Dejó escrito que una charanga lo acompañase en su propio entierro, y se ha cumplido

NUmerosos vilcheños han comtemplado con respeto el singular cortejo mortuorio
El coche fúnebre, seguido de la charanga, en una captura del vídeo.
Nacho Guzguti

Un entierro de lo más inusual. Miguel López, de la familia de Los Pilas de Vilches, falleció el pasado jueves, pero dejó acordado y por escrito antes de su muerte un deseo: que una charanga acompañase a su coche fúnebre, desde el tanatorio hasta la iglesia de San Miguel, y desde allí hasta el cementerio.

Así se ha hecho. La familia contrató a la charanga El Posturón y muchos han sido los vecinos que se han acercado respetuosos a contemplar el singular cortejo mortuorio con música festiva. El grupo musical iba alternando pasodobles, como Paquito el Chocolatero, con otras composiciones. A pesar de la tristeza de la despedida, la charanga ofreció el animado adiós a una persona que, con toda seguridad, se había ganado con su humor y simpatía a los vecinos qcon los que convivió y a los que le acompañaron en su último viaje hasta el cementerio.