Antonio José Rodríguez: “El principal reto de Cazorla es el demográfico”

Alcalde socialista del municipio en los últimos 14 años, cree que es el momento de dar el paso y dedicarse de nuevo a la ingeniería agrónoma, su profesión
Nacho Guzguti

ALCALDES QUE NO REPITEN

—¿Por qué toma la decisión de no presentarse?

—Son varios los motivos. El primero de todos es que son casi 15 años al frente de una Alcaldía, en un municipio complejo por lo bonito que tiene, en cuanto a la diversidad de cosas por las que trabajar. También entiendo que después de 14 años uno tiene que llegar a la política teniendo claro que esto no es una forma de vida, sino un espacio en el que llegas para echar una mano. Creo que después de estos años esa parte ya está hecha y hay que dar el relevo en política. Esa diría que es la primera razón. Y la segunda es que yo soy trabajador de una empresa en la que tengo una excedencia forzosa por cargo público. Soy ingeniero técnico forestal e ingeniero agrónomo y me encanta mi profesión, y estudié para desarrollarla. En este sentido, quiero jubilarme en lo que estudié. Creo que es el momento, con casi 50 años, de volver con fuerza, y con ganas de seguir trabajando.

—¿De qué proyectos realizados se siente especialmente orgulloso en estos 14 años?

—Han sido cosas muy dispares. Por empezar por el final, con muchísimo esfuerzo y después de muchos avatares, estoy orgulloso de que el centro hospitalario de Cazorla esté funcionando y sea una realidad. Hace 20 años, cuando yo entraba en política, nadie pensaba que esto pudiera ser. Es una de las primeras cuestiones. Otra tiene que ver con qué era Cazorla en materia turística, en relación al Parque Natural, y qué es ahora. Antes era una puerta de paso al parque, y ahora además de ser esa puerta de entrada es el portal en el que la gente quiere quedarse y disfrutar. En ese sentido, quizás la revitalización del conjunto histórico-artístico, la puesta en servicio de las Minas de Santa María, la Bóveda del Río Cerezuelo... del conjunto de actividades patrimoniales ha sido una parte importantísima de estos años. Por otro lado, el desarrollo e impulso de actividades culturales y deportivas, que han significado un complemento perfecto al turismo de naturaleza. Blues Cazorla, Tragantía, Flamenco... el conjunto de actividades que hemos conseguido desarrollar durante todo el año, que hace que las personas que quieran visitarnos tengan mil cosas entre las que escoger. Por último, cuando cogí la Alcaldía, allá por 2008, el Ayuntamiento se embarcó en unas inversiones importantes justo cuando se caía todo, incluida la economía, y hemos conseguido reducir la deuda del consistorio, en los momentos más difíciles, en los que había que abrocharse el cinturón, de 15.000 millones de euros a la mitad. La reducción de la deuda es algo que no se ve, pero es algo bueno para el Ayuntamiento y también bueno para el municipio, así como para corporaciones futuras.

“Cazorla es un espacio con calidad de vida para vivir”

—¿A qué retos se enfrentará su sucesor en la Alcaldía?

—Creo que de alguna forma la competitividad que hay entre los municipios. Cazorla es un espacio con calidad de vida para vivir. Por ello, fundamentalmente el reto es que tengamos la capacidad de que en los municipios de ámbito rural de menos de 10.000 habitantes atraigamos a los talentos, a los trabajadores, a las microempresas, a las empresas, a los autónomos, que bien sea porque ejercen teletrabajo, bien sea porque tengan la capacidad de trabajar de forma deslocalizada en el territorio, quieran y puedan afincarse en Cazorla para vivir. Creo que el reto demográfico, no perder población en los territorios, es importantísimo. El principal reto probablemente sea ese.

—¿Qué le diría a sus vecinos tras el apoyo mostrado después de tantos años?

—Primero, creo que hay que pedir disculpas por todo aquello a lo que no se ha llegado. Y por otro lado gracias. Gracias porque de alguna forma he sentido que trabajaba con mi pueblo, no solo para mi pueblo, sino con él, y eso reconforta cada día. Me he sentido muy a gusto en la Alcaldía, y uno se siente a gusto cuando está bien acompañado.