La Purísima colma de gran devoción los rincones de Santiago de la Espada
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Las fiestas del mayor núcleo de Santiago-Pontones vivieron uno de sus momentos más esperados con la procesión de La Purísima, que volvió a congregar a vecinos y visitantes en una mañana marcada por la devoción y la alegría en Santiago de la Espada. Tras una misa solemne, el repique de campanas de la Iglesia de Santiago Apóstol anunció la salida de la imagen, mientras decenas de personas aguardaban para acompañarla en su recorrido. En el desfile procesional no faltó la participación de los vecinos. Algunos siguieron a la imagen a su paso por las calles, en cambio, otros se animaron para llevarla a hombros. Numerosos anderos tuvieron el honor de portar a la Virgen, primero ellos y después ellas. Durante el trayecto, todos los rincones estuvieron llenos de fieles que, entre flores, aplausos y vítores de “¡Viva La Purísima!”, siguieron su caminar a pesar de las altas temperaturas.
Los momentos especiales no tardaron en llegar. En numerosas ocasiones, los anderos acercaron a la Virgen a las puertas de las casas de los vecinos enfermos, para darles fuerza. La emoción también se dejó ver con la parada de La Purísima en la residencia de mayores, donde fue recibida entre muchos aplausos y muestras de cariño. Allí, los vecinos realizaron bailes tradicionales, acompañados por el coro, que crearon una atmósfera emotiva y tradicional. La música también fue la gran protagonista, que corrió a cargo de Los Pizarrines, de La Puerta de Segura, que aportaron energía y emoción con pasodobles y diversas marchas procesionales. A lo largo del recorrido, balcones y calles lucieron sus mejores galas, mientras los vecinos se sumaban a la celebración con trajes típicos, mantillas blancas y pañuelos. La música, la danza y la fe se entrelazaron en una procesión que no dejó indiferente a nadie. De regreso a la iglesia, el sentimiento era de orgullo y satisfacción por mantener viva una tradición que va más allá de lo religioso, convirtiéndose en un símbolo único.
“Todo el pueblo sale en la procesión para acompañar a la patrona. Es un día en el que la imagen visita a los enfermos y se la hace una ofrenda”, señaló Federico Martínez. Rosa María García apostilló que “es un día muy emocionante porque hay muchas personas enfermas y se va a estar para darles fuerza”. “Venimos de Gerona, aunque mi marido es de aquí. A mí me encanta ver cómo disfruta la gente de esta celebración. Nunca he visto una fiesta tan bonita”, manifestó Loli Martínez. Manuel Castillo nació en Santiago de la Espada y, aunque vive en Madrid, cada año pasa por esta fiesta: “Aquí lo vivimos con mucha ilusión porque es la patrona del pueblo”. “Tenemos mucha devoción a la Virgen y nos encanta acompañarla en este día. Además, también nos gusta participar en el coro y en los bailes”, dijo María Gloria García.