La Buena y solemne Muerte

La Banda de Guerra de la Legión ceutí acompañó a
la imagen titular durante su itinerario

29 mar 2018 / 08:30 H.

El sol había bañado durante todo el día la Plaza de Santa María, y para cuando los primeros devotos aparecieron a los pies de la Catedral, se respiraba un agradable aire primaveral, tan anhelado por los jiennenses para su Miércoles Santo. Los reunidos parecían respirar al unísono mientras esperaban la apertura de las puertas del templo. “Nosotros llevamos aquí desde las cinco y media, cuando todavía picaba el sol, pero aguantaremos lo que haga falta”, comentó Estefanía de la Torre, una de las asistentes a la salida de la hermandad. Tanto su tío como su primo son cofrades, pero ellos no son la única razón por la que se juntó con sus amigos en pleno centro de la capital. “Lo hacemos todos los años”, dijo y señaló a las doce personas que le acompañaban, bien pertrechadas para esperar “sin pasar hambre”. Desde La Glorieta, el Polígono de El Valle, La Magdalena o La Alcantarilla, un grupo de amigos que comparte un sentimiento ante la aparición del Cristo de la Buena Muerte. “Se ponen los pelos como escarpias, siempre ocurre lo mismo”, aportó De la Torre mientras sus amigos daban la razón a sus palabras, con ilusión en la mirada, a la espera de la salida de su Cristo.

De repente, el retumbar de los tambores rompió la sutil algarabía que reinaba en la plaza. La Banda de Guerra de la Legión de Ceuta —Tercio Duque de Alba— se posicionaba frente a la Catedral, en un colorido y sonoro avance que atrajo las miradas de los asistentes. Es innegable que la visita de la Legión es uno de los grandes atractivos de la procesión de la Buena Muerte, que acompañan a la imagen titular en una tradición que recuperó la hermandad en el año 2016.

La apertura de la puerta del Perdón de la Catedral fue puntual. A las siete de la tarde la cruz de guía atravesaba la entrada y se aproximó a la Plaza de Santa María, más llena de público en la calle Campanas, por donde avanzarían los pasos. El primero en unirse a los jiennenses y pisar las calles fue el Cristo de la Buena Muerte, recibido con vítores de emoción y el himno de la Legión, “El novio de la muerte”. El alcalde de Jaén, Javier Márquez, y el obispo, Amadeo Rodríguez, estaban al frente de la procesión. Los ciento veinte anderos —costaleros de la hermandad— portaron la imagen con tesón y, tras finalizar la canción, se adentraron hacia las calles de la ciudad, en el inicio de una procesión de unas cuatro horas.

El siguiente en cruzar las puertas de la Catedral, de la única cofradía que sale de este templo jiennense, fue el paso del Misterio, el Cristo Descendido de la Cruz. Otros ciento veinte anderos que llevaban la talla no tenían nada que envidiar a la gallardía del resto de miembros de la cofradía que recorrían ya la ciudad con el Cristo de la Buena Muerte sobre un hombro. La Agrupación Musical Virgen de las Angustias, de Alcalá la Real, fue la encargada de poner melodía al lento caminar del Descendido.

La Virgen fue la última en salir, pero no por ello menos esperada. Un centenar de mantillas se adelantó a su avance y siguió tras los pasos de su Hijo. Aproximadamente a la hora del inicio de la Estación de Penitencia, Nuestra Señora de las Angustias se unía al cortejo procesional, con sus ochenta y cuatro anderos.

La Buena Muerte guió a los jiennenses durante el anochecer, en un encuentro muy esperado para los devotos, sobre todo por su sobrecogedor encierro, cuando los tres pasos se juntaron en la Plaza de Santa María y, con las luces de la ciudad apagadas, se despidieron de su pueblo hasta el Miércoles Santo de 2019.

Medalla de la Virgen de las Angustias
idcon=13246673;order=13

Diario JAÉN acompañó a los devotos de la Cofradía de la Buena Muerte y a los asistentes a su procesión que se agolpaban en la Plaza de Santa María a la espera de la salida de sus pasos. Los jiennenses tuvieron la oportunidad de hacerse con su medalla de la Virgen de las Angustias en el mismo lugar donde esta iniciaba su recorrido. Muchas familias se aproximaron y adquirieron su edición junto con la medalla.