Ganado bravo entre olivares y tierras rojas, de La Estrella a Navas de San Juan
La cita es temprano, a las nueve de la mañana, junto a la ermita de la Virgen de la Estrella, patrona de Navas de San Juan. El camión con los toros de Igea (La Rioja) que pastan habitualmente en un enclave reserva de la Biosfera por las huellas de los dinosaurios del entorno, llega con antelación y espera, junto con el destacamento de Protección Civil (Juan Antonio, Juan José, Faustina y Lucía) a que lleguen los caballistas, parte fundamental del encierro. El Ayuntamiento recuperó el año pasado un encierro a pie y a caballo que en dos años se ha convertido en santo y seña de las actividades, numerosas, que el Ayuntamiento hace en pro del mundo taurino. Cita tempranera para evitar el calor y con una veintena de caballistas naveros y de los alrededores que a poco que son desencajonados los toros y los cabestros, toman el control con unas breves instrucciones del ganadero y sus ayudantes. El recorrido es entre olivares y tierras rojas, con intentos de escapatoria de los astados para comer y la emoción se guarda para el final, cuando es recibida la manada por los vecinos y pasean por las calles con total entrega, se les nota que están acostumbrados a la gente y que no se alteran por nada. Fotos y vídeos delante y detrás, junto a los mismos cuernos, y eclosión final en la plaza de toros de Navas de San Juan, fin del encierro.