Devoción, memoria y efeméride en El Parrizoso
La aldea del Parrizoso celebró la romería en honor de Nuestra Señora de las Angustias. Para llegar hasta el lugar desde Valdepeñas de Jaén hay una carretera asfaltada pero muy deteriorada, y cada año más, con mucha falta de un nuevo asfaltado. En la aldea, desde el año 1942, se celebra una romería muy peculiar a orillas del Quiebrajano, donde los vecinos realizaron, hace unos cincuenta años, un gesto de solidaridad, pues renunciaron a sus tierras para que se construyera el embalse que abastece a la capital y municipios de Jaén y Córdoba. Cientos de personas que fueron vecinos del Parrizoso y ahora viven en otros lugares como Jaén capital, Córdoba o Valdepeñas de Jaén, se dan cita en la aldea cada año para conmemorar lo que comenzaron sus mayores hace casi un siglo. Desde entonces, la Virgen de las Angustias es la protagonista cada primer domingo del mes de julio, con una procesión a hombros de los fieles desde su ermita, que data de la fundación de Valdepeñas de Jaén en el 1539 y se encuentra muy bien conservada. La procesión transcurrió por el núcleo principal de la aldea hasta la era, y el benefactor de la imagen de la Virgen y un gallardete —óleo sobre lienzo— fue el vecino Julián Peinado González.
A continuación, tuvo lugar una misa de campaña bajo la gran noguera centenaria, oficiada por el sacerdote, Mario Edson Chambunga, enviado por el párroco de Valdepeñas de Jaén, José Antonio Mármol, por motivos de agenda. Así, al finalizar la función religiosa, se realizó una foto de recuerdo con casi todos los asistentes y, posteriormente, se llevó a la imagen de la Virgen de vuelta a su ermita. Allí, los fieles le cantaron y comenzó la fiesta, el folclore entre familias que acudieron provistos de las mejores viandas para pasar un día inolvidable en el lugar que les vio nacer a la mayoría y que fue morada de sus antepasados. Este año, como en otros anteriores, con la falta por defunción de históricos del lugar, quienes nunca faltaron a la cita con la Virgen de las Angustias. Por ello, cada año se palpó en el ambiente la tristeza por la pérdida de figuras entrañables que siempre tenían un gesto amable y una historia que contar sobre la vida y costumbres de la pequeña aldea.
La historia de la actual la imagen de la Virgen de las Angustias comenzó en el año 1942, ya que, anteriormente, era un lienzo, pero fue destruido en la contienda civil. La talla actual fue regalada por la propietaria de toda la finca del Parrizoso, Raimunda Juárez Esteban, a los colonos en aquella época, quienes la transportaron a hombros desde Valdepeñas de Jaén hasta el Parrizoso por los caminos de la Sierra (unos 15 kilómetros), no sin pasar muchas dificultades, porque solo había veredas de herradura. El transporte de las pequeñas andas se hacía en algunos tramos casi imposible, pero no faltó ninguno de los colonos para arrimar el hombro, según contaron los más longevos del lugar, que en aquella época eran niños. Recordaron también cuando todos los hombres asomaron por lo alto de la loma con la Virgen a cuestas. Desde aquel año, se comenzó a celebrar la fiesta romera, en la que participaron las más de 100 familias que habitaron la aldea, y que fue organizada por los propietarios de la finca. Años más tarde, fueron los propios colonos los que se hicieron cargo de la organización, hasta nuestros días, que cada año, una o dos de las familias son las encargadas de la celebración, como son Antonio Montes, Juan Valderas, Paqui y Juani, quienes cuentan con el apoyo de todos los propietarios que residen fuera, pero que mantienen el compromiso con la tierra que les vio nacer, y que, en la actualidad, vienen a hacer las labores de las fincas.
Para el año próximo año está previsto que otra nueva junta se haga cargo de la organización de los actos de la Virgen, y estaría compuesta por Virginia Peinado, Paco Martínez, Ana y Josefa Aceituno, quienes con mucha fe siguen la estela de sus antepasados. Unos antiguos legajos de historia demuestran que, en el año 1570, existía la aldea del Parrizoso de Valdepeñas de Jaén, y que desde entonces, el primer domingo de julio se celebra una fiesta en su honor con todos los vecinos de los pueblos. “Va a salir todo genial, tenemos una devoción inmensa por la Virgen de las Angustias en esta hermandad”, aseguró Antonio Montes, Hermano Mayor de la cofradía. José Valdivia, vecino de El Parrizoso, manifestó su alegría por ver salir todos los años a la Virgen de las Angustias porque viene desde muchos años atrás. “Es una tradición que lleva mucho tiempo y une a todos los vecinos de las aldeas y pueblos colindantes. Es un día muy especial para todo el mundo”, incidió Manuel Falcón, vecino de Valdepeñas de Jaén.