La asociación “Corazón y Esperanza” recibe formación del Hospital Alto Guadalquivir

La Unidad de Rehabilitación Cardíaca ha sido la encargada de impartir esta jornada
Momento de una de las charlas impartidas.
Diario de Jaén

El Hospital Alto Guadalquivir, a través de dos de las integrantes de su Unidad de Rehabilitación Cardíaca, ha desarrollado una jornada educativa y formativa junto a la asociación “Corazón y Esperanza” con el objetivo de fortalecer el vínculo institucional del centro hospitalario y su entorno social para ayudar a prevenir cardiopatías entre la ciudadanía. Igualmente, se ha tratado de resolver dudas específicas de los pacientes con respecto a su estilo de vida cardiosaludable, el ejercicio físico o los fármacos que deben consumir.

En concreto, la intervención ha corrido a cargo de la enfermera Concepción Recuerda y la fisioterapeuta Elena Ruiz, miembros de dicha Unidad de Rehabilitación Cardíaca que el hospital andujareño puso en marcha en el año 2008. Según han apuntado las profesionales, “es importante transmitir a los pacientes que el estilo de vida saludable debe mantenerse durante toda su vida y que son ellos mismos los responsables de transmitir el estilo de vida saludable al resto de la comunidad”.

Del mismo modo, las profesionales han querido destacar y agradecer el papel de las asociaciones de pacientes “para promover y mantener una vida saludable, como soporte logístico y emocional para los enfermos y sus familias al poner a su disposición recursos que pueden utilizar para mejorar su calidad de vida”.

La enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica está entre las primeras causas de muerte en nuestro país. Es una entidad que tiene un enorme impacto en el individuo que la padece, en su calidad de vida, en su futuro personal y social e incrementa el riesgo de muerte súbita.

“La cardiopatía isquémica es prevenible en todas sus etapas: tanto desde antes de que ocurra como los impactos negativos una vez que la enfermedad ha tenido lugar. Muchas muertes son evitables con una actuación correcta y la mayoría de los pacientes que superan la fase crítica pueden ser rehabilitados e incorporarse a su vida habitual”, afirman las profesionales.

Ya en 1973 la Sociedad Internacional de Cardiología señaló que la rehabilitación cardíaca debía comprender todos los aspectos de los pacientes con cardiopatía isquémica, como prevención de factores de riesgo, rehabilitación física e incorporación a una vida normal. Igualmente, existen numerosos estudios en los que se demuestra que estos programas aumentan la seguridad en sí mismo del paciente, la tasa de reincorporación laboral y el perfil de factores de riesgo, además de una disminución en la mortalidad tanto a corto como a largo plazo.