El patrón de Cabra del Santo Cristo reúne bajo la fe a grandes grupos de visitantes
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La fe infinita hacia el Cristo de Burgos vuelve a congregar a multitudinarios grupos de visitantes, procedentes de distintos puntos de España, para la celebración de una solemne procesión. Son muchos los milagros que el patrón de Cabra del Santo Cristo ha concedido a todos sus devotos. Por ello, año tras año, los feligreses se unen para festejar su día grande. Por la mañana, se celebró la eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de la Expectación. El templo albergó a un gran número de personas que, por la tarde, volvieron para presenciar la recepción por las autoridades locales a las hermandades y, después, la celebración de la solemne procesión. Desde un rato antes de que diera comienzo, las inmediaciones de la parroquia ya estaban a rebosar.
El sonido de la Asociación Cultural Musical Cabra del Santo Cristo resonaba a los lejos. En cuanto la imagen atravesó el pórtico, una oleada de aplausos inundó el ambiente. A continuación, dio comienzo la procesión. El Cristo de Burgos recibió dos petaladas acompañadas de mensajes de devoción y fe infinita. A medida que la procesión transcurría por el itinerario habitual, la larga comitiva aumentó mucho más. Uno de los momentos de máxima devoción fue en la ermita del Sudor, puesto que algunos de los fieles no pudieron reprimir algunas lágrimas de emoción. El cortejo retomó el recorrido hasta que, minutos después, finalizó en la plaza de la Constitución, dónde se encuentra la parroquia de Nuestra Señora de la Expectación. Los anderos balancearon la imagen al son de la última marcha interpretada. A continuación, el Cristo de Burgos volvió al interior del templo. Sin duda fue una jornada religiosa que siempre deja un recuerdo imborrable en el corazón de cada feligrés.
“Esto es algo muy grande, venimos todos los años y aunque no somos muy creyentes cuando sale el Cristo de Burgos te emocionas” aseguró Macarena Martínez. Para Francisca Martínez, también es muy importante y afirmó que esto para ella significa media vida porque tiene familia en Cabra del Santo Cristo y todos los años acude desde Barcelona. Francisco Gallardo explicó: “Es una fiesta que me gusta mucho. Llevo más de 40 años viviendo aquí y ya considero al pueblo como mi segunda casa”. Parecido es el caso de María Josefa Martínez quien confesó que para ella acudir al evento es como un ritual, aseguró que ningún año falla en esta gran cita. “Llevo ya diez años acudiendo a estas increíbles fiestas. He vivido en Valencia muchísimo tiempo, pero al final me he mudado a Cabra del Santo Cristo”, señaló Rocío Simón.