Solidaridad sin límites de Manos Unidas con África
La enorme solidaridad del pueblo jiennense no es noticia, aunque sí lo es la dura sequía que golpea varios lugares del globo, especialmente del continente africano. Con motivo de ello, Manos Unidas lanza el Reto del Agua 2025, que en esta ocasión pone el foco en las comunidades de las zonas rurales de Gweru, en Zimbabwe. Allí, la organización contribuye, “gota a gota”, en la construcción de pozos y huertos sostenibles, con los que se pretende ayudar a 3.538 personas. “En este lugar se lleva viviendo durante muchos años una sequía muy acuciante que provoca la muerte de personas y perjudica a los cultivos. Nosotros queremos que las personas tengan acceso directo al agua y no se vean obligadas a desplazarse varios kilómetros”, explica Lidia Casado, delegada diocesana de Manos Unidas en Jaén.
Una iniciativa que vuelve a tener una acogida admirable en la sociedad jiennense, quién desde el primer momento se ha volcado para que los habitantes de esta región zimbabuense puedan disponer de este bien básico. “Estamos teniendo una respuesta muy buena, estos proyectos se hacen realidad porque Jaén es solidaria a lo grande y se sensibiliza. Me gustaría hacer una llamada de atención para que no nos olvidemos de quién lo pasa mal”, apunta Casado. Aunque aún es pronto para obtener datos de este año, las cifras registradas en 2024 avalan que el pueblo de Jaén se conciencia con estas causas. Así, en el total del ejercicio anterior, Manos Unidas recaudó en la provincia 671.594 euros entre ingresos públicos y privados. Son números alentadores que dibujan grandes perspectivas para este año.
Para colaborar solo hay que entrar en https://colabora.manosunidas.org/100/Reto-Agua-2025 y echar un vistazo a los pasos que hay que seguir. Cabe destacar que además de la construcción de los pozos y los huertos, quiénes contribuyan permitirán la instalación de paneles solares que faciliten la electricidad, además de favorecer la formación de los habitantes de esta zona en este tipo de derechos. Se trata de una ayuda que, aunque pueda parecer simbólica, supone un mundo en regiones como Gweru.