Seis testimonios sellan en el papel la memoria de posguerra en Torrequebradilla

El pueblo entero acompaña a Arcángel Bedmar en la presentación de su nueva obra
Foto de familia con los protagonistas del libro junto al autor, Arcángel Bedmar y otras personalidades como Eleuterio Muñoz, Diego Calles Angulo o María Teresa Almagro. / Álvaro Guzguti / Diario JAÉN.
Álvaro Guzguti

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La Plaza Mayor de Torrequebradilla se vistió de fiesta y de ilusión el pasado viernes para acoger la presentación del nuevo libro de uno de sus paisanos más ilustres y admirados, el historiador Arcángel Bedmar González. Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada, ha dedicado gran parte de su vida, desde 1998, a publicar más de una decena de obras sobre la guerra civil y la represión en distintos municipios andaluces. En esta ocasión, su insaciable inquietud cultural le trajo de vuelta a su pueblo natal, cuando, tras conversar con seis de sus vecinos más veteranos, decidió plasmar la memoria de la vida cotidiana local del siglo XX en su duodécimo libro, que lleva por título “Torrequebradilla, historias para contar” y que ha sido editado por Diario JAÉN.

La experiencia vital de sus protagonistas (Juan Mármol, Dolores González, José Valverde, Remedios González, José Aranda e Isabel Morales) aparecen ahora unidas en un solo volumen, sellando así la memoria colectiva de un municipio que recibió la presentación de esta obra con una participación extraordinaria. Así, sobre el escenario acompañaron al autor distintas personalidades, como el alcalde de Villatorres —municipio al que pertenece Torrequebradilla—, Diego Calles Angulo, la concejala de Cultura, María Teresa Almagro Moreno, y el presidente de Diario JAÉN, Eleuterio Muñoz González.

“El libro es fruto de dos casualidades”, comenzó explicando Arcángel Bedmar. “Dos conversaciones que me llevaron a reflexionar sobre la posibilidad de poder reflejar dos experiencias vitales en un papel junto al recuerdo de otras personas”. El motivo, dijo, “es que las historias orales suelen desaparecer cuando ya no están entre nosotros quienes las mantienen vivas en su memoria”. Cinco de los seis protagonistas estuvieron presentes en el acto para recibir además un diploma municipal, que en representación de Dolores González recogió su hijo. El autor se detuvo después a firmar ejemplares para todos sus vecinos, formando largas colas antes de volver al festejo.

En primer lugar, la concejala de Cultural del Ayuntamiento de Villatorres, María Teresa Almagro Moreno, se dirigió a todos los presentes para señalar que, en un día en el que se compartió “música, risas y encuentros con los amigos”, en Torrequebradilla tuvieron el “privilegio de compartir también cultura”. Además, reafirmó el “honor” que supuso la posibilidad de presentar este libro, cuyo autor es también “un amigo”. A continuación, Diego Calles Angulo, alcalde del municipio, puso en valor “la suerte” de todos los habitantes de este municipio al tener a un autor como Arcángel Bedmar, que decidió “inmortalizar historias cotidianas de su pueblo y de su gente”. Seguidamente, Eleuterio Muñoz González, presidente del Consejo de Administración de Diario JAÉN, puso en valor que el medio de referencia en la provincia “se prodiga en la edición de libros”, comenzó explicando, “unos libros que van en consonancia con nuestra línea editorial, que ensalza a los buenos autores y con ellos a todas las cosas buenas de nuestra tierra que muestran al mundo”. Asimismo, aseveró que el libro de este autor le “emocionó desde la primera hasta la última de su historia, historia de nuestros padres y madres contando aquella vida de antes”. “Quien olvida su pasado es un pueblo sin alma, que no tiene vida ni recuerdo anterior y que le falta lo más puro de su esencia. Desde luego, en Torrequebradilla eso no pasará jamás”, destacó Eleuterio Muñoz. Por otro lado, el autor del libro, Arcángel Bedmar González, contó que la obra es “fruto de dos casualidades: una anécdota triste de la niñez de Juan Mármol, cuando trabajaba de cabrero”, recordó. Otra que escuchó de José Valverde, quien le refirió “cómo antiguamente los hombres bebían vino en el bar hasta hartarse, mucho más que ahora”. “Estas dos historias me llevaron a reflexionar sobre la posibilidad de poder reflejarlas algún día en un papel junto a los recuerdos de otras personas”, continuó. “La historias orales suelen desaparecer cuando ya no está entre nosotros quien las mantiene en su memoria”, señaló.