El día que Nava de los Troncos registró el récord de frío del sur de España

Juan Amor descargó el dato de temperatura del registrador, rememora la experiencia y cuentas los secretos del frío en la Sierra de Segura
Navalasno. Marzo de 2021. El equipo FrostSE viene de descargar el dato del -28,8º de Nava de los Troncos. / Fotografías y vídeo Proyecto FrostSE.
Miguel Ortega

El episodio se vivió en la Nava de los Troncos, Sierra de la Cabrilla, en la altiplanicie segureña de los Campos de Hernán Pelea, pero en la pequeña franja que corresponde a la sierra de Cazorla. Hasta allí había llegado un grupo de jóvenes geógrafos y climatólogos murcianos del Proyecto FrostSE. Van a descargar los datos de uno de los dataloggers instalados en la zona. El artilugio es un registrador de datos que monitorea las temperaturas. Descargar el dato corresponde a Juan Amor. Comprueba primero que el sensor funciona y lo comunica. Respira el grupo, porque el viento o la lluvia, a veces, los deterioran. El joven climatólogo pide a sus compañeros que se acerquen. Un cielo plomizo cierra sobre ellos a más de 1.800 metros de altura sobre el nivel del mar. La temperatura en esos momentos es de 1,7 grados. El dato que van a descargar es del 12 de enero de 2021. La operación dura unos segundos...

— ¡Ohhhh! Veintiocho con ocho grados bajo cero!—, grita Juan Amor

—¡Repite! !Hossstia!—, le espeta uno de sus colegas.

—¡Veintiocho con ocho grados bajo cero en la Nava de los Troncos, en la sierra de La Cabrilla! ¡Impresionante!—, vuelve a exclamar.

Desde aquel momento, los secretos del frío extremo en la provincia de Jaén, acotados fundamentalmente en esa comarca y la gran altiplanicie, fueron menos. Y esos -28,8º se mantienen como el récord absoluto de frío en el sur de España desde que hay registros. Ha sido la temperatura más fría verificada hasta ahora, pero no es ocasional. El grupo que mueve FrostSE está formado por 18 jóvenes cuya edad media es de 27 años, y tienen 35 colaboradores en la zona, gente de pueblos y aldeas, conocedoras del terreno. La investigación del frío en el sur de España es el objetivo del proyecto. Y en la serie que han trazado desde 2016 los datos son incontestables. Además del récord absoluto registrado aquel 12 de enero de 2021, en el invierno 2016-2017 la mínima fue de -18,6º en Monterilla (Santiago-Pontones), el 21 de enero de 2017. El invierno siguiente verificaron -24,2º en el mismo lugar, una cota de 1.660 metros, el día 5 de febrero de 2018. Hasta -14,1º de mínima se registró el 11 de enero de 2019 en Viboreros, a 1.555 metros, en el Calar del río Mundo. En Nava del Polvo (Cazorla), a 1.836 metros, el termómetro bajó hasta los -15,6º el 27 de enero de 2021, y en Nava de los Troncos, el 8 de enero de 2022 dataron -21,1º. Este invierno de 2023 el récord verificado es de -17º en Monterilla, el 1 de marzo. Puede no ser definitivo, porque aún les quedan por descargar cuatro dataloggers. Calculan que lo harán en mayo. ¿Por qué tanta demora? FrostSE es su pasión por la meteorología, la que les unió siendo estudiantes, y no tiene ayuda oficial; sólo sigue adelante con las aportaciones de sus colaboradores y el trabajo de campo que realizan unos y otros. Se va cuando se puede, aunque con cierta regularidad.

El grupo de climatólogos y geógrafos, al igual que los habitantes de la zona, está convencido de que este invierno se ha llegado a los -20 grados. Pudo ser, con toda probabilidad, el 1 de marzo, como avanzó diariojaén.es, aunque no hay verificación oficial. “Estamos seguros de que se pudo alcanzar esa temperatura, incluso superarse, pero nosotros sólo publicamos los datos registrados, verificados”, precisa Juan Amor. Los dataloggers no descargados pueden dar la sorpresa, o no, porque una ventolera y el agua dañó varias pagodas —cubiertas que protegen los medidores de temperatura instalados— a principios de este mes de marzo e inutilizó varios de ellos. Los datos no se pueden recuperar. “Una pena, pero esto es así. Ahora tenemos nuevo instrumental, nuevos termómetros y vamos a cambiar los sistemas de medición más resistentes al agua y al propio frío”, comenta. Así que los últimos datos que quedan en la dolina del Calar de las Palomas mantienen la esperanza.

Expedición a Hernán Pelea en febrero de 2018. Miembros de FrostSE y colaboradores.

¿Por qué tanto frío en esa altiplanicie?

Además de factores que están en al mente de todos, como la altitud, hay otros a tener en cuenta: “Hernán Pelea es una gran depresión, una cubeta, con altitud media de entre 1.600 y 1.700 metros. La altiplanicie está rodeada de picos altos sobre su base; está protegida por Banderilla, Las Palomas, La Empanada... y el aire frío se acumula en la cubeta”, explica Juan Amor. Y ahí, en determinadas condiciones es cuando se desploma el termómetro: estabilidad absoluta, nada de viento o viento en calma. Entonces se produce la inversión térmica, porque el aire frío es más denso que el cálido y se deposita en las zonas bajas. Esa noche en la que pudo caer a -20º, y que no se ha podido verificar, es un ejemplo: se daban esas condiciones. Y si la nieve, que cae abundante, es reciente, fresca, el aire se potencia más. La nieve protege, una obviedad, el frío. El cielo despejado es clave; si hay nubes actúan como una tapadera e impiden el ascenso del aire más caliente.

Estación de Pozo Romero.

El fenómeno de Pozo Romero

“La dolina de Pozo Romero es una gran sorpresa”, previene Juan Amor. La dolina es una depresión en forma circular. La gran dolina de Pozo Romero, en Siles, es otro de los vértices del frío extremo en la provincia. En el interior de la gran dolina, explica, hay una subdolina. La altitud de la cota supera los 1.400 metros. “La subdolina sigue enfriando el aire, de por sí ya muy frío”, precisa el geógrafo y climatólogo. Allí tienen un sensor instalado al borde de la gran dolina, otro en el fondo y uno más en la subdolina. “Las diferencias son abismales”, sentencia Juan Amor. Y cita un ejemplo. El 12 de enero de 2021 Pozo Romero alcanzó su récord de frío con -25,3º. “La difrencia esa noche fue una locura”, insiste. Esa misma noche en el borde de la dolina, 39 metros elevado del fondo, la temperatura era de -4,5º y en el fondo se registraron 20,8º menos. “A esto se le llama ‘caps’, piscinas de aire frío. Se debe a que el aire frío no se puede escapar porque está como en una hoya muy cerrrada y se queda ahí acumulado. Esa noche estaba cubierta de nieve también, la de Filomena”, precisa.

David Espín, Víctor Ruiz y Juan Amor, en los Campos de Hernán Pelea, en abril de 2018.

Del frío en pueblos y aldeas hasta las heladas en verano

Municipios y aldeas de la comarca sienten ese frío en invierno, aunque no con picos tan altos en sus mínimas. En el invierno de 2005, en enero, Pontones registró -21,5º en la estación que tiene la Aemet en Pontón Bajo, refiere Juan Amor. Santiago de la Espada registró -8º, -10º y -15º en 2004 y un -16º en 2005. En La Matea, aldea cercana, con la borrasca Filomena, el registro fue de -13,7º en enero de 2021. No hay invierno que no termine, primavera que no llegue, verano que no la suceda ni otoño con legión de hojas arrastradas por el viento. Esos sensores del FrostSE siguen activos y los investigadores y colaboradores también. “En verano hacemos seguimiento. La peculiaridad del sureste nos hace pensar que en esta estación nunca se dan bajas temperaturas y, mucho menos, heladas. Pero se dan en esta zona: en Pozo Romero, en los Campos de Hernán Pelea y en la Sierra de la Cabrilla hemos registrado heladas todos los meses del año. Por ejemplo, Pozo Romero tiene una media de 16 días de heladas en verano en estos cuatro años de observación”, relata.

¿Cómo trabajan los del FrostSE? En Cañada Hermosa y Pozo Romero, sus estaciones dan los datos en tiempo real, como en otros puntos de la provincia de Jaén, pero en determinados emplazamientos hay que ir a descargarlos. Y cuando hay algún fallo, o incidente, acercarse, cuando se puede, a comprobar y restablecer conexiones. “Vamos todo lo que nos es posible con nuestros medios. Esto no es un trabajo lucrativo. Nos une la pasión por esta tarea, con nuestros colaboradores; sin ellos no creceríamos ni podríamos seguir adelante”, reconoce. A través de su portal especializado Suremet dan los datos que obtienen en tiempo real; escriben artículos científicos sobre el fío en el sur de España y hacen expediciones a las zonas de estudio. Y nunca olvidarán ese día en el que Juan Amor cantó, o recitó, el -28,8º de Nava de los Troncos.