La gran familia

En situaciones de crisis es donde puede ponerse en valor la aportación de cada miembro de la familia para conseguir superarla con éxito. El rol de cada miembro, las interrelaciones que se producen, el modelo comunicacional que tienen..., en fin, la contribución de cada cual para que la familia salga adelante. Y concretamente, estudios que ya están propuestos, tratarán de aportar luz a lo que realmente la sociedad española en general, aporta para el buen funcionamiento colectivo; es decir, para la familia social que representa. Pero el análisis de estos datos será más a medio plazo cuando estén los resultados disponibles. De momento, lo que sí se puede aseverar es la cooperación directa y efectiva entre los diferentes colectivos que conforman las relaciones “micro”, cuando por ejemplo alguien del vecindario hace la compra a los mayores que no pueden salir de casa. Eso forma parte representativa del modelo relacional social español. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando este modelo quiere entrar a formar parte de otra familia que si bien no es la suya, podría serlo porque comparte lazos, vínculos con algunos de sus miembros y entre ellos quieren adherirse para conformar una familia aún mayor? Que todos y todas sus miembros trabajan por desarrollar una identidad común de familia y, entre otras cuestiones, establecen unas mismas reglas nuevas de “supra-funcionamiento”, tanto a nivel implícito como a nivel explícito, con las que poder comprender a la familia y sus necesidades; y cómo intervenir sobre ella cuando también pueda haber crisis no solo individuales sino también, comunitarias o de grupo. Hasta aquí, todo bien. Por lo tanto, ¿qué ocurre en este momento que se requiere atención a la salud de los miembros de la familia? Problema: reglas de orden superior asentadas sobre la tradicional jerarquía de regulación de los vínculos, que impiden ver dónde están las debilidades que dificultan que la familia regule sus relaciones. Solución: plantear un plan de actuación que derive hacia otro modelo de familia más democrático en el que se compartan valores firmes más allá del financiero.