Un remanso de paz en el que descansar de la cotidianidad en Los Mochuelos
A veces no es necesario marcharse muy lejos para disfrutar de la tranquilidad. Y es que, a casi nueve kilómetros de Chiclana de Segura, se encuentra uno de sus cuatro núcleos, Los Mochuelos. Esta aldea ofrece la posibilidad de descansar del bullicio del día a día, además de ser una gran opción para conectar con la naturaleza, puesto que se encuentra situada en Sierra Morena, aunque muy cerca de la Sierra de Segura, por lo que sus paisajes están cargados de una magia única. A pesar de que, de forma continuada, únicamente viven dos familias, durante los fines de semana hay quienes vuelven para descansar y reconectar con sus raíces. Sin embargo, hay otras personas que, por motivos laborales, sobre todo en trabajos agrícolas, han establecido su residencia allí, puesto que a tan sólo quince minutos se encuentran los municipios de Chiclana y Beas de Segura.
Para aquellos con ADN jiennense, pero que ya no habitan en la provincia, volver a Los Mochuelos supone una opción suculenta y, de hecho, con el paso del tiempo han agradecido la decisión que tomaron de volver a establecerse allí. En cuanto a la festividad, se celebra en honor a Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen se encuentra ilustrada en un muro decorativo situado en la otra parte del pueblo. Otro punto de interés también es su iglesia, ubicada en la entrada de la aldea, y la plaza, que está en el centro. Uno de los puntos positivos que ofrece es que sus calles están repletas de sombras y bancos, por lo que es muy placentero establecerse allí en las frescas noches de verano para compartir alguna que otra conversación con los visitantes.
Algunas de las actividades que desempeñan los vecinos de Los Mochuelos, entre otras, son los paseos por sus calles, por las que también transitan libremente las mascotas, así como por los huertos. Es muy habitual encontrarse a autóctonos con un racimo de uvas o cualquier otra fruta y verdura de temporada. A pesar de contar con muchos bancos, hay quienes sacan la silla a su puerta y observan cómo transcurre la vida. Todo en conjunto hace que la experiencia visitando Los Mochuelos sea única e inigualable, al igual que su gente. Hablar del Jaén desconocido es ahondar aún más en el Jaén siempre rural, porque si a veces no sabemos de la existencia de nuestros propios municipios, menos aún de aldeas recónditas.