Se enfrentan a tres años de cárcel por falsificar ropa de marca en Jaén
Tres años de prisión. A esta pena se enfrentan tres mujeres y tres hombres, de entre los 24 y los 48 años, y pertenecientes todos ellos a una misma familia, por formar parte de un grupo organizado que se dedicaba a falsificar ropa de marca y su posterior venta a gran escala. La Fiscalía les acusa de un delito contra la propiedad industrial por el que, además de la pena de cárcel, les reclama el pago de multas de 9.000 euros por cabeza. Asimismo, se les exige una indemnización conjunta de 109.367 euros a una docena de grandes marcas en concepto de responsabilidad civil. La fecha marcada para celebrar el juicio en la Audiencia de Jaén es este jueves, 13 de febrero.
Los hechos se remontan a septiembre de 2022 cuando, además de la detención de los seis acusados, se intervinieron en cinco registros 4.000 prendas de ropa falsificada y otras 4.000 prendas que aún no habían sido falsificadas. El Ministerio Público señala en su escrito recogido por Europa Press que desde al menos enero de 2021, todos los acusados, “puestos previamente de común acuerdo y guiados por un ánimo de beneficio económico ilícito”, habían ido adquiriendo prendas de vestir tales como pantalones, camisetas, sudaderas, zapatillas o calzoncillos para “sin conocimiento ni consentimiento de los legítimos titulares de las marcas y patentes, estampar diferentes marcas y vender las prendas a través de internet, whatsapp o mercadillos”, originando un perjuicio a los legítimos titulares de las patentes y marcas.
Según informó en su día la Policía Nacional, el grupo realizaba las operaciones en dos naves industriales y tres domicilios, donde falsificaban las prendas de bajo costo y mala calidad para hacerlas pasar por originales de conocidas marcas. La operación policial, denominada ‘Rebastión’, supuso también la incautación de gran cantidad de útiles para realizar las falsificaciones, cuatro máquinas termoselladoras y abundante documentación que está siendo estudiada y analizada por los investigadores. Las pesquisas comenzaron tras comprobar un aumento considerable de la venta de ropa de marcas falsificadas, especialmente en mercadillos de la provincia. A partir de ahí, se inició una investigación que puso de manifiesto que se estaban realizando estas acciones en talleres clandestinos de la capital, teniendo el centro de mando en un conocido y céntrico barrio donde residían los seis arrestados. Además, se constató que llevaban varios años desarrollando esta actividad ilícita.
Para hacer las falsificaciones, los acusados disponían de dos naves industriales donde almacenaban ropa, la falsificaban y posteriormente la vendían, principalmente de manera online. Los agentes llegaron a identificar hasta tres talleres clandestinos donde llevaban a cabo las distintas fases de la operación. Los detenidos presuntamente adquirían ropa sin marca de bajo coste para luego imitar a las prendas de las marcas que posteriormente falsificaban mediante elementos de serigrafía, etiquetas y restos de accesorios necesarios. Todo con el objetivo de hacer creer al comprador que se adquiría una prenda legítima y de calidad. La investigación de Jaén se cruzó con una investigación que estaba desarrollando la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) de Badajoz, que había detectado que esta organización criminal remitía multitud de prendas a esta provincia extremeña.