El “museo” vuelve a impresionar

La procesión oficial sacó su gran patrimonio imaginero a una ciudad repleta

27 mar 2016 / 10:35 H.

La procesión de la hermandad servita de San Juan requiere calma, tiempo. Y es que a la predisposición espiritual recomendable para contemplar cualquier comitiva pasionista se unen, de una parte, la reflexión que genera la escenificación del entierro de Cristo y de otra, la admiración que provoca un patrimonio artístico que, por sí solo, conforma un museo andante la tarde del Viernes Santo jiennense.

Una jornada, por cierto, que destacó, además, por multitudinaria. Hace algunos años que este día dejó de ser el de las aceras y los balcones despoblados, sí. Pero tampoco se caracteriza por las muchedumbres que lo pueblan para ver sus comitivas. Hasta este año. Quizá por la extraña Pasión vivida hasta el Jueves Santo, cuando pudieron tocar calle las dos procesiones previstas, la gente tenía ganas de oler incienso y se volcó con las hermandades funerarias, a las que acompañó por sus itinerarios en multitud.

El Santo Sepulcro, cortejo oficial de 2016, partió desde su templo, en pleno casco antiguo, sobrecogiendo desde el primer minuto. Duelo, rigor, pena. Esos son sus estandartes, y la indiferencia jamás asiste a su comitiva. Parece tópico, pero es que ver salir a esta cofradía por donde sale y como lo hace no puede sino impresionar. Que un paso de misterio como el del Calvario— con tres crucificados soberbios, un no menos magnífico discípulo amado y esa Dolorosa sedente de la casa de Humanes que si se viese más, protagonizaría el cartel de Semana Santa, de hermosa que es— cruce el dintel sin flagelarlo con su tacto es una hazaña, como que lo hagan la urna con el Señor muerto y el paso de palio de la indescriptible Dolorosa. Debajo de esos tronos no van costaleros, sino héroes, y sus fabricanos y contraguías deberían dar conferencias cofrades para explicar, para enseñar cómo se emociona sin tener que pronunciar una perorata de inspiración sevillana para levantar los pasos. Magistral.

Gobiernan la congregación nombres de siempre, históricamente ligados al colectivo servita, y eso se transparenta en la procesión, manifestación pública de fe y, también, de idiosincrasia.

La capital vivió, con El Santo Sepulcro en su asfalto y sus vías peatonales, una sucesión de maravillosas estampas pasionistas inolvidables. Acostumbrado a salir por el ojo de una aguja y volver a su casa por otro, el regreso por el Arco de San Lorenzo no fue posible, en esta ocasión, por problemas horarios. Pero sí procuró fotografías antológicas a esa multitud de quienes, cámara en vano, se mueren por captar instantes así. Si procesión oficial resultó este Viernes Santo, cortejo eterno, esperado, es el año entero.

restaurada la corona de maría

dolorosa. La corona que llevó sobre su bendita cabeza la Virgen de los Dolores durante la procesión es la que usa a diario. Una hermosa y sencilla pieza de finales del XIX que ha sido resaturada y sometida a un proceso de restauración, sufragado por unos cofrades de la congregación servita, dado que presentaba numerosos desperfectos.

procesión oficial esta semana santa

autoridades. La procesión de El Santo Sepulcro contó con la categoría de oficial el Viernes Santo. Por este motivo, la comitiva incluyó la representación de la Corporación Municipal jiennense, encabezada por la teniente de alcalde y concejal de Asuntos Sociales, Reyes Chamorro, y compuesta por otros doce ediles del Ayuntamiento de Jaén.

música de capilla en los tres pasos

acompañamiento. Los tres tronos de la Congregación del Santo Sepulcro llevaron capillas musicales como ilustración musical durante el cortejo penitencial. La presencia de los instrumentos de este género en la comitiva procuró recogimiento y seriedad a una procesión rigurosa y ausente, por su carácter funerario, de “alegría” en sus tronos.

titular de la oficialidad
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acuerdo. Hasta 1993, El Santo Sepulcro y La Soledad alternaban la salida de sus Cristos muertos, costumbre que se remontaba nada menos que a 1619, cuando se firmó una concordia al respecto. Desde la década de los 90 del siglo XX, ambas lo hacen, aunque mantienen el turno en cuanto a la oficialidad del cortejo, que este año recayó en los servitas.