El Castillo de Espeluy “tiene un precio que está regalado”

Leonardo Valenzuela, propietario de esta edificación, habla por primera vez
Imagen de la torre del Castillo.
Francisco J. Marín

España es tierra de castillos, con la provincia de Jaén a la cabeza con 237 fortalezas en su vasto territorio. Todo tiene un porqué y es que en la posición geográfica jiennense se dieron las confrontaciones entre cristianos y musulmanes durante el periodo de Al-Ándalus.

Hace una semana corría como la pólvora una nota de prensa en la que el portal inmobiliario Idealista anunciaba la venta del Castillo de Espeluy, una fortificación de origen árabe, por un millón y medio de euros. Tanto medios provinciales como nacionales se hicieron eco de la noticia y, ahora, Diario JAÉN contacta con uno de los propietarios, Leonardo Valenzuela Gómez, para dar a conocer el motivo de su venta, así como los entresijos que esconde esta fortaleza desde que la familia Valenzuela la compró al duque de Medinaceli en la década de los 40.

Esta singular edificación, hasta la fecha, ha ido pasando de generación en generación desde su adquisición, en concreto por cuatro generaciones. Quien lo adquirió, a la sazón, fue Carlos Valenzuela Maldonado, bisabuelo del propietario que atiende a este periódico. De su hijo, Leonardo Valenzuela y Valenzuela, que fue alcalde de Linares durante 18 años, además de ser el fundador de Santana Motor y nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de las Minas, pasó a manos de Carlos y Francisco Valenzuela Ochoa tras su fallecimiento en 1984.

El actual propietario expone que no es la primera vez que el castillo se pone a la venta, puesto que, en 2003, cuando murió su padre, Carlos, la familia linarense intentó venderlo. “Por aquel entonces su valor era mucho mayor. Tuvimos dos compradores, pero, finalmente, no hubo entendimiento entre los cuatro hermanos para formalizar la venta”, afirma Valenzuela, quien al mismo tiempo señala que el precio de salida, aunque está fijado en un millón y medio de euros, debería ser de dos millones. “Para mí es barato, una ganga. Antes de la crisis inmobiliaria se tasó por muy encima del precio actual”. Según detalla, el castillo, que lleva cerrado desde 2015, necesita una potente inversión para su puesta en funcionamiento, un gasto que oscila entre los 200.000 y 300.000 euros. Asimismo, remarca que su mantenimiento, como es lógico, conlleva un coste muy elevado y que éste, principalmente, es el motivo de su venta. “Hace años que no le sacamos provecho. Nos han llamado empresas para celebrar convites de bodas o presentaciones de coches, entre otras propuestas, pero tampoco llegamos a un acuerdo en la familia”, señala el empresario agrícola y ganadero, quien atesora el hierro más antiguo en la provincia de Jaén de caballos de pura raza española, fundado en el año 1952.

Siempre es doloroso desprenderse de un bien preciado, sobre todo si se trata de una joya arquitectónica del siglo XII. Pero, aun así, Valenzuela remarca que es el momento de darle una utilidad práctica y sacar partido a los 4.800 metros cuadrados que dispone esta parcela, de los cuales 1.120 pertenecen a la edificación. En este sentido, pone como ejemplo la Casa Palacio de Mengíbar, una edificación de similares características que fue reconvertida en un hotel, aunque considera que el Castillo de Espeluy tiene más caché y un entorno más bonito. “Lo idóneo es que lo comprase una cadena hotelera, porque, además de que las instalaciones son perfectas para su explotación, está muy bien comunicado con la autovía del Sur (Cádiz-Madrid) y con la de Granada. Asimismo, otra de las posibles salidas que manifiesta es que se haga con él el Ministerio de Cultura para fines culturales, como puede ser un centro enfocado al oleoturismo, puesto que el olivar abunda en las inmediaciones de esta finca a orillas del río Guadalquivir. “También podría comprarlo un multimillonario que tenga este capricho. Pero esa opción no la veo viable”, expresa.

Desde que la familia Valenzuela es propietaria de este suntuoso inmueble, declarado Bien de Interés Cultural en 1985, han pasado por sus instalaciones reconocidos personajes de la historia de España, como el rey emérito Juan Carlos I, Manuel Fraga o Franco, quien éste último era asiduo en las monterías celebradas en la finca espeluseña. “Aristócratas y autoridades políticas de aquella época venían a cazar a la finca que tenía mi abuelo en Andújar y se hospedaban en el Castillo de Espeluy. Eran invitaciones de cortesía a cargo de los Valenzuela. Franco participaba en ellas casi todos los años”, declara.