—Este iba a ser un año especial para la hermandad...

—Efectivamente, porque el 7 diciembre del año pasado se produjo nuestro nombramiento como hermandad filial. Ya podíamos hacer el camino solos, pero entendimos que debíamos hacerlo con nuestra cofradía madrina de Utrera para que los dos Simpecado fueran juntos. Como no ha podido ser, esperamos que el año próximo podamos ir juntos y ya, en 2022, podamos hacer el camino solos. Este año íbamos a hacerlo unos 40 o 50 hermanos.

—¿Cómo lo han vivido?

—Con mucha pena y por dos razones. Una porque cumplimos 25 años de la fundación como Hermandad. La otra, porque después de esperar tanto tiempo el nombramiento como filial no hemos podido hacer el camino para estar con la Blanca Paloma. Así que estamos algo decepcionados y tristes, pero el año que viene iremos mejor preparados. Tenemos todo este tiempo para organizarlo todo con más detalle.

—Sentimientos encontrados, entonces, en la Hermandad...

—Si, porque después de la decepción el ánimo es muy grande. Desde el nombramiento había mucha gente para hacer el camino y esperamos más el año que viene. Ya están trabajando para construir nuestra carreta para llevar el Simpecado. No sé si estará terminada para el año que viene, porque con la pandemia todo se ha parado, incluidas nuestras actividades previstas para recaudar fondos y financiarla, pero seguro que para 2022 estará lista. En este sentido, estamos tranquilos porque si no estuviera para el año que viene nos cedería la suya la Hermandad de San Isidro de San Juan del Puerto, en Huelva, lo que agradecemos.

—¿Qué actos han hecho esta semana de Pentecostés?

—Nos pidieron desde la Hermandad Matriz de Almonte que enviáramos un vídeo con un mensaje de fe y esperanza y otro con el rezo de la Salve. Así lo hemos hecho. Por nuestra iniciativa rezamos la noche de pentecostés, el día 31, un Rosario en nuestra parroquia de Santa Bárbara. Fue un acto recogido y emotivo. El lunes de Pentecostés repicaron todas la campanas de linares en honor de la Virgen...

—Han tenido una pérdida muy sensible...

—El 29 de mayo falleció nuestro director espiritual durante 15 años, don Andrés Cardenete. Era un sacerdote muy querido y nos había ayudado mucho. Ya estaba jubilado, pero todavía se interesaba por nosotros. El día señalado pensé: Deberíamos estar entrando a la aldea, pero estamos

en Linares, pero él se ha ido ya al lado de la Señora... Ha sido una pérdida muy importante.

—¿Qué mensaje quiere compartir son sus hermanos y con los linarenses?

—Que tengan fe y esperanza. Después de esperar 25 años, más pronto que tarde la Hermandad y su Simpecado paseará por las arenas y nos presentaremos ante la Blanca Paloma. Y a mis paisanos linarenses, lo mismo, que tenga fe que de esta pandemia vamos a salir también, con fe en Cristo y en su madre, nuestra Señora. Este pueblo ha pasado muchas vicisitudes de todo tipo y hemos salido de ellas con fuerza y unión, eso sí.

—En octubre tiene una cita importante...

—Sí , la peregrinación extraordinaria a Almonte, el día 18. Ojalá se den las condiciones para poder estar allí.

—¿Cree que esta crisis nos está dando lecciones?

—Me impresiona cómo, entre todos, hemos llevado el confinamiento y las nuevas normas. Hemos sido solidarios. Aquí, todas las cofradías han ayudado socialmente y hemos hecho mascarillas y trajes para los sanitarios y fuerzas de seguridad. Lamento todas las muertes. Son demasiadas. Y espero que esto nos haga mejores a todos.