Jaén cumple más de dos décadas de compromiso con los saharauis

El rejuvenecimiento de las familias de acogida avala la continuidad del proyecto

30 jul 2018 / 08:11 H.

Linares, Marmolejo, Andújar, Villargordo, Alcalá la Real o Mures. Cualquier rincón de la provincia de Jaén es bueno para que los más de 100 niños que vienen de los campamentos de refugiados del Sáhara disfruten del verano en Jaén. La iniciativa se enmarca en el proyecto “Vacaciones en paz”, que lleva en marcha desde 1995. Es decir, se cumplen más de 20 años desde que los niños vienen a pasar el verano a la provincia, un oasis particular en el que, entre otras cosas, consiguen dejar atrás las temperaturas extremas a las que hacen frente en el Sáhara, que, tal y como indica el presidente de la asociación Amigos del Sáhara Libre, Francisco Gutiérrez, llegan a rozar, en ocasiones, los 60 grados.

Los niños tienen edades que se comprenden entre los 8 y los 12 años. Sin embargo, hay casos en los que, al tener alguna discapacidad, vienen siendo más jóvenes. Eso sí, con la autorización expresa de sus padres. Asimismo, se quedarán hasta primeros de septiembre, fecha en la que regresan, de nuevo, a los campos de refugiados. “Se crea una relación estrecha entre los menores y las familias, ya que estas mantienen el contacto a lo largo de todo el año y, como norma general, suelen acoger al mismo niño el verano siguiente”, señala Gutiérrez, a la vez que pone de manifiesto la situación en la que viven estos niños, pues todos nacieron siendo refugiados. “No conocen otra cosa que no sea vivir en estos campamentos”, lamenta.

Además, en muchas zonas del Sáhara no hay agua corriente y, aunque todos los saharauis están escolarizados, las condiciones en las que se encuentran los centros de enseñanza no son, “ni de lejos”, las más adecuadas para este fin.

Por lo tanto, es de valorar la labor que desarrollan desde las dos asociaciones que trabajan por el pueblo saharaui en Jaén, ya que, durante todo el año, se esfuerzan por conseguir que la calidad de vida tanto de los niños como de todas las personas en general sea cada vez mejor. A este respecto, se encargan de algunos arreglos en los colegios, e incluso envían material escolar para los menores.

Como balance general, son más de 40.000 niños los que viven en el Sáhara, y unos 30.000 los que consiguen salir de allí durante el periodo estival. En este sentido, es importante que las familias que acogen a los menores conozcan la realidad sociopolítica del Sáhara, algo importante para Gutiérrez. “Muchas personas participan en el programa porque lo ven en las redes sociales, pero hacemos una labor de concienciación para que sepan la realidad que viven tanto los niños como los mayores”, dice el presidente de Amigos del Sáhara Libre, a la vez que hace hincapié en que los saharauis “fueron expulsados en 1975 de su territorio”. “Ahora mismo están en un alto el fuego en la guerra con Marruecos”, incide, acerca de una tesitura que relegó a todo el pueblo saharaui a “malvivir” en campos de refugiados “desde hace más de 42 años”. Esto es lo que se trata de dar a conocer a las familias de acogida desde ambas asociaciones, ya que lo creen más que “necesario” para concienciar a la población sobre el problema político que viven los saharauis.

INCLUSIÓN SOCIAL. Cada año son más los niños con cualquier tipo de discapacidad los que están incluidos en “Vacaciones en paz”. Así lo transmite el coordinador del proyecto “Sáhara Sensible”, que pone de relieve la dificultad extra que tienen estos menores para encontrar una familia que quiera acogerlos. “No es que los rechacen por ser discapacitados, sino que se trata de una cuestión que tiene que ver con el miedo que provoca el desconocimiento”, asegura García, al tiempo que pone en valor el aumento de niños con discapacidad que participan en el programa. “El año pasado fueron cinco, de los que tres se fueron a un centro. Sin embargo, en esta ocasión son nueve y todos están con familias de acogida”, dice el responsable, que se alegra por el “rejuvenecimiento” que está experimentando el modelo de familia que decide acoger a los menores durante el verano. “Cada vez vemos que hay gente más joven. Parece que se cumple una etapa y ahora comienza otra. Hay savia nueva entre las familias de acogida”, señala con “orgullo”, sobre un hecho que es muestra de futuro para una iniciativa que cumple más de 20 años en Jaén.

Asimismo, la inclusión toma cada vez más relevancia dentro de “Vacaciones en paz”, y el número de niños con discapacidad que acuden a la provincia de Jaén crece paulatinamente con los años.

Las familias jiennenses se comprometen con los niños del Sáhara y les dan la facilidad de vivir un verano diferente, lejos de la cruda situación que atraviesan en su país de origen. Asimismo, desde las asociaciones organizan actividades, aunque, de manera particular, las familias también hacen viajes a la piscina o a la playa, donde los niños disfrutan del verano. Los ayuntamientos de algunos municipios reciben a los visitantes con regalos, por lo que los saharauis pasan unos meses completos en la provincia de Jaén.

No obstante, algunos menores vienen con carencias en cuanto a higiene y sanidad, por lo que, en muchos casos, se les debe realizar un chequeo médico para comprobar que todo esté en orden. Aún así, estos meses discurren de forma tranquila para unos niños que cambian el Sáhara por Jaén.