Esta vez han sido buzos buscando rastros de Ibrahima Diouf en la batida de Mogón
El caso sigue abierto y, después de los primeros registros realizados en Villacarrillo el pasado mes de septiembre, la investigación llega hasta Mogón. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, apoyada en el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, rastrea balsas naturales de esta pedanía de Las Villas en busca de alguna pista que les pueda llevar hasta el paradero de Imbrahima Diouf, un temporero que desapareció en enero de 2021 , después de comunicar a su patrón que dejaba el tajo de aceituna, y del que nunca más se supo.
Fuentes de este grupo especializado en casos tan llamativos y mediáticos como el de Diana Quer o Gabriel Cruz aseguran que la búsqueda empezó por la mañana y terminó pasadas las tres de la tarde y, en principio, no tienen previsto regresar de nuevo a Mogón. Es lo único que trasciende de una búsqueda en la que se pudieron ver los buzos en tres lagunas naturales que hay en la pedanía, con mucho menos caudal que antes por culpa de la sequía.
En la mente de los villacarrillenses quedan aquellos días de ajetreo de septiembre en los que los agentes de la UCO, con equipos avanzados para la localización de restos, inspeccionaron propiedades del patrón, siempre presente en los registros, tanto en el municipio en el que tiene locales en los que pernoctan cada año sus temporeros como, posteriormente, en una finca de olivar de Villanueva del Arzobispo. Llegaron hasta lo más profundo de los pozos y, según las fuentes consultadas, no quedó un palmo sin rastrear en el terreno en el que trabajó el temporero que desapareció ni tampoco en un garaje y dos locales que son propiedad del patrón que le contrató. Los guardias civiles dieron por cerrada la operación el 28 de septiembre por la tarde y quedaron a la espera de los informes de criminalística con las pruebas halladas en los lugares que batieron palmo a palmo.
El caso entraba en un compás de espera. El objetivo es encontrar alguna pista de Ibrahima Diouf, pero como telón de fondo está otro temporero contratado por el mismo empresario que también desapareció en Villacarrillo, concretamente, en 2013. Se trata de Tidiany Coulibaly, de 22 años, del que se perdió el rastro después de que él y otros trabajadores inmigrantes de su cuadrilla mantuvieran una discusión con el patrón, a quien manifestaron sus quejas por las condiciones de trabajo en la recolección. Hubo juicio en 2016 por, entre otros delitos, explotar a trabajadores inmigrantes y haber hecho desaparecer a uno de ellos que se levantó en portavoz de la cuadrilla, pero el empresario, ahora investigado, fue absuelto del delito de desaparición forzosa de Tidiany. El caso sigue abierto y bajo secreto de sumario.