Fiestas con imaginación e ilusión

Sorprenden hasta a sus padres cuando suben al escenario y mueven sus cuerpecitos al son de la música. Llevan tiempo preparando sus actuaciones para finalizar el curso y sus profesores se esmeran en extraer lo mejor de cada alumno. Su arte para recitar, para cantar, para caracterizar a un personaje o para echarle morro y marcarse un baile con la chica o el chico que siempre tuvo en su mente. Es fin de curso y los colegios celebran sus fiestas a su manera, con la imaginación como principal ingrediente. Felices despedidas al más puro estilo “Grease”, pero con la implicación de toda la comunidad educativa. Y es que no solo los profesores se las ingenian para que el espectáculo sea inolvidable, ya que los progenitores son una pata imprescindible en estos encuentros. Reuniones con propuestas, ensayos, pruebas de vestuario, de sonido, creación de decorados. Horas de dedicación para que la fiesta cierre el curso con un buen sabor de boca para todos. Sin duda, son las jornadas más intensas de los docentes que, al mismo tiempo, deben de dejar listas las evaluaciones de sus alumnos.

Con temáticas multivariadas, las fiestas se convierten en minifestivales en los que cada colegio se trabaja la puesta en escena. En muchos casos, son proyectos finales que continúan con la línea escolar desarrollada durante el curso, como, por ejemplo, en el “Guadalimar”, donde los pequeños de Infantil viajaron al siglo XVII con los personajes más famosos de Cervantes y Shakespeare.

En otros centros, como en el “María Zambrano”, además de las celebraciones de cada grupo, la comunidad se implicó para participar en una caminata benéfica por la Vía Verde del Aceite con el objetivo de ayudar a la ONG “Latiendo con el sur”. Una actividad deportiva y solidaria para cerrar el curso por todo lo alto.

Mientras, en el corazón de la judería, en el colegio Santa Capilla de San Andrés, los escolares se pusieron sus bañadores y estiraron sus toallas sobre el suelo del patio para disfrutar de su particular “playa”. Así, como en años anteriores, los pequeños disfrutaron de una jornada acuática bajo el incipiente sol estival.

Con un escenario digno de cualquier festival veraniego, los menores del “Martín Noguera” representaron sus actuaciones ante la mirada orgullosa y emocionada de sus progenitores. Incluso, para los más pequeños, la diversión continuó en los castillos hinchables donde jugaron sin parar.

Aunque el curso expira y las aulas ya no se llenarán entre julio, agosto y parte de septiembre, los docentes aún tendrán unos días más de trabajo. De hecho, ellos retomarán sus jornadas laborales a partir de septiembre. Por su parte, los padres y madres se las ingenian para que el aburrimiento no se apodere de sus hijos, al tiempo que los apuntan en escuelas de verano, para poder conciliar, al menos, por las mañanas, o en campamentos, para que tomen contacto con otros niños en municipios diferentes. De momento, la ilusión de comenzar las vacaciones de verano ya es sinónimo de descanso, juego, piscina, playa, familia, aunque también algo de repaso.

nuevo curso. Con vistas al próximo 2016-2017, y con el proceso de escolarización casi cerrado, las familias de los pequeños que comienzan la temporada en nuevos centros ya saben dónde irán finalmente. Así, entre las novedades para el nuevo curso, destaca la fusión entre los colegios Peñamefécit y Ramón Calatayud, de forma que el centro resultante se ubicará en las instalaciones del segundo, mientras que el edificio del primero será la nueva y anhelada sede de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) Xauen. De esta forma, la escuela se trasladará desde las instalaciones del IES Jabalcuz.