Alejandro Escobedo Muñoz y Carmona

Los reclusos del módulo cinco de la prisión Jaén II dirigen una veintena de cartas a los jiennenses a través de Diario JAÉN

30 mar 2020 / 12:30 H.

Letras escritas desde la celda. Frases que vienen a decir que no pasa nada, que todo estará bien algún día. Un llamamiento a la calma de, como dice el funcionario de prisiones Matías Civantos —al que ellos conocen con cariño como don Matías—, los que más saben de confinamiento, los convictos.

“Esa era la idea, que ellos, que están aquí encerrados, ofrecieran su visión del problema”, asegura Civantos, acerca de algo que, hace hincapié, ha sido “todo un reto”.

“Algunos tienen dificultades para escribir, incluso me decían que cómo iban a hacer ellos eso...”, afirma. Pero “et voilà”. Aquí está. Los presos de Jaén II trasladan, de su puño y letra, la manera en la que ven el confinamiento por la crisis sanitaria desde su celda, desde detrás de las rejas. “Ellos también lo sufren, ya que se les ha recortado las comunicaciones”, indica el funcionario de prisiones, que se refiere, por ejemplo, a los vis a vis, que se suprimieron. En principio, se iban a permitir las visitas sin contacto físico, pero ya ni eso. Las comunicaciones en el interior de la propia cárcel, en el patio o el comedor, tampoco se producen de la misma manera. Es una especie de confinamiento dentro del propio confinamiento.

Por ello, Civantos decidió que la tradicional carta era la mejor manera que tenían los reclusos de dar ánimo a los jiennenses, que no pasan unos días fáciles a causa de la cuarentena. A continuación se reproducen todas y cada una de las cartas —de forma íntegra—, que los presos del módulo cinco de Jaén II escribieron con ilusión y esfuerzo. Tras ello, las enviaron a la Redacción de Diario JAÉN.

La iniciativa de don Matías, un veterano funcionario de la prisión de Jaén, ha sido que, voluntariamente, internos del centro escribamos a este periódico, ya que nadie, absolutamente nadie, sabe más de encierros que nosotros.

El motivo principal de don Matías, con la aquiescencia del centro, ha sido que, tras solo una semana de encierro, hay gente que no lo soporta y que se salta la alerta poniendo en peligro a los demás. Soy el menos indicado para condenar infracciones, pero mis delitos nunca han puesto en peligro a nadie. Sinceramente creo que el aislamiento está en la mente y no en las paredes, en lugar de ver esas paredes como un castigo o una condena, la clave es verlas como una oportunidad de enriquecerte. La gente estará quemando las Playstation, saturando Netflix e Instagram, pero el enriquecimiento del que hablo no viene de aquí, sino de alimentar inquietudes. Yo, por ejemplo, soy un apasionado de la Historia desde niño, en concreto, la Historia Antigua y vivir en Jaén me ha llevado a leer y estudiar por mi cuenta todo sobre la antigua Orongis, Cástulo, Tuga, etcétera, todos los días durante los tres años que llevo en prisión, tanto que he llegado a plasmar una historia sobre oretanos de Iliturgi y Orongis en el Ejército de Aníbal en el 218 a. C. Esto es solo un ejemplo, gracias a Dios existen los libros y los hay para todos los gustos, solo decirles que durante estos tres años he leído más de quinientos y el tiempo ha pasado volando. Si aceptan el consejo... lean.

Hola, me llamo Manuel Martos Moral, soy un interno del Centro Penitenciario de Jaén II, en el módulo 5. Espero y deseo que a la llegada de esta carta hayamos alcanzado el pico de positivos. No entiendo por qué aún hay gente que no entiende la situación tan mala en la que estamos y falta por desgracia lo peor. Sé que no es fácil, pero tenemos que quedarnos en casa por nuestro bien, pero también por los demás, y no olvidéis que hay gente que está peor, como es mi caso. Estoy en una celda confiando de dos por tres metros, jamás pensé en pasar una situación como esta. La dirección de este centro nos ha cortado las comunicaciones y los vis a vis, como es normal, solo podemos hablar por teléfono, pero es que estas medidas eran necesarias por la salud de todos, porque esta desgracia es un problema global, no hay excusas, quédate en casa.

Esto se va a prorrogar por culpa, en parte, nuestra, no se puede salir. Puede que pasemos unos meses así, pero tiene que ser así. Vosotros, los que estáis en casa, podéis ganar al virus, solo tenéis que hacer caso de los especialistas. Podéis jugar con vuestros hijos también con juegos de mesa, videojuegos, ordenador, etcétera. Yo he estado muchos años así, pero sin esos medios para jugar y pasar el tiempo y, si yo puedo, vosotros también, por favor mentalizaos que, juntos, podemos con esto y más. Para mí es también difícil, pues mi padre tiene 84 años y es más vulnerable, ya que padece del corazón y tengo mucho miedo por su salud. Solo puedo hablar con él y darle ánimos, aunque yo por dentro no tenga ese ánimo, pero tiene que ser así, no salir y lavarse las manos varias veces. Eso mismo es lo que hacemos aquí.

Gracias a Dios aquí aún no ha entrado el virus, pero eso es gracias al protocolo que la Dirección ha puesto en marcha, ya que los mismos funcionarios vienen todos a trabajar con guantes y con sus mascarillas, ya que al salir y al entrar en el centro pueden coger el virus, y lo hacen todo por nuestro bien y por el suyo. Por favor, a toda esa gente que cree que no pasa nada, no es así. Quedaos en casa por el bien de todos, por favor hacedlo. Nosotros aquí estamos haciendo todo lo posible, tanto funcionarios como internos. Estamos desinfectando todo, puertas, mesas manivelas, llaves de luz y, cómo no, lavarse bien las manos, así que pongamos todos de nuestra parte. Gracias al centro por darnos medios y gracias a todos los que se quedan en casa, a los sanitarios, Policía, etcétera. Un fuerte abrazo y ánimo, que juntos podemos con y esto y más. Gracias.

Hola Diario JAÉN. Esto del coronavirus nunca ha pasado. Ánimo para los afectados, ojalá que se mejoren y los que han muerto que tengan paz y descansen. Intentad no salir de vuestras casas, nosotros nos encontramos en la prisión. Yo me llamo Yassine, estamos aislados y ojalá que nadie tenga que venir, es muy chungo. Saludos al Rey y ojalá que se mejore y llegue el día que se va a quitar.

Mi nombre es Manuel Gámez Molina. Ante todo, pedirle disculpas por si le pudiera ofender alguna palabra de este escrito. Bueno, no se extrañe, porque esta carta venga de la cárcel, pues por desgracia así es. En fin, comenzaré contándole un poco de mi testimonio y cómo ha sido mi vida hasta el día de hoy, espero y es mi deseo que estas palabras le puedan ayudar en estos días de crisis y tan oscuros.

Pues bien, comenzar diciendo que mi vida era como la de cualquier familia adaptada y acomodada como muchas hoy en día. Yo tenía esposa y dos hijos preciosos, Manuel y Ana, ya son mayores de edad y lo eran cuando todo empezó. A primeros de octubre de 2015, fuimos al hospital por unas molestias que mi esposa tenía; para resumirle, la cosa fue que el día 12 de diciembre falleció por estado terminal de su hígado, que dejó de funcionar. Imagínese que “shock” en menos de dos meses se me murió, no podíamos creerlo, cómo era posible con todos los avances que hay, etcétera, etcétera... Pues sí, la familia se desmoronó. Yo no tuve lo que hay que tener para salir adelante en esta vida. También es cierto que ella lo era todo, el pilar principal en la casa, fueron 32 años que estuve a su lado y pasamos de todo en esta vida. De jóvenes, nos pilló la época donde entró la droga como un huracán. Recuerdo que casi todos los colegas de la época caímos en ese infierno, y como se puede imaginar, una pareja enganchada con la aguja, todo el día picándonos en donde cogíamos vena para chutarnos, así estuvimos catorce años. Gracias a Dios que por un calendario que no sé cómo llega a mi mano, recuerdo que era de Betel, un centro que nos acogía sin lista de espera y sin tener que pagar nada, gratuito, qué alivio, de manera que ingresamos los dos en Almería y a ella la mandaron a la casa de las chicas y a mí al centro de los chicos. Esto fue una nueva y grande etapa en nuestras vidas porque gracias a este centro Betel, hoy en día sigo con mi vida. Yo ingresé con 26 años y he salido con 48, imagínese, casi una vida, pues decidimos seguir en la obra después de rehabilitarnos y decidimos ayudar al prójimo igual que lo hiciera con nosotros, pues así era mi vida, muy dura, pero no se podía ni fumar ni beber alcohol, sin salir por la noche, en definitiva, una vida en orden y muy dedicada a la obra.

Pues después de 26 años fallece Paqui y ella lo era todo en mi vida desde mi juventud, sentía que mi vida también se me iba, de hecho sé que se llevó parte de mi corazón, porque desde entonces no he vuelto a levantar cabeza, incluso terminé drogándome de nuevo. Hoy en día, aún no me explico yo que por entonces era directo del centro de rehabilitación, qué vergüenza, cómo fue posible que yo recayera, pues así fue, amigo, lo perdí todo todo, aún mis seres queridos me dieron la espalda todos, los que yo creía que eran mis amigos también me dieron la espalda, no lo podía creer, pero esta es la verdad. Volví a delinquir, quitándole a un familiar el ordenador y varias cosas más sin importancia, la cosa fue que pusieron denuncia y, claro, como yo vendí algo de esto, pues dejé mis datos y por ahí me cogieron. El juez no tuvo compasión y me condenó a cinco años. Esto fue realmente duro, no podía creer que fuera de verdad. Mi vida ya no tenía sentido, para qué seguir viviendo si lo que más *quería se fue, ahora ya nada tenía sentido: solo, abandonado, sin nadie que me pudiera consolar, pues mis hijos también me dieron la espalda.

Ahora me veo en una celda de dos por tres metros. Aquí tengo que vivir con otra persona, no tenemos ducha, solo un lavabo, un váter y un colchón encima de una loza de hormigón, y poco más. Sé que en estos días lo estaréis pasando mal por no poder salir, y todo lo demás que el Gobierno ha impuesto. Pero yo te animo a que sigas luchando, que seas un guerrero y que confíes en Dios. De verdad que él no está lejos de los que a él claman, ten fe, esto te ayudará a seguir, yo ya llevo dos años y medio, la mitad de la condena. Piensa que el momento más oscuro de la noche es justo antes del amanecer, aunque la noche te sea oscura, aguanta, aguanta, que ya amanece. Cuídate mucho amigo, sé positivo. Se puede. Un amigo.

Espero que a la llegada de estas letras se encuentren todos en perfecto estado de salud y ánimo. Quiero deciros a todas las familias, jóvenes, adultos y mayores, que sigan luchando contra el covid-19, que ya estamos en la recta final, que desde aquí de prisión os mando todo el apoyo del mundo, que todos somos uno, pero que todos sigáis la cuarentena, que salgáis lo menos posible, que mantengáis todos los protocolos que sean necesarios, que aquí en prisión también estamos en cuarentena y es más duro para nosotros, porque encima no podemos comunicar con nuestros familiares ni por cristales ni vis a vis, y esto, por desgracia, sí que es duro, que vosotros, dentro de lo malo, estáis con vuestra familia y en vuestras casas. Que sigáis luchando y asomaros todos a los balcones de las casas para apoyar a todos los médicos que están haciendo todo lo posible para que todo esto acabe lo antes posible, que se recuperen lo antes posible los afectados, os mando millones de fuerzas.

Yo, Emilio José Córdoba Cano, interno en el Centro Penitenciario de Jaén un año y me quedan dos por desgracia, deseo que pronto termine este infierno que está acabando con vías por culpa del covid-19. Desde aquí mando todo mi apoyo y espero que estas letras puedan servirle de apoyo a muchas familias. Bueno, desde aquí, del Centro Penitenciario de Jaén II, se despide con fuerzas Emilio José Córdoba Cano. Ánimo y fuerzas a toda España y al mundo entero.

Queridos españoles, me llamo Juan Alfaro Sánchez, os quiero decir que no seáis hipócritas, que igual que por desgracia nos pegamos aislados tantos años por delitos que cometemos en nuestros largos años en la calle y otros compañeros ni los han cometido y tienen que estar aislados, cómo que no podéis estar un mes en casa con los vuestros, como hijos, mujeres y tantas cosas buenas que tenéis en casa para poder vivir más tiempo, ya que el coronavirus está matando a tanta gente ahí fuera. Esperemos que no nos toque a nosotros, los presos de toda España, porque no sé dónde nos van a meter, porque más aislamiento que la cárcel no puede haber en vuestros hogares. Así que, por suerte o desgracia, tenéis que estar igual que llevo desde los veinte años, preso, con cinco entradas. Sé muy bien lo que es aislamiento profundo y también aquí se mueren seres queridos fuera y no los vemos. Por desgracia, así que si tenéis que estar el mayor tiempo posible en casa para estar bien y sanos por la pandemia que nos han dado los chinos hacer caso a Sánchez y quedaros en casa. Todo pasa y espero que pronto, igual que a nosotros se nos pasan los años por obligación, os toca a vosotros estar aislados en casa por el bien de España y de uno mismo. Me despido con un fuerte abrazo y que pronto se pase el covid-19. Posdata: nos vemos fuera, el que quede vivo de esta desgracia china... Está aquí Julián Martínez Serrano, alias El Burro de Villanueva, 8 meses y está vivo todavía, ni el virus taleguero lo ha matado y os dice que os quedéis en casa.

Hola, me llamo Francisco Moreno Muñoz. Estoy interno en el Centro Penitenciario de Jaén II, en el módulo 5, estoy preso desde el año 2013, tengo 42 años, soy padre de familia, a la cual hecho siempre de menos, pero debido a esta epidemia del coronavirus me acuerdo aún más de ellos, al igual que a mis padres y hermanos, pues tengo miedo de que ellos se contagien. La mejor manera de sobrellevar esto es, como bien dicen los profesionales, quedándose en casa. Aquí no tengo los recursos que tiene una persona de la calle, ya que fuera la persona que está confinada en casa tiene la oportunidad de jugar con sus hijos y su familia, bien sea con juegos de mesa, una play, internet, etcétera... cosas de la cuales yo carezco. Yo me encuentro en una celda de dos por tres metros cuadrados, con una tele pequeña, una radio y una cama, pues estoy yo solo en una celda, además soy un paciente de riesgo, pues tengo una patología. Desde mi celda aconsejo a todas esas nuevas generaciones que no sean tan egoístas, que dejen de pensar en ellos mismos, que no salgan a la calle, ya sea con amigos, familiares o novias, pues con este acto salvan vidas, ya que ni se contagian ni contagian a otros. Que, por favor, cuiden de los mayores, pues son los más débiles. Creo que si yo llevo confinado y encerrado desde 2013 y aún sigo sin ningún problema, no creo que vosotros, por un mes, os pase nada. Por qué no os concienciáis de esto, pues es por un bien mutuo, por favor, yo me quedo en casa, nunca mejor dicho, haced vosotros lo mismo, este es un problema a nivel mundial. Bueno, espero que sigáis en vuestra casa, con vuestros ordenadores y juegos, móviles, cartas, etcétera... todo lo que yo no tengo. Desde aquí os mando todo mi apoyo, fuerza y esperanza, pues juntos podemos derrotar al virus y salir victoriosos. Se despide de vosotros un hombre confinado muchos años y os doy fuerza y esperanza, pues juntos podemos con esto y mucho más. Este virus lo paramos juntos. Ánimo, juntos podemos. Un fuerte abrazo.

Hola Diario JAÉN. Escribo esta carta para darle ánimos a la gente que no puede salir de sus casas con esto del coronavirus. Deciros que hay que ser fuertes y luchar todos juntos. Yo sé lo que es estar encerrado, sin poder salir, y la verdad es que no es agradable. Yo llevo casi toda mi juventud entre rejas, sin mi familia, vosotros por lo menos estáis con vuestras familias y yo sé que no es agradable estar en casa sin salir, pero es solo un mes, yo llevo años sin salir. Por eso digo que hay que tomárselo con calma y todo saldrá bien, un consejo que os mando a todas las personas que están en casa, que aprovechéis el tiempo para estar con la familia, que es lo más bonito y, bueno, paciencia, ya veréis cómo todo sale bien. Un gran abrazo para todos los que están en casa. Nosotros podemos con esto del coronavirus. Todos juntos somos una piña.

Buenas, quince días que dura el estado de alarma no es nada para todos vosotros, tenéis que ser duros y no salir a no ser que sea imprescindible porque es lo mejor, también por el bien de todos. Nosotros, en la prisión, estamos prácticamente igual que vosotros, excepto que hay más gente. En mi caso, es la primera vez que entro en prisión y llevo once meses. Espero que no me quede mucho, pero lo mejor es estar entretenido y no pensar mucho para, así, poder engañar a la mente y que no te juegue una mala pasada. Entre todos podemos con este virus llamado covid-19. Un saludo muy grande a todos vosotros desde el módulo 5 de Jaén II. Mi nombre es Miguel Pérez Tendero y espero que esto termine pronto por el bien de todo el mundo.

Hola, me llamo Francisco Manuel, soy interno del Centro Penitenciario de Jaén II, me dirijo a todos los andaluces y españoles que por culpa del coronavirus tienen que estar un mes encerrados en sus casas, yo en mi caso llevo encerrado 133 meses por unos delitos que cometí en su día, pues me dirijo a todas aquellas personas que ahora llevan una semana y dicen que ya no aguantan más que sean fuertes, que aguanten, que esto no es ninguna broma, que por culpa de este virus están muriendo muchas personas en todo el mundo y hay mucha gente que está infectada, vosotros lo tenéis muy fácil, estáis con vuestros hijos, mujeres, padre, hermanos, sobrinos y nietos, con tan solo hacer una llamada de teléfono y todos vosotros tenéis muchas comodidades, como ver una película, la Play, la comida rica como el jamó, queso, buenos potajes, etcétera. Bueno, os digo a todos que hagáis caso a las autoridades, los médicos y todas las fuerzas de seguridad. Es solo un mes y no se pueden colapsar las urgencias y seguir haciendo todo lo que podáis y no tirar la toalla que, entre todos, podemos derrotar al covid-19 y les mando a todos y a todas mucha fuerza y, sobre todo a los médicos, doctoras y sanitarios de todo el país y fuerzas de seguridad del Estado que luchan para que se cumplan las medidas de alerta que tenemos en todo el mundo.

Hola, soy un chaval que lleva preso 28 meses aquí en Jaén II, y hoy don Matías, funcionario del módulo 5, nos ha invitado a transmitir a España, y sobre todo a Jaén, lo que se siente cuando estás encerrado y no puedes salir.

Para empezar, quiero decir que “la paciencia es la madre de las ciencias” y que, sin paciencia, no se puede aguantar este momento por el que están pasando todas las personas. Hoy quiero dar ánimo a todas las familias que, por decirlo así, están recluidas en sus casas. Yo, cuando por primera vez me recluyeron, sentía mucha angustia, ansiedad y desespero por las horas tan largas que pasaba y paso encerrado en mi celda, pero con el tiempo uno se va acostumbrando, se va adaptando al entorno como lo hacen los camaleones.

El aburrimiento, poco a poco, te va enseñando a pasar el tiempo de mil formas diferentes, leer un libro, jugar un parchís, con los compañeros, etcétera... Quiero dar ánimos a todas las familias que están sin poder salir a la calle y decirles que no desesperen, pues desesperarse no conduce a ningún sitio. Para mí, cada día es una lucha, no dejo de luchar con el tiempo, los minutos y las horas que paso, y es que aún se me hace difícil cada día por no poder ver a mi hija y al resto de mi familia. Aquí solo tenemos diez llamadas de teléfono a la semana, con ocho minutos de tiempo por llamada, ¡es poco la verdad!, pero algo es algo y, cuando quieres acordar, suena el tono del teléfono que te avisa que solo quedan veinte segundos para cortar y ya tienes que decir adiós, porque se acaba el tiempo. Es muy difícil de asimilar, pero es así.

Quiero invitar a una reflexión a todas las personas que llevan ocho o diez días en casa sin salir, quiero transmitirles que esto acabará pronto y podrán seguir haciendo su vida normal, mientras que los que estamos en prisión debemos seguir aquí hasta que se acabe nuestra condena. A mí, personalmente, me quedan ocho meses y cada día marco en mi calendario un día menos, pero cuando miro que quedan ocho meses aún, ya no me desespero, porque sé que ese día llegará y, como he dicho al principio, “la paciencia es la madre de las ciencias” y el tiempo te va enseñando a matar el aburrimiento, que como ya he dicho, se pueden hacer muchas cosas. Yo escribo mucho, leo, porque no tengo televisión, hago deporte y medito cada día para aliviar mi ansiedad y, cuando llega el final del día, puedo decir que he sobrevivido un día más a los altibajos de la vida.

Estamos pasando por una crisis a nivel mundial, pero esto pasará pronto, y os aseguro que no serán ni ocho meses, ni tres años, ni nueve años, como nos queda aquí a muchos reclusos por pasar, ya que las personas que estáis en la calle, si cumplís a rajatabla, las recomendaciones que está dando el estado pronto se podrá hacer vida normal y todo habrá pasado.

Estas letras que hoy escribo son una invitación para adentrarnos y ponernos en lugar el uno del otro, ya que convivimos cada uno una situación que nos acerca y tenemos que utilizar las herramientas que se nos están dando para subsanar esta crisis del coronavirus. Tenemos que aprender a bailar con el caos y a pensar y comprender que este mal no puede crecer sin control. Estimulad la creatividad para mantener un buen orden e introducir cambios para modificar la rutina mientras esta crisis pasa. Debemos aprender a renunciar a algo temporalmente, ¡no necesitamos tantas coas como creemos!, haced una pausa y pensar que en el calendario quedan pocos días para que termine esto, y poneos en nuestro lugar, que nos quedan muchos días de encierro hasta que acabe nuestra condena.

Todas las personas estamos pensando ahora por un momento lleno de emociones, tenemos miedo a contagiarnos o a que se contagie algún familiar. Yo, personalmente, que soy cristiano, hago por dónde para dedicarle un momento a Dios y pedirle que esto acabe y que mi familia esté sana. Yo os invito hoy a hacer una pausa en vuestro tiempo y recéis pidiendo porque esto acabe pronto y para los que no creen, pues... nada puedo decir, porque piensan que Dios no existe. No sé qué más decir para dar ánimos, todas las personas que os encontráis en casa recluidas solo deciros que gracias a Dios tenemos muchos adelantos y muchos científicos que van a dar solución a este problema. Supongo que darán con alguna vacuna pronto y todos podremos disponer de ella. Yo, ciertamente, tengo fe en ello y estoy seguro de que esta crisis durará muy poco tiempo. Me llamo Francisco Millán Quesada y desde aquí, desde Jaén II, os escribo con toda mi esperanza para hacer llegar estas letras a todos y comprendáis que el tiempo pasa y que el mundo aquí no se acaba. Ánimos, yo estoy 16 horas en una celda y 8 horas en un patio rodeado de muros y alambres de espino.

Hola, me llamo Jesús Almagro Muñoz, me encuentro en prisión y llevo encerrado tres años. Os animo a que os quedéis en casa quince días se pasan rápido, estáis con vuestra familia. Para los jóvenes, ayudar a las personas que lo necesitan, como ancianos a hacer la compra, etcétera... Ánimo, somos una piña y tenemos que poner de nuestra parte para que todo salga bien y por el bien de todos. Nosotros nos encontramos en una mala situación, como por ejemplo no tener televisión ni estar con la familia ni cobrar dinero para comprar nada, pero ustedes sí. Ánimo, estamos con vosotros.

Estimadas familias de la calle y ciudades, me llamo José Luis Pérez Planelles, soy interno del Centro Penitenciario de Jaén II, módulo 5. Tengo el honor de dirigirme a todas las personas que hay en sus casas para agradecerles todo el trabajo que están haciendo y su colaboración por quedarse en sus casas y darle las gracias por su voluntad. Soy un preso de Jaén y llevo muchos años preso, para mí una cuarentena no es nada. Pido a todos los ciudadanos que tenéis que ser fuertes para superar este virus, por el bien de todos. Como digo en mis cuatro letras, yo os pido que todos los ciudadanos tenéis que buscar vuestro propio espacio en vuestra casa, como lavarse las manos, ducharse más a menudo y salir o menos posible a la calle. Doy las gracias por vuestra colaboración y voluntad y tenéis que ser valientes. Gracias.

Yo, Juan Reyes Cortés Cortés, quiero darles este mensaje, ya que por motivos de la vida llevo preso muchos años. Os quiero decir que os toméis el aislamiento en el país de una forma correcta, ya que es por el bien de todas las familias y de la humanidad. Os doy mi apoyo para que sigáis luchando contra el coronavirus, ya que esto es una cosa dura y difícil, pero con la ayuda de todos podemos vencerlo. Aquellas personas que se desesperen dentro de su casa, pensaren vuestras familias e hijos, podéis salvarlos de este virus que nos amenaza, hacerlo vosotros mismos y llevarlo lo mejor posible, con humor y siempre con una sonrisa. Yo soy preso y sé lo que es estar encerrado, os puedo comprender. Por eso mismo os escribo esta carta de lo más profundo de mi corazón y os doy todo mi testimonio, ya que yo estoy encerrado y me quedan años, así que os quería decir que aguantéis en vuestras casas¡, ya que con la ayuda de todos puede ser breve vuestro aislamiento, con como el mío, por motivos de la vida. Un abrazo a todas aquellas familias que estáis en aislamiento, después de estas letras que os escribo os doy ánimo para hacer frente al covid-19. Gracias y abrazos para toda la familia y la humanidad.

Buenas, esta carta va dirigida a todas aquellas personas que sufren el confinamiento en casa para que no se desesperen. Etas letras son escritas desde el punto de vista de un preso cordobés que actualmente se encuentra en Jaén II para que, quizás, puedan servirles de ayuda a pasar estos días, ya que no son tan malos como ustedes creen, piénsenlo. A pesar de estar confinados en sus casas, dentro de lo malo, ustedes tienen entretenimientos, Play, PC, móviles... son cosas que distraen a la mente a diario. Imagínense estar en una celda de unos tres metros encerrados diariamente y la mayoría dela gente sin tele ni radio ni tabaco, cosas mundanas que en la calle no son nada, pero aquí lo son todo y la mayoría, en la que me incluyo, no tenemos porque nuestra familia no tiene para mandarnos dineros. ¿Se imaginan mirar a la pared blanca todo este tiempo? Es bastante duro, así que hay que ser fuerte de mente para bloquear ciertos pensamientos y seguir adelante día tras día, años tras años... Así que no se vengan abajo, sean fuertes de mente, porque si yo, un chaval de 26 años puedo, ¿vosotros no podréis? Propónganselo como un reto que les lanzo, aprendan a convivir con ustedes mismos y sus familiares, que estén en sus viviendas y verán como podrán hallar una felicidad plena y bloquear malos pensamientos y agobios. Recuerden que el simple hecho de ir al frigorífico y coger lo que quieras es un lujo por el que yo moriría... Por poder estar con mi pareja abrazados, por darle un beso para dormir a mi hija, por hablar con mis familiares, aunque sea por el móvil. Son cosas que yo echo demasiado en falta y daría lo que fuera por poder hacerlas y aún me quedan cinco años, pero, a pesar de mis altibajos, sigo sonriendo, anhelando ese momento, así que la próxima vez que se agobien, depriman o cualquier otra cosa, piensen en estas letras y reflexionen. Quiero que se lo tomen como un reto de un chaval de 26 años con 5 años de condena, viendo a su madre una vez cada cuatro meses, porque no soy de aquí y por motivos económicos no puede venir y sigue sonriendo día a día. ¿Ustedes no pueden? Un cordial saludo de Santiago Madueño Vera, de Córdoba, pero desde Jaén II. Dios da sus peores batallas a sus mejores guerreros. Cuando el camino se hace duro, solo los duros siguen caminando.

Hola, me llamo Juan y desde mi pequeña celda quiero daros todo ese ánimo que desde aquí mi persona pueda daros. Preocupación, pues es desesperante ver la televisión y ver las cifras tan altas de contagiados que hay en España, la que se avecina es gorda y todavía sigo viendo por la televisión a personas en la calle, pero en medio de esta sensación negativa hay un halo de esperanza. La ciudad entra mañana en la segunda semana de confinamiento ante la expansión del covid-19 y los funcionarios se afanan en desinfectar todas aquellas zonas en las que la posibilidad de contagio sea menor para nuestra integridad física. También quiero deciros que nosotros estamos 17 horas en nuestras celdas y, sí, se hace largo, pero te da ese gusanillo de expresar todo aquello que, sin saberlo, puedes llegar a conseguir, por ejemplo, leer, escribir, gimnasia, televisión el que tenga, claro, y así infinidad de cosas. Con esto quiero deciros que vosotros que lo tenéis todo, Play Station, tele..., en fin, todas las comodidades, solo es cuestión de que abráis vuestra mente y sea más llevadero el confinamiento. Si con esta carta os puedo ayudar en algo, pues muchísimo mejor. Yo llevo de condena tres años y aquí sigo, tirando lo mejor que puedo. Si yo puedo, tú puedes y con esto termino, así que los próximos siete días más o si se alarga la cosa, paciencia y ánimo. Sé que se presenta lo más duro, pero al final entre todos venceremos al covid-19 siempre y cuando hagamos caso de las autoridades. Ánimo, surte y mucha salud.

Hola Diario JAÉN. Este virus viene de la naturaleza de Dios, ojalá que no venga más fuerte para todos, cuando viene la tormenta, después llega la calma. Ojalá que no llegue a las prisiones, porque sería peor y ojalá que en breve encuentren la solución de acabar con este maldito virus en los seres humanos, con mucha fuerza e inteligencia acabaremos con él. La gente que está aislada en sus casas con enfermedades tienen que animarse, ánimo para los contagiados y que Dios tenga en gloria a los que han muerto. Mucha fuerza a los médicos y médicas, que pronto encontrarán la medicina para acabar con el coronavirus, ojalá sea rápido. Saludo al Rey de España, al de Marruecos y de todo el mundo, ellos son responsables de terminar con esto, mucho ánimo a todos. Este virus es una prueba de Dios y Dios lo va a frenar. Muchas gracias. Este virus no se ve ni se oye.

Desde aquí, de la prisión Jaén II, quiero recordarles a las personas que están en la calle que hagan caso de las fuerzas del Estado que entre todos podemos superar esta pandemia, pero tenemos que arrimar el hombro todos. Es difícil tener que estar aislados, pero no imposible. Hay que ser fuertes y yo, como preso, sé lo que es estar privado de libertad, pero eso no te mata. Sin embargo, el coronavirus sí es mortal, por lo que quiero darle muchos ánimos a las personas que están en la calle para que piensen que se pueden salvar ellos y sus familiares con las medidas que debemos tener de prevención, porque vamos a salir de esto, pero todos juntos es como hacemos fuerza y así podremos seguir viéndonos por vis a vis y, cuando tenga mi libertad, estaremos juntos en casa. Repito, que estar privado de libertad no te mata, pero el coronavirus sí te mata, mucha fuerza para todos y agradecer a las fuerzas de seguridad del Estado y personal sanitario que están luchando por todos nosotros, gracias a todos y fuerza, que de otras hemos salido y de esta vamos a salir con fuerza y mucho ánimo para todos, que vamos a combatir el coronavirus y lo recordaremos como una desgracia vivida, pero también recordaremos que hemos luchado todos juntos y eso es lo que nos hace fuertes, con estas letras espero haber puesto mi granito de arena para ayudar a todas las familias españolas y las que no son españolas porque todos somos iguales. Gracias.

Hola, me llamo Alejandro Escobedo Muñoz y Carmona, llevo encerrado cuatro años y seis meses. Quince días para ustedes no es nada, y más estando arropados con vuestra familia. Por el bien de todos, no salir de casa y, para los jóvenes, que cuiden de los mayores. Todos somos uno. Esto no es un juego, nos jugamos nuestra vida, como muchas personas han perdido a sus seres queridos por el covid-19. Me despido.