“Estar aquí es importante para que la gente recoja su periódico y haga sus pequeñas compras”

Regenta desde hace 20 años un kiosco veterano en El Valle, en la Avenida Antonio Pascual Acosta. Esta vendedora de prensa, chucherías y refrescos rebosa buen humor y realismo. Esperó que serenara el primer impacto para actuar. “En un principio, con toda la incertidumbre, que no se sabía por dónde iba a salir el bicho, y con el confinamiento, decidí cerrar y esperar porque no sabíamos lo que había que hacer. Íbamos a ciegas, con miedo en el cuerpo, y me curé en salud”, explica. No tardó en reaccionar. “Abrí a principios de abril, con la cosa ya más clara. Los primeros días estaba muy apagada la cosa, venía poca gente, era lo normal”, precisa. ¿Y después? “Ya se fue animando poco a poco. La gente volvía al trabajo, había más actividad. Venía la clientela habitual a por el periódico, con su bolsa para meterlo. También pasan por aquí los que van a los Puentes. Te ven abierta y se acercan y saludan, pero todavía no es para tirar cohetes. Está mejor, pero hay mucho recelo todavía”, responde. ¿Cumplimos en la calle? “Bueno, hay de todo. La mayoría sí. Sobre todo la gente mayor, aunque algunos jóvenes los ves con la mascarilla colgada en el brazo. Hay que seguir concienciando, porque ves gente muy prudente y a otra muy insensata. Si cumplimos es un bien para todos”, sentencia. “Creo que estar aquí es importante para que la gente venga y recoja su periódico y haga sus pequeñas compras. Remontaremos cuando la gente salga con más tranquilidad. Los niños con sus padres, que siempre nos dan mucha vida, y ahora tienen, lógicamente, un poco recelo”, augura. ¿Y el futuro? “No sé si cambiaremos, pero ojalá podamos hacerlo a mejor. Esto ha sido una locura. Pienso en las muertes, en los que se han ido sin ser despedidos. Se me ponen los pelos de punta”, finaliza.