Ceal: una aldea con doce censados que no se priva de tener feria
Probablemente, si el Libro Guinness de la Récords midiera esas cuestiones, la aldea de Ceal, en el término municipal de Huesa, sería el lugar más pequeño del mundo con feria. Así se llama allí a las fiestas patronales en honor de la Virgen de Fátima, que se viven este próximo fin de semana. Aunque oficialmente solo hay doce censados, en verano la población se multiplica, hasta llegar a unas doscientas personas gracias a los emigrantes —procedentes sobre todo de Alicante capital y Elche— que regresa, junto con sus descendientes, para veranear en la tranquilidad. El alcalde huesense, que ante todo da las gracias al pedáneo, Juan Robledillo, y Juani Romero por su labor de “enlace”, desgrana el programa. El 3 de agosto se empieza a las ocho de la tarde con una misa. A continuación es la procesión, en una salida que tiene la peculiaridad de que el cortejo es agasajado con agua a su paso por las viviendas dispersas. Para cerrar la jornada, velada con Trío de Cantantes y la discomóvil de DJ Jesús García. El domingo 4, desde las once de la mañana actividades lúdicas para los niños. Por coherencia con el ahorro de agua no habrá fiesta de la espuma. También se disputará un torneo de chinchón y se cerrará con una comida y una tarde de convivencia.
Padilla indica que, para el futuro, se plantea cambiar la fecha al tercer fin de semana de agosto, después de la feria de Huesa. De esta manera, se incentivará la participación y se rebajarán los rigores térmicos. Serían unas fechas más propicias para los ilicitanos con raíces en la tierra, pues en esa parte de Levante el censo de gentes de Huesa y Ceal y sus descendientes supera a la población que hay ahora en el edificio. Ceal tiene una historia antiquísima. Así lo atestigua el yacimiento íbero de Castellones de Ceal —situado en el término de Hinojares— y prolífico en hallazgo arqueológicos. En esta parte de la cuenca del Guadiana Menor confluyen ríos como el Ceal, el Turrillas o el Tíscar. El Barranco de la Canal es vital para el suministro de agua. El entorno tiene un sugestivo paisaje subdesértico y núcleos como Arroyomolinos, con casas cueva, y otrora foco de prosperidad. Hablar del Jaén desconocido es ahondar aún más en el Jaén siempre rural, porque si a veces no sabemos de la existencia de nuestros propios municipios, menos aún de aldeas recónditas.