Hasta el Himalaya en busca de una esperanza contra la ELA
En septiembre de 2025, dos pacientes de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) liderarán una expedición inédita en el Himalaya para conquistar una montaña nunca escalada. Uno lo hará con su cuerpo, el otro narrará la aventura con el iris. Miguel Sanchiz, bailenense diagnosticado hace apenas un año, será el encargado de dar el paso físico. Miguel Ángel Roldán, cuya movilidad está completamente limitada, narrará la hazaña con sus ojos, mediante tecnología de seguimiento ocular. Juntos quieren que el mundo mire hacia otra conquista más urgente: la cura para esta enfermedad. “Es un todo sueño para mí”, comparte Sanchiz con Diario JAÉN al recordar el momento en el que le propusieron formar parte de ELApeak – Montaña Anónima. Montañero desde hace quince años, su diagnóstico en julio de 2024 no apagó sus ganas de seguir coronando picos. “La idea es hacer cumbre en una montaña sin nombre. Que sean nuestros pies los primeros en pisarla”, sostiene el jiennense.
Lo hará junto a los alpinistas Unai Llantada y José Carlos Tamayo, alpinistas con una dilatada experiencia. Y con la compañía, a miles de kilómetros de distancia, de Roldán. El cordobés fue triatleta antes de recibir su diagnóstico en 2018. Ahora, será la voz de aquellos que ya no pueden subir, pero siguen luchando contra esta cruel enfermedad. Por el momento, la ELA tan solo afecta a sus dos brazos, y sus piernas siguen siendo el motor de su vida y de su gran pasión. “A menudo voy a Sierra Nevada y me estoy preparando en altura”, asegura Sanchiz. El reto es mayúsculo y, aunque las fuerzas puedan flaquear en el camino, el jiennense confía en poder llegar hasta la cima y representar a los miles de enfermos de ELA en España.
Más allá del reto físico y psicológico, el objetivo es conseguir fondos para la investigación de una cura. La esperanza de vida del paciente es de tres a cinco años, periodo al que se enfrentan a un progresivo deterioro sin ningún tratamiento que lo frene. “No les somos rentables a las farmacéuticas”, critica Sanchiz, a la vez que denuncia falta de dotación económica para los pacientes en la sanidad pública: “La rehabilitación que recibo es por un fisioterapeuta privado. Si no puedes pagártelo, la enfermedad se ceba mucho más contigo”. Desde las laderas del Himalaya, dará un nuevo paso hacia una vida de esperanza para los pacientes de ELA. Aunque la montaña no tenga nombre, ellos ya la han bautizado con su coraje.