“Solo fui a un concierto y aún tengo sensibilidad a la luz natural y flases”

Hablan los afectados por el láser del festival de los colores
El festival ColorsTribe, o festival de los colores, se celebró en Ifeja los días 23 y 24 de marzo de 2019.
Fran Miranda

Aparte de joderme la vida siendo tan joven, hay una secuela colateral peor que esa: lo mal que lo ha pasado mi familia y la de los demás afectados por ir a un concierto a escuchar al artista que te gusta”. Es el testimonio de Sergio Cózar, uno de los damnificados por el uso de punteros láser en el festival ColorsTribe, que se celebró en la capital entre los días 23 y 24 de marzo de 2019. El juicio por el caso, previsto para hoy, se aplazó al próximo 5 de octubre por dos motivos: uno de los acusados recusó a su abogada y tres testigos propuestos por otro de ellos no fueron citados al juicio.

De esta manera, la agonía se alarga para Sergio Cózar, José Ballesteros y Carlos Trujillo, tres damnificados por los punteros láser. “Ninguno de ellos tiene la pretensión de que nadie vaya a la cárcel”, aclara Manuel Gutiérrez, abogado del primero de ellos, que, acerca del caso, asegura: “El reproche penal que alegamos es que hay un resultado por utilizar aparatos malos, el daño es objetivo”.

Tres años después de la celebración del concierto, los afectados por el láser aún tienen secuelas graves. “Yo tengo miopía, pero cuando me ponía las gafas y miraba a lo lejos conseguía ver bien, ahora ni eso”, indica Ballesteros, natural de Huesa, que reconoce que las manchas negras que veía “ya han desaparecido”.

Por su parte, Cózar, de Jaén con residencia en Almería, asegura que con el paso de los años, y conforme desapareció progresivamente el edema de la retina, “recuperó algo de agudeza visual”. “El problema vino cuando comenzaron a aparecer molestias muy incómodas, como la sensibilidad a la luz del sol, que aún hoy mantengo, flases de luz y muchísimas miodesopsias —manchas que aparecen en el campo visual y que pueden llegar a afectar a la visión—”, explica el jiennense, que añade: “Eso fue igual de malo que el no poder ver por ese ojo, ya que esas molestias se manifiestan en cualquier situación, no puedo estar tranquilo en ningún momento, ya sea la calle, en clase o en el trabajo”.

Un acusado rechaza a su abogada y el juicio se aplaza al día 5 de octubre

El juicio por el caso láser iba a celebrarse hoy, pero fue aplazado al próximo 5 de octubre, primero, por recusar a su abogada uno de los acusados y, segundo, por no citarse a los tres testigos propuestos por otro de los acusados. El abogado de Sergio Cózar, uno de los tres jóvenes afectados por el uso de punteros láser en el festival ColorsTribe, también conocido como festival de los colores, explica a este periódico que son cuatro los acusados en la citada causa: el propietario de la compañía organizadora, el responsable de la contratación de los aparatos y dos técnicos de la empresa. En este caso, fue uno de los dos técnicos acusados el que rechazó a su abogada, que le había sido asignada de oficio. Otro de los técnicos propuso tres testigos que no fueron citados, por lo que la jueza optó por fijar una nueva fecha para la celebración del juicio: el 5 de octubre, momento en el que los tres damnificados esperan ver resueltas sus demandas, si es que hay sentencia que sea capaz de reparar un daño de tal envergadura. Como anécdota, trivial si se compara con las lesiones sufridas por los tres jóvenes, la “no celebración” del juicio les supuso un innecesario desplazamiento en plena época de exámenes y con los plazos de entrega de sus trabajos fin de grado a la vuelta de la esquina. Desde Almería, Huesa y Ciudad Real se trasladaron los tres afectados.