya necesidad.

Desde que se decretó el estado de alarma por la emergencia sanitaria no han dejado de trabajar. “Tuvimos la suerte de que acabábamos de recibir los alimentos del FSE y esto permitió que la primera semana forzáramos el reparto para que todas las entidades benéficas que dependen de nosotros dispusieran de alimentos y comenzaran a hacer su propio reparto”, indica Luque sobre lo que fue un “esfuerzo añadido” que terminó por ayudarles mucho, ya que hicieron en prácticamente diez días algo que suelen hacer en un mes.

Sí es cierto, como reconoce el presidente de la fundación, que el Banco de Alimentos estuvo cerrado al público por dos motivos fundamentales. En primer lugar, porque gran parte de los voluntarios que prestan sus manos era personal de riesgo y, la segunda, porque las propias entidades beneficiarias tuvieron algunos problemas con sus voluntarios para realizar los repartos por exactamente esa razón.

Sin embargo, Luque afirma que, incluso durante los momentos más duros del estado de alarma, han estado en contacto con todas las entidades. “Montamos un equipo de teletrabajo de manera que los patronos del Banco de Alimentos estuviéramos en contacto con cada una de las entidades para conocer qué modificaciones tenían en cuanto a posibles aumentos de la necesidad”, puntualiza Luque.

Las instalaciones del Banco de Alimentos cerraron “por prudencia”. “Aún así hemos atendido las demandas que había, por lo que en la práctica no hemos cerrado”, afirma el presidente, que explica que trabajaron los voluntarios precisos para cubrir las necesidades.

En este sentido, Luque agradece a todas las entidades colaboradoras con la Fundación Banco de Alimentos, que principalmente recibe ayudas del FSE, de la Junta de Andalucía, de los diferentes convenios que firman con otros colectivos y de las propias campañas de recogida que organizan en los establecimientos de la provincia.