El conflicto catalán contado con la visión jiennense

Hacen hincapié en la fractura social que está causando el desafío soberanista

11 oct 2017 / 10:18 H.

Miles de jiennenses emigraron en el siglo pasado a Cataluña, donde echaron raíces. Más recientemente, muchos paisanos han tratado de buscarse un futuro laboral y personal en aquella tierras. Todos están viviendo en primera persona el conflicto generado por el desafío independentista. Esta es una muestra de cómo ven la situación y cómo se cuenta con acento de Jaén.

Manuel Villar Teruel. “Si estamos en un mundo globalizado donde las fronteras son o deberían ser nada, ¿cómo vamos a crear nuevas?”. Así se expresó Manuel Villar, natural de Puente de Génave, que lleva unos 35 años en Cataluña, donde han nacido sus hijos y ha pasado toda su vida laboral. Reconoce que estos días se están viviendo con mucha tensión: “Desde hace tiempo se habla de la independencia, pero piensas que un momento así nunca llegará. Y si lo ha hecho es por la inoperancia de todos los políticos de España”. Respeta a la gente que quiere la separación, porque afirma que contra los sentimientos no se puede luchar, pero pide la misma comprensión y trato para los que no la quieren.

Manuel Real Fernández. Aunque nacido en Arjona, lleva 42 años en Cataluña, desde que a su padre lo destinaron allí. “Ahora se ven menos banderas, y es que muchos querían la independencia pero cuando están viendo todo lo que hay”, explica. Y es que, recuerda, son muchos los inversores y las empresas que en estos días anuncian su marcha: “Estoy con Adeslas y se ha marchado para Madrid, y el director de mi banco me dijo que incluso había gente que estaba sacando el dinero por lo que pudiera ocurrir. Sobre todo es la gente mayor la que tiene miedo”. Aun así, reconoce que la inquietud por ver lo que ocurre está ahí. “Aunque el tema de la independencia lleva unos años sobre la mesa, nadie pensaba que se iba a llegar a esto. Porque es que somos mayoría los que no queremos llegar a ese extremo. Tenían que haber dejado que hubiéramos votado todos y le hubiéramos dado en los dientes”, puntualiza.

Marina Burgales. La linarense lleva casi 30 años viviendo en Sabadell, donde llegó con tan solo 17 años, y reconoce que estos días se deja sentir la “tensión” entre los dos bandos, entre los independentistas y los que no están a favor, sobre todo en la calle y en las redes sociales donde, puntualiza, se trata el tema en todo momento. “Es como un poco de odio el que se deja sentir entre las dos partes. Incluso, me estaba dando hasta miedo”, reconoce. Un ambiente “crispado” que, puntualiza, espera que pare tras el pleno celebrado ayer. Por su parte, afirma que en el caso de sus hijos han vivido la situación con cierta normalidad, y de hecho tan solo dos días faltaron al colegio por la huelga.

Jesús Valiente Teruel. “Van a llevar a las familias a un enfrentamiento fatal, porque entre personas que a lo mejor hemos sido amigos hacen que se tome un poco de distancia. Y como no es legal, no van a conseguir nada”, explica este vecino de Puente de Génave, que lleva en Cataluña 48 años. Además, tiene un hijo que milita en el PSC, y que se presenta como candidato a la Alcaldía de La Garriga, el municipio de 16.000 habitantes en el que reside: “Está en contra de todo esto”. Explica que siempre ha habido radicales, pero sobre todo en la política: “En lo que respecta al pueblo, el respeto ha primado entre todo el mundo, aunque cada uno tenga sus ideas”.

Miguel Capel. Cincuenta años. Ese es el tiempo que lleva el linarense afincado en Cataluña, y reconoce que hace mucho tiempo que no veía una movilización como la del pasado domingo reclamando la unidad de España: “El proceso de votación y demás es una falta de información a la ciudadanía. Por el Gobierno o por los partidos políticos. Pero es incierto que no se pueda votar. Lo que no se puede hacer es pretender la separación de España, y de hecho conozco familias que están peleadas entre sí por lo mismo, por el derecho a votar”. En este sentido, apunta a que lo que se tendría que hacer es que toda España decida, porque, recuerda, Cataluña la han hecho los españoles “y nativos quedan muy pocos”. Así, reconoce que las calles están vacías porque se deja sentir el miedo. “La verdad es que llevo muchos años aquí, y no me podía esperar que se llegase a este extremo”, afirma.

Sara León. La independencia de Cataluña afecta también, de forma muy intensa, a los estudiantes que intentan cursar sus estudios con normalidad. Sara, residente en Llobregat desde hace trece años, cuenta su experiencia desde las aulas. “Lo que está sucediendo en Cataluña a día de hoy, los estudiantes lo estamos viviendo muy intensamente dado que las manifestaciones y huelgas son secundadas entre otros colectivos, por nosotros”. Asegura que este proceso está dividiendo las clases y que ella, ante todo, se siente catalana y española al mismo tiempo. “Existe una gran proporción de estudiantes que no apoyamos la independencia y a los que nos duele ver como este proceso nos está dividiendo cada día más. Yo al igual que catalana, me siento española y apoyar la independencia para mí sería como renunciar a mis raíces”, dice. “En este momento lo más importante sería recuperar la cordura”.

Paola Moral. Residente en Barcelona durante más de cinco años, Paola asegura que siempre se ha sentido cómoda viviendo allí y que la situación que se está viviendo actualmente le llena de tristeza. “En mis 5 años en Cataluña siempre me he sentido como en casa, estudiando y trabajando con gente de todo el mundo. A pesar de lo que mucha gente piensa, los catalanes son grandes anfitriones independientemente de la nacionalidad, la raza o las creencias de quién les visite. Por esa misma razón, me da muchísima pena ver que ahora en las calles hay odio hacia el resto de los españoles”. Asegura que todo esto es culpa de unos pocos y que los españoles no podemos responder con odio. “Sólo unos pocos han propagado este odio, por su propio interés. Pero creo que el resto de España no podemos responder con más odio. Tenemos que solidarizarnos con esa mayoría silenciada que está sufriendo un atentado contra su libertad. Al fin y al cabo son personas a las que le quieren quitar algo tan esencial como su nacionalidad”, asegura.

francisca lechuga. Es alcaudetense. Tiene 63 años y lleva desde los 22 en Cataluña. Llegó a tierras catalanas cuando se casó. Su marido había terminado el servicio militar y debido a la falta de perspectiva laboral decidieron emigrar. “En Cataluña estaba toda. Luchamos y trabajamos para empezar un proyecto de vida. Nadie nos ha regalado más. Entonces tenía 22 años y tengo 63”, dice. A la pregunta sobre cómo vive el referéndum y la independencia de Cataluña se muestra tajante: “Estamos muy preocupados, imagino que como la mayoría pero los que vivimos aquí desde hace casi 50 años especialmente. Tenemos una vejez incierta, no nos sentimos representados por los que defienden la independencia, ni representados ni aceptados. Hay tensión en la convivencia, no podemos expresar nuestras ideas porque enseguida te tachan de fascista, te acosan con mensajes para que partícipes en favor de lo que ellos pretenden. Eso que dicen de que se respeta al que no piensa igual que ellos no es cierto”. La jiennense indica que alguna vez que se ha atrevido a expresar mis ideas con algunas amistades le ha costado perder alguna que otra. Se muestra esperanzada de que la situación se solucione por el bien de todos.

Francisco quintanilla. Es de Alcaudete y lleva cuarenta años en el municipio de Caldas de Montbui. Allí vive entre el miedo, la indignación y la incertidumbre, como consecuencia de todo el proceso por la independencia de Cataluña. “Es preocupante que treinta empresas multinacionales hayan abandonado tierras catalanas y muy posiblemente ya no regresarán. La gente se muestra muy preocupada, tiene miedo por la economía y son muchos los que se están acercando a sus bancos y cajas para preguntar por la situación. Hay inclusos algunas entidades que optaron por cerrar sus puertas al público. No sabemos que nos va a deparar”, apostilla. En cuanto a la situación de convivencia asegura que reina la normalidad. “Hay mucha gente que hemos estado callados, nos hemos mantenido al margen, porque no sabíamos qué ocurriría, pero esa mayoría callada ya ha salido a la calle y no nos van a callar”, apostilla el alcaudetense.

ANA ARENAS. Tiene solo 21 años y es de la Sierra Sur. Aterrizó hace un año en tierras catalanas y se ha “topado” de lleno con el proceso de independencia. Encuentra la situación de absurda y teatrera. “La situación es indignante. Obviamente yo no soy catalana y no quiero la independencia, pero la gente empieza a estar cansada de todo esto”, concluye.

JOSÉ RAMÓN BUSTOS. Se vive un clima de máxima tensión. Ahora mismo hay una Cataluña dividida. Se ha formado una gran brecha que va a tardar muchos años en arreglarse. Ayer dieron noticias sobre Cataluña, dicen que se declara independiente a plazos. Yo no sé qué es eso, puesto que el referéndum era ilegal. El recuento de votos lo hicieron como quisieron, no hubo mediadores de países europeos que certifiquen lo que sucedió. Creo que lo más seguro es que apliquen el artículo 155 de la Constitución, lo que hará que les quiten competencias a los Mossos D’Esquadra, a la Hacienda Pública. Se vive un ambiente parecido al de la Guerra Civil Española, donde no sabías qué decir por temor a estar hablando con alguien del bando contrario.

Gloria Alcalá. Su padre emigró desde Cabra del Santo Cristo a Cataluña y ella ya nació en San Hipólito de Voltrega, un pequeño pueblo cercano a Vic. Asegura sentirse catalana y estar a favor de la independencia: “Me hubiera gustado que se hubiera declarado ya la república catalana”, asegura, de forma tajante. “Yo he vivido todo este proceso en mi casa desde que era pequeña. Por eso no lo veo extraño”, aclara Gloria. El pasado 1 de octubre acudió a votar en el referéndum ilegalizado por el Constitucional y sostiene que no entendió la actuación de la Guardia Civil y de la Policía: “Desde que nos pegaron no aguantamos ni por educación”, añade. Afirma que ha perdido amistades por esta cuestión y que hay miembros de su familia que no piensan como ella: “De todas maneras, pienso que debemos ser tolerantes. Si respetas, te respetan. Yo no siento miedo ni veo crispación”, concluye.

Manuel Quero Pérez-Vico. “Tendrían que habernos dejado votar libremente y se hubiera visto que no todos los que vivimos en Cataluña queremos la independencia”. Así piensa Manuel Quero, un vecino de Vic, pero con ascendencia en Torredonjimeno. Este empresario del sector de la fruta se muestra muy crítico con el papel de los gobiernos, tanto de la Generalitat como del ejecutivo de Mariano Rajoy: “Tendrían que haber hablado hace mucho tiempo para evitar esto”, concluye.

“Pensábamos que no llegaríamos a esto”
“somos mayoría los que no queremos”
“se deja sentir el odio entre las dos partes”
“Están enfrentando a la gente entre sí”
“La unidad de españa es fundamental”
“Lo importante es recuperar la cordura”
“Lo que está pasando me da mucha pena”
“me ha costado perder alguna amistad”
“Hay mucho miedo e incertidumbre”
“estoy indignada con todo la situación”
“Ahora mismo hay una cataluña dividida”
“He vivido en casa la independencia”
“No todos queremos separarnos de españa”