Jaén y sus tres fantasmas, el pasado, el presente y el futuro

01 abr 2019 / 12:08 H.

Normalmente suelo viajar hacia el Sur para ver a gente de Jaén, pero si Mahoma no va la montaña... Jaén se vino para Madrid, al menos una parte pequeñita. Integrada en algo más grande, “la España vaciada”, la marcha convocada por provincias que sin pasado ni presente, reclaman un futuro. El metro normalmente es una reunión de soledades que se acompañan a la rutina diaria, pero que otras, es una grillera. Esta mañana de domingo no es distinta y suena una guitarra de fondo. Llama la atención que reivindica para su tierra y no pide limosna. Me suena cercano lo que dice y ya, escuchando atentamente, atisbo de oído a un paisano: “soy de Pozo Alcón, tierra de olivares y una sierra que esconde un tesoro entre pinares.” Un anciano está de acuerdo con él y pronto trata de hacerse con el protagonismo del improvisado cantante, hablándole acerca de los malos que son estos nuevos políticos, y lo mucho que él haría si tuviera el poder: un cuñado de tantos. Esto dura hasta que intercambian sus nombres: “Juanma Bandolero” uno, Luis el otro. Diez segundos después, Luis está de nuevo sentado, refunfuñando y con el interés perdido en su antiguo amigo. Estaba claro desde el principio.

La cita de la “España vaciada” es en la plaza de Colón. Me cuesta trabajo encontrar a los jiennenses, y es que, como en todo, somos la mayor de las pequeñas; mientras los sorianos y turolenses llenaban el Paseo de Recoletos, de Jaén, y siendo muy generoso, apenas conté 50. “Hay más detrás”, me dijeron cuando pregunté. Tras Soria y Teruel, marchaba Jaén, delante de Guadalajara. Pero empecemos con los problemas: “Jaén Merece Más”. Y es que mientras “Soria Ya”, exige; “Teruel Existe”, es un canto vitalista; y, “La Otra Guadalajara”, reivindica, nosotros, suplicamos. Esperad, vuelvo sobre ello; mientras los demás se plantan ante el sistema y le dicen que ya basta, nosotros ponemos los ojitos del gatito de Shrek y decimos, con la boca pequeña por supuesto, que en nuestra humilde opinión y solo por si a alguien le interesa, creemos que merecemos más. Pues muy mal empezamos. ¿Quién no merece más? Fijaos que Hitler, Franco o Abascal, son de la misma opinión.

Amigos míos, jaeneros que también están aquí, ni tan si quiera se plantearon el venir: indiferencia, pereza, conformismo, insolidaridad, o resacas varias, forman parte del surtido repertorio de excusas que he podido escuchar antes, durante y después. Hay muchísimas organizaciones, nombradas todas rigurosamente, fuera alguna a sentirse menospreciada o ninguneada, y, sin embargo, cada cual había venido a hablar de su libro. “Oye, ¿por qué hay gente con fotos de su pueblo?”. “¿Qué quieren los del Movimiento de Jóvenes Rurales Cristiano de España?”. “¿Y la Plataforma de Subcontratas por el Futuro de la Comarca de la Sierra Arcos?”. Me suena a “vaya usted a la ventanilla 9, del edificio J-2, porque yo solo sé indicarle donde está el baño de señoras”. Así no hay manera. De verdad que no. Cualquiera que ponga la televisión a ver lo que pasa, pensara que el pueblo en el que creció también está vacío, y que él también tiene sus problemas y, luego, probablemente, ponga el Madrid a ver cómo va. Jaén, por primera vez, siéntete protagonista de tu historia, como Dickens hiciera con el señor Scrooge en su cuento navideño, has recibido tres visitas: el fantasma del pasado, las elecciones andaluzas, volvió a despertar a las águilas fascistas, que no son muchas, pero sí ruidosas y malvadas; el fantasma del presente, tu propio reflejo hoy misma, apática y triste frente a los problemas, si España está vaciada, Jaén, tú estás vacía a secas; y el fantasma del futuro, lo que será de ti si no espabilas, esa Soria en potencia, esa Teruel de la que se presume en campañas publicitarias de no saber ni situar en el mapa. Jaén: fascismo, apatía, desesperación. Es tu momento de aprender, de apretar los puños y decir, que, “Jaén Se Levanta Brava”, que “Jaén Lucha” o que “Jaén No Se Conforma”, porque si Jaén sigue mereciendo más, no seremos más que el espejo en el que no querrán mirarse el resto de provincias andaluzas.