¡Estrella de La Alcantarilla!
La cofradía sale con cuarenta y cinco minutos de retraso y cumple las expectativas de la multitud que la aguarda
Todas las miradas se dirigían al cielo. Eran las cinco de la tarde. Poco menos de media hora faltaba para la hora de salida prevista cuando el hermano mayor de la Estrella, José Antonio Carmona, justo en puerta de la casa de hermandad, posponía la decisión de salir o no a las seis y media de la tarde. Cofrades, músicos y decenas de jiennense agolpados en la Plaza de la Inmaculada Concepción, clamaron, rezaron y se emocionaron ante la eterna mirada de la Estrella hacia su hijo, Nuestro Padre Jesús de la Piedad, que, aunque finalmente con cuarenta y cinco minutos de retraso, brillaron con luz propia por su barrio de La Alcantarilla.
Las lágrimas caían entre los jiennenses, entre los cofrades que frente a la inestabilidad del tiempo, veían peligrar el momento más esperado del año. Las lágrimas se secaban y el consuelo quedaba en el cielo, en esas nubes que poco a poco se despejaban. La impaciencia se convirtió en la protagonista de las primeras horas de la tarde. Todo el mundo preguntaba. En el interior de la Casa de la Hermandad, la junta de gobierno tenía en sus manos una complicada decisión, salir o no. El Huerto ya caminaba por Jaén; La Santa Cena se quedaba en casa. Las callejuelas del barrio de la Alcantarilla y su imposibilidad de taparse ante cualquier chaparrón hacían aún más difícil la decisión. Fuera, la ciudad de Jaén volcada ante los pies de Jesús de la Piedad y la Estrella aguardaban la espera, que finalmente desató los aplausos. También, entre lágrimas, pero esta vez de alegría y de emoción, una emoción que se hizo aún mayor cuando las puertas de la casa de hermandad se abrieron y el pregonero de este año, Antonio Quesada, dirigía las primeras palabras a los cuarenta costaleros de Jesús de la Piedad. “Hermanos costaleros cuando tengáis a Jesús de la Piedad sobre vuestros hombros y os levantéis del suelo, pedidle por vosotros, por vuestras familias. Con fe, que con fe todo se alcanza, y después todo lo que hayáis sentido decírselo a vuestros hijos y a vuestros nietos, para que el día de mañana también puedan sentir el crujir de sus costeros. Dios bendiga a los valientes costaleros”, exclamaba, emocionado, Quesada. Tras la primera levantá, como ya es tradición, el sentimiento cofrade, la emoción impregnó a los cofrades y llegó hasta al cielo cuando entre su lento caminar, despacio, sigilosamente, el Cristo avanzó entre los cantos de varios hermanos, que con voz y guitarra en mano, le dedicaron ese “Te amo”.
Y sonaron las primeras marchas, ese característico “Himno de Andalucía”, enlazado con “El Caminar de una estrella” entonado por la Agrupación Musical de Jesús de la Piedad que acompañó el paso de misterio. La formación, dirigida por Christian Palomino, interpretó otras piezas, como “Costalero Gitano” y “Sagrada Presentación”.
Y ella, la Reina de La Alcantarilla, salió tras él. A buscarlo, a consolar el dolor de sus lágrimas. No fue sola. Estuvo acompañada, por primera vez, con la Agrupación Musical Pedro Morales de Lopera. Y La Estrella brilló como nunca. Con un techo de palio nuevo, la Virgen, precedida de sus hermanos de luz salió reluciente, llevada a costal por las angostas y estrechas calles de su barrio. Su salida fue grande, emotiva fue la fina lluvia de pétalos de flores que le lanzaron las madres dominicas, su recorrido fue intenso y, aunque un poco más corto, se extendió, en un cortejo formado por medio millar de cofrades, hasta el anochecer.
María Santísima de La Estrella lució numerosos estrellas durante este Domingo de Ramos. Entre ellos, el estreno del techo de palio ya en su totalidad. Está diseñado y bordado por José Manuel Martínez Hurtado, en oro fino, aunque el bordado de las bambalinas fue creado en el taller Antonio de Padua Villar Moreno. Un palio que se asemeja al cielo aterciopelado de la noche jiennense iluminado por una Estrella que ahora brilla en un cielo de oro. También estrenó la toca de sobremanto, el tocado de la Virgen, la saya de La Estrella y el borde del manto de la Señora.
Una de las curiosidades del paso de misterio de la Presentación en el Pueblo es que en cada procesión, a los pies de Jesús de la Piedad, se coloca un haz de espigas de trigo, tantas como hermanas dominicas hay en el convento de la Purísima Concepción, lo que simboliza el acompañamiento espiritual de las monjas a la hermandad jiennense.
La Estrella estuvo acompañada, en esta ocasión, tras dos años con la Banda de Música de El Carpio, por la Agrupación Musical Pedro Morales de Lopera. Se trata de una formación musical de reconocido prestigio que en los últimos años ha puestos sus marchas al servicio del paso de Nuestra Señora de las Lágrimas en la tarde del Lunes Santo jiennense, y que además, también ha participado en la procesión de la Cofradía del Rosario.