El potencial del olivar frente al cambio climático

Cristóbal Cano defiende la utilización de biocarburantes y la producción de biogás a partir de residuos del campo
Vista aérea de una planta de producción de biogás, que transforma los residuos del campo en energía eléctrica. / Europa Press.
Fran Miranda

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de España, el alcalaíno Cristóbal Cano, considera que el sector primario “debe apostar decididamente por los biocarburantes de segunda generación, donde la interacción con el destino alimentario será mínima”. Igualmente, cree que “hay que explorar las vías de desarrollo que traerán los ‘biofuels’, los combustibles de aviación sostenible a partir de aceites de materias primas”. “Desde enero, los aeropuertos están obligados a proporcionar un 2% de estos combustibles a la industria aeronáutica, que pasará a ser el 70% en 2050”, sostiene. En este sentido, Cano Martín asegura que para satisfacer una demanda que es creciente sin comprometer la producción de alimentos y añadir una nueva oportunidad para aumentar los ingresos de los agricultores, “es necesario un sistema avanzado de doble cultivo que permita producir alimentos en verano y combustible en invierno”. “Para ello, la Unión Europea debe armar una definición amplia e inclusiva de cultivos intermedios”, añade el secretario general de la UPA, que dice que su organización ya está en ello: “Avanzo que ya tenemos contactos con diversos actores de este nuevo sector para tejer alianzas que beneficien a los agricultores”.

Igualmente, se refirió a la biomasa y al biogás. “Defendemos que la lucha contra el cambio climático debe pasar también por el impulso de la biomasa, tanto agrícola como forestal, ligada al aprovechamiento ganadero”. Asimismo, Cano precisa que la propuesta de UPA “se concreta en un plan de apoyo a la utilización de biomasa con destino térmico para apoyar la calefacción de casas, granjas e industrias, con especial incidencia en el medio rural desde un punto de vista estrictamente agronómico”. “El apoyo a este tipo de producciones agroenergéticas tiene un elemento muy importante”, señala Cano, que precisa: “Es un tipo de producción energética pegada al territorio, donde no hay margen para la importación. Por lo tanto, su desarrollo supone un claro impulso a la producción puramente nacional y al mundo rural”.

“Por otro lado, no podemos olvidar la valorización que se debe hacer de todos los restos de cosecha o de poda. Es un lujo que España no se puede permitir: despreciar todos los años una cantidad muy importante de biomasa de este origen. Por tanto, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) apoyará todas las iniciativas tendentes a aprovechar energéticamente los restos de poda o de cosecha, tanto con destino térmico como eléctrico”, asegura el líder de la organización agraria mayoritaria en la provincia jiennense, donde cuenta con más de 3.000 afiliados y 44 años de historia. Al respecto, apunta: “Lograr un crecimiento inclusivo de la biomasa que permita conciliar los objetivos medioambientales, entre ellos paliar el cambio climático, con otros de las políticas públicas, como pueden ser económicos, sociales y territoriales, precisa un cambio regulatorio que vuelva a incorporar un marco estable y de garantía para su expansión”. Además, como interés agrario, Cano destaca, evidentemente, el uso de los residuos ganaderos para la obtención de biogás. “La relevancia de la ganadería intensiva puede presentarse en forma sólida, los estiércoles, o en forma líquida, los purines”, destaca el secretario general de la UPA en su compromiso por la sostenibilidad.

Datos de la situación actual

En Andalucía, a día 30 de junio de 2024, existen 21 plantas de producción de biogás, todas ellas para generación de energía eléctrica, que aportan un total de 33,45 megavatios. De ellas, 11 están ubicadas en vertederos de residuos sólidos urbanos, 9 en estaciones depuradoras de aguas residuales y solamente una en una explotación ganadera, que utiliza como materia prima para producir biogás residuos del porcino. La tecnología para la producción de biogás tiene un grado de madurez muy elevado y cuenta, además, con una muy fuerte implantación en todo el mundo. Solo en Europa existen en torno a 19.000 plantas de producción de biogás. Sin embargo, en España, esta tecnología tiene aún una implantación muy moderada. Tan solo hay 210 plantas de biogás activas, 21 en Andalucía, según los últimos datos disponibles.