El Infoca declara controlado el fuego de Segura de la Sierra

Las labores de “remate y liquidación” comenzaron en la zona a las 20.10 horas

07 ago 2017 / 10:56 H.

Ahora sí, controlado”. Eran las palabras del Dispositivo para la Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Andalucía sobre las labores para sofocar el incendio forestal en Segura de la Sierra, estabilizado desde el viernes y que esperan declararlo extinguido en los próximos días. “Estamos mucho más tranquilos”, declaran desde el Infoca, que esperaban dar la “buena nueva” a lo largo del día y se hizo pública a 20.10 horas. A partir de ahora toca que los equipos de tierra continúen con la tarea de “remate y liquidación”. El operativo utilizó en la zona para apagar los últimos “puntos calientes” a 91 bomberos forestales, dos agentes de medio ambiente, seis autobombas, una Unidad Médica Incendios Forestales, dos técnicos de operaciones, la Unidad Móvil de Meteorología y Transmisiones y un medio aéreo. Las previsiones “son muy positivas”.

Por el momento, la normalidad se instala en Segura de la Sierra. La gente regresa a su día a día y a los lugares que tuvieron que abandonar precipitadamente por precaución de las llamas cuando no se conocía la extensión del incendio. En el Campin Garrote Gordo, ubicado a veinte kilómetros de donde surgieron las llamas, se encuentra en las profundidades del valle. “Desde aquí no se ve ya nada, el otro día sí que se observaba una columna de humo grande, pero no llegamos a tener el fuego cerca”, declara Pedro Ríos, gerente del camping. Cuenta cómo tras el desalojo algunas personas, al regresar a la zona de acampada, cogieron sus pertenencias y regresaron a casa. Sin embargo, son varios los que, controlado el incendio y lejos del peligro, continúan con sus vacaciones. De hecho, los accesos a la zona de acampada y de ocio se encuentran abiertas y “sin trabas”. En estos momentos tienen entre veinticinco y treinta personas en sus terrenos que disfrutan de la época estival tras el “susto” del jueves. “La gente tuvo que salir a toda velocidad, pero ahora el cielo está despejado, sin humo a la vista”, asegura Ríos.

El gerente explica que sus clientes fueron desalojados y enviados a Santiago de la Espada, a la residencia escolar. “Se portaron fenomenal con todos, los acogieron de una forma inmejorable”, recuerda Ríos, y halaba la previsión para la ocasión. “Lo tenían todo listo para la gente, como zumos o un montón de galletas, fue un recibimiento buenísimo”, dice. La labor del voluntariado de los residentes también fue de “agradecer” para los “repentinos visitantes”. “La gente del pueblo se acercó por si podían ayudar en algo, era increíble, y el director del centro se portó fenomenal, en especial con los niños que iban, aunque con todos en general”, subraya el gerente del camping.

Tras la tormenta, llega la calma y hacer balance. Según Ríos, el fuego no solo ha devorado parte del bosque, también sus números, pues las reservas para el fin de semana tuvieron que cancelarse. “Llamamos a los clientes porque no sabíamos si el incendio estaría controlado o no, así que les avisamos por si acaso, para que no vinieran, por su bienestar”, explica, y añade: “Incluso pillamos a gente que venía de camino y tuvo que dar media vuelta”.

Sin embargo, en datos globales, aseguran que, a largo plazo, no afectará a los ingresos del establecimiento, pues la mayoría de los usuarios son “habituales”. “Se conocen la sierra y la zona de acampada, son personas que vienen a menudo y repiten, así que por su parte no afecta al camping, pero para aquellos que en el último momento han tenido que anular sus vacaciones, posiblemente lo ocurrido repercuta en su decisión de dar otra oportunidad a la sierra”. De todas formas, el apoyo recibido es “abrumador”. “Hemos tenido muchísimas llamadas y mensajes por todos los medios posibles con ánimos, sabemos que más del 80 por ciento de nuestra clientela regresará, tal vez ahora con más razón”, concluye Ríos.

“Vi una nube roja y avisé a mi padre”
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Pedro Antonio Mañas López fue una de las personas afectadas por las llamas y cuenta: “Vi una nube roja y fui corriendo a avisar a mi padre, me asusté bastante porque realmente no sabía qué estaba pasando.”

“Estaba en Madrid y volví por mi familia”
Raúl mañas alba |

Raúl Mañas se encontraba fuera de la provincia cuando comenzó el incendio y no dudó en volver: “Estaba en Madrid y, al ver las noticias, quise estar cerca de mi familia, por lo que me fui inmediatamente para la Sierra”.

“Me enteré por mi hermano Manolo”
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“Me enteré del incendio por mi hermano Manolo, que me envió un Whatsapp”, recuerda Jacinto Mañas, y continúa: “En ese momento estaba en Orcera y, al salir a la calle, no me podía creer lo que estaba viendo”.

“Solté a los caballos para que huyeran”
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“Lo primero que hice cuando vinieron a desalojarnos fue coger los perros y soltar los caballos para que se fueran por sí solos y no corrieran ningún peligro”, narra Juan Miguel Mañas, amante de los animales.

“Deduje que podría ser un desastre”
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“Precisamente estaba preparando el viaje a Río Madera y, cuando mi hermano Pedro me contó lo que pasaba, me puse muy nerviosa, ya que conozco el terreno y deduje que un incendio sería un desastre en la zona”.

“Al llegar vimos que la aldea estaba vacía”
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María Victoria Martín viajaba desde Almería hacia Río Madera, y recuerda cómo al llegar se encontraron con la aldea “completamente vacía”. “Solo veíamos aviones volando la zona”, declara Martín, que cruzaban el cielo.

“La Guardia Civil nos dijo de volver”
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“Al intentar acceder a la aldea desde Orcera nos paró la Guardia Civil y dijo que nos teníamos que ir de allí ya que estaban desalojando toda esa parte del parque”, relata Adrián Sales sobre su experiencia en el incendio.

“Venía a celebrar un cumpleaños”
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“Veníamos, como cada año, al cumpleaños de mi abuelo y, al llegar a la aldea nos encontramos que no había nadie”, declara Isidoro Celdrán, y comenta que “se enteraron” por teléfono que debían abandonar Río Madera.

“Llamé a los Servicios de Emergencia 112”
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Manolo Mañas fue uno de los testigos preocupados que advirtió a los Servicios de Emergencia. “A las seis y media del día del incendio pasaba por Orcera y vi tres focos muy diferenciados, así que llamé al 112”.

“Nunca imaginé lo que pasaba”
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Cristina Mañas todavía asimila el suceso. “En el momento del inicio del incendio mi familia y yo estábamos dando un paseo por el parque, escuché a lo lejos aviones pero nunca me habría imaginado lo que sucedía”.

“Todo sucedió muy deprisa”
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“Todo sucedió muy deprisa, nos asomamos desde mi casa de Orcera y vi una gran columna de humo, a partir de ese momento el teléfono no paró de recibir mensajes de los familiares, preocupados por lo que estaba pasando”, declara Cintia Mañas.

“Me sorprendió echando la siesta”
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“El incendio me sorprendió echando la siesta”, narra con tranquilidad Enrique Cumplido. “Fue la Guardia Civil quien nos avisó de que un gran incendio estaba próximo al lugar de donde nos encontrábamos”, dice.

“Llegué a casa y cogí lo que pude”
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“Me encontraba con mi hija pequeña y nos disponíamos a dar un paseo cuando un agente de la Guardia Civil nos explico lo que pasaba, llegué a casa, cogí lo que pude y me fui al hogar de unos familiares en Orcera”.

“Me dijeron que estaban desalojando”
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“Desde la terraza de mi casa de Orcera se podía ver perfectamente la magnitud del incendio, no pensé que llegaría a Río Madera hasta que uno de mis hermanos me dijo que estaban desalojando la zona”.

“He visto crecer todos estos pinos”
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“He visto crecer todos estos pinos durante más de ocho décadas, se me parte el alma cuando avisan de un incendio, pero este era de los grandes y, si al final, se descubre que fue provocado, espero que encuentren al culpable”.

“No quería abandonar mi casa”
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“Cuando vi a toda la gente con prisas me asuste muchísimo, no quería abandonar mi casa, pero la Guardia Civil nos dijo que era lo mejor, que el fuego podía llegar a Río Madera”, recuerda Teodora Pérez.

“Va a ser algo que jamás olvidaré”
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“Lo que más me sorprendió fue la gran bola de humo que había sobre el lugar del incendio”, relata Nerea Mañas, testigo de las llamas, y añade: “Ver el Yelmo tan pequeño al lado de aquella humareda va a ser algo que jamás olvidaré”.