El calor no detiene la adoración en Onsares por la Milagrosa
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Pensar en las fiestas y romería de Onsares, pedania perteneciente al municipio de Villarodrigo, significa recordar a la Virgen Milagrosa. La zona, situada en la parte nororiental de la comarca de la Sierra de Segura, celebró durante el pasado fin de semana su romería y fiestas patronales. Tras dos días de diversión, llegó el tan esperado domingo. Desde las nueve y media de la mañana, la banda recorrió Onsares, a modo de preparativo antes de la misa y la posterior procesión. La ermita se llenó de devotos, mientras que otros tuvieron que esperar fuera de esta. Tras finalizar la eucaristía, la virgen fue cargada a hombros por fieles y dieron comienzo a la marcha. Al salir del templo y descender las escaleras de este, la congregación se detuvo al final de estas, pues un grupo de vecinos dedicó unos bailes folclóricos a la santa.
La imagen fue cargada tanto por hombres como por mujeres en diferentes momentos de la travesía. La Virgen Milagrosa recorrió las calles de la pedanía hasta llegar al límite oeste. Una vez se llegó a este punto, la procesión dio medio vuelta para dirigirse al extremo contrario, cerca del río Onsares, homónimo a la pedanía. Fue un recorrido prácticamente sin pausas, pues los anderos realizaban intercambios al paso. Únicamente se detuvieron ante fieles que, debido a la edad, ya no pudieran seguir el ritmo de la marcha. Tras alcanzar el río, la procesión regreso hacia la ermita, donde se pudo vislumbrar a la virgen, por última vez, hasta las fiestas patronales del siguiente año.
“La fiesta local me ha gustado mucho desde siempre. Con más de noventa años, sigo viéndola aunque lo tenga más difícil. Soy un gran devoto”, declara Alejandro Marín. Para Consuelo Marín, estas son las mejores fiestas, “con las que el pueblo vuelve a tener mucha vida”. “He estado muchos años sin poder venir. Aún así cada vez que puedo me encanta acercarme. Así puedo recordar los viejos tiempos y disfrutar mucho”, apostilla Javier Sánchez. José Pedro Castellano destaca que, aunque no ha podido asistir muchas veces, son un días estupendos “para disfrutar de lo que ofrece el pueblo”. “No puedo venir todos los años y aún así puedo asegurar que disfruto cada vez que puedo venir. Hay mucha ilusión entre los vecinos”, manifiesta María de las Nieves Fernández.