¿Ser vegano es sinónimo de estar sano?
Cada vez más personas, sobre todo jóvenes, se identifican como veganas y siguen una dieta basada en plantas para promover la sostenibilidad y el ecologismo. Aunque los veganos creen que sus elecciones dietéticas favorecen su salud y la del planeta, una investigación del Centro de Salud Pública de la Universidad de Viena sugiere que ser vegano no se traduce necesariamente en buena salud.
El estudio, dirigido por Maria Wakolbinger y Sandra Haider, del Centro de Salud Púlbica de MedUni Viena, encuestó a 516 personas que habían sido veganas durante al menos tres meses y descubrió que, aunque muchos veganos hacen más ejercicio que la media, el consumo generalizado de alimentos procesados industrialmente dentro de la comunidad vegana no es beneficioso para la salud. Los investigadores identificaron dos categorías de veganos: los que dan prioridad a la comodidad y consumen alternativas procesadas de pescado y carne, aperitivos veganos, zumos de fruta y cereales refinados, y los que dan prioridad a la salud y consumen más verduras, frutas, proteínas y alternativas lácteas, cereales integrales y cocinan con ingredientes frescos.
El grupo de alimentos precocinados se asoció con un riesgo un 29% mayor de mortalidad general, hasta un 51% más de riesgo de sobrepeso u obesidad, un 29% más de riesgo de enfermedades cardiovasculares y un 74% más de riesgo de diabetes de tipo 2. En cambio, el grupo preocupado por la salud era más activo y consumía alimentos menos procesados y más ricos en nutrientes.
Los autores del estudio advierten de que el auge del mercado de sustitutos de la carne y los lácteos ultraprocesados puede conducir al “veganismo pudding”, término que describe una dieta vegana con un elevado consumo de dulces y alimentos precocinados, y que los consumidores deben ser conscientes de las posibles consecuencias para la salud asociadas a tales elecciones alimentarias.