Procesión con aromas puros de la Sierra de Cazorla en Burunchel

Decenas de personas y varias carrozas suben con los patrones desde la ermita con devoción
San Francisco y la Inmaculada Concepción, a su salida de la ermita. / F. Gaitán / Diario JAÉN.
Diario de Jaén

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Burunchel tiene censados a unos 500 habitantes, sin embargo durante la fiestas la población se puede multiplicar por cuatro, llegando a rondar las 2.000 personas. Días de fiesta organizados por el Ayuntamiento de La Iruela y la Asociación de Jubilados “Cueva Llana” de Burunchel. Ya desde por la mañana había ganas de fiestas, puesto que había varios grupos que habían preparado una carroza y ya hacían sonar el claxon de sus vehículos para avisar de que era el día en el que se inauguraba la feria. Personas procedentes de Barcelona, Madrid, Valencia y otras partes de España acuden, sobre todo por estas fechas para reencontrarse con sus raíces, familiares y amigos que durante el resto del año no suelen ver. La Ermita de San Julián, datada del siglo XV, acogió una eucaristía oficiada por el párroco Germain Mvogo Eloundou, acompañado por el sacerdote Bartolomé López.

Una eucaristía de sierra, como las de siempre, en la puerta de la ermita con la naturaleza de fondo y los cantes alegres del Coro Rociero de Cazorla. Sacaron primero los tronos de San Francisco y la Inmaculada Concepción —muy floreado— y la gente quiso inmortalizar su momento con la patrona. Antes de que comenzara la procesión, el grupo de baile “Aires de la Sierra” de Burunchel hicieron una coreografía muy tradicional que arrancó el aplauso de todos los presentes. La procesión contó con el acompañamiento musical de la Agrupación “Amigos de la Música de La Loma”, un grupo de amantes de la música de Semana Santa procedentes de diversos lugares, como Torreperogil, Úbeda, Baeza e incluso, de Linares y Peal de Becerro. Todos ellos se reúnen por estas fechas para participar en procesiones como la de ayer.

Ya era mediodía y el sol comenzaba a dejar su mella en los presentes durante la empinada subida de un kilómetro hasta llegar al núcleo de Burunchel. Los tronos transitaron por varios rincones muy adornados, como la Fuente del Gusarapo, decoradas con mantones de manila para la ocasión. Las carrozas ponían su música para llenar de alegría esta subida que finalizó en la amplia Parroquia del Espíritu Santo. En su explanada, San Francisco, la Inmaculada Concepción y San Julián fueron mecidos al son de la música y, tras la “Marcha Real”, Aires de la Sierra hizo, de nuevo, otro pase con más ritmo por los numerosas giros que hicieron sus integrantes.

“Es un día muy especial. La gente tiene ya como tradición celebrarlo. Puede que el 70% de los presentes vengan de fuera, pero son de aquí”, aseguró Félix López. Herminia Torrente viene todos los años porque su marido sí es de Burunchel y destaca que esta feria todos la viven juntos y en familia. “Vengo siempre para recordar las raíces de mi familia y los que no están. Estoy con mi niña para que ella ya vaya conociendo las tradiciones”, apostilló María José Vila. Según Emilio Aranda, son unas fiestas más auténticas, a las que asiste siempre para reunirse con su familia. “Quienes viven fuera vuelven a Burunchel para estar en familia. Vendrá mucha más afluencia de gente al celebrarse en fin de semana”, manifestó Daniel Sánchez, alcalde de La Iruela. Ramón Bustos, pedáneo del núcleo, subrayó que “Burunchel vuelve a tener vida y alegría cada verano”. “Soy hija de emigrantes de aquí que emigraron a Cataluña en los 50. Venir a Burunchel siempre me trae muchos recuerdos y es emocionante”, expuso Lorena Michavila.