Pepe ‘Gatos’, in memoriam

Fallece José Jaén Aranda, gran hostelero y mejor persona, regente de los inolvidables pub y taberna Gato’s de la capital
Pepe ‘Gatos’ tira una caña en la taberna.
Diario de Jaén

De los que no sólo dejan la huella sólida de la amistad, de la bonhomía, también la estela de vivencias entrañables compartidas en su pub y en su taberna, haciendo la ‘Ruta del Olivo’, caminando por las serranías jiennenses... Todos le conocían en la capital y su nombre, tras su fallecimiento, ya está sellado en el recuerdo del paisaje y paisanaje de la capital como un gran hostelero regentando el pub ‘Gato’s’ y después la taberna del mismo nombre, pero como mejor persona y amigo leal. José Jaén Aranda, Pepe ‘Gatos’ para todo Jaén, nos ha dejado y ya forma parte de la memoria imborrable de su familia, clientes y amigos. Tres de ellos le recuerdan embargados en la tristeza por su muerte y orgullosos de su amistad.

“Era Pepe un amante de las motos y de la naturaleza”

Nos ha dejado un buen amigo, José Jaén Aranda, al que todos conocíamos como “Pepe Gatos”, pues durante casi cuatro décadas regentó el Pub Gato’s, y después la Taberna Gato’s. Poco ha disfrutado “Pepe Gato’s” de ese periodo que se suele llamar de “una vida nueva”, tras muchos años en su actividad laboral a la que puso punto final el pasado 30 de junio del pasado año.

Conocí a Pepe hace muchos años, cuando, allá en los albores de los años 80, estaba a caballo entre Jaén y mi pueblo, Torredonjimeno, e iniciaba mi quehacer laboral en el entonces Radio Popular de Jaén, hoy COPE Jaén. Pepe inició su aventura empresarial con la hostelería, al regresar de Palma de Mallorca, para regentar el Pub Indalo, en la calle Mesa, para después hacerse con la gestión del “Gato’s” Pub al que, posteriormente, cambió por la taberna. El lugar de encuentro, hasta su cierre hace unos meses, era el pasaje del Paseo de la Estación, 33. Allí se gestaban muchas noticias del mundo deportivo jaenero, en especial del Real Jaén, ya que acudían muchos jugadores del plantel blanco, por lo que si querías estar bien informado tenías que pasar por allí.

La Taberna Gato’s no era una taberna al uso. No, era diferente, puesto que era un lugar de encuentro de amigos, generalmente siempre los mismos. Siempre que pasabas por allí, encontrabas a Pepe en un rincón junto a la entrada, leyendo Diario JAÉN y algún que otro diario deportivo, ya que, como madridista que era, quería estar al día del equipo merengue. Siempre que acudía había con alguien conocido. Allí no era difícil encontrarte, por ejemplo, con Fernando Campos, Paco López, Ángel Monereo, entre otros. Era una taberna, reitero, con una clientela de amigos que formaban una familia, tal y como quería Pepe. Salvo excepciones, no había tapas de cocina, sólo cuando su esposa Mari Carmen —gran mazazo para él su fallecimiento hace unos dos años—, preparaba unas habas o espárragos, en temporada de estos productos, para su degustación, con algún que otro trago de vino que conservaba en una bota y que hacía las delicias de todos. Y no podemos olvidar esas reuniones que tenían lugar cada primer miércoles de mes, y a las que acudían el referido Ángel Monereo, Elías, Campos, Manolín, Juan Ramón, Martín Fernández Antonio Hervás y a veces el ex presidente del Real Jaén, Juan Carlos Hidalgo.

Era también, el amigo Pepe, un amante de las motos, por lo que acudía, allá por los años 80 a echar una mano a los compañeros de Radio Jaén en la emblemática “Ruta del Olivo”, referencia del ciclismo amateur nacional. Le gustaba la naturaleza y, por lo tanto, conocía como la palma de su mano, la zona de Cazorla, Segura y las Villas, donde se encontraba encantado y no escatimaba esfuerzo para viajar cuantas veces fuera necesario. También era flamencólogo y acudía con asiduidad, cada verano, con varios amigos, al Festival de Pegalajar. Odiaba el despilfarro, era ecuánime en sus acciones y amigos de sus amigos. Ofrecía cercanía y gratitud. El último día que Taberna Gato’s, antes de su cierre definitivo por jubilación de Pepe, tuve la suerte de compartir el aperitivo con varios amigos, entre ellos Adolfo Álvarez, y la posterior “espuela” en el Pub Pipa’s, otro lugar habitual donde se disfrutaba de un buen ambiente. Pepe Jaén Aranda, “Pepe Gato’s”, nos ha dejado sin apenas poder disfrutar de la nueva etapa que la vida le otorgó, pero que con suma rapidez también se la ha quitado. El sueño de compartir con los suyos y con sus amigos una forma de vida diferente, no se ha podido llevar a cabo por esa traicionera enfermedad que nos lo ha quitado de nuestro lado. Se nos ha ido, Pepe Jaén Aranda, “Pepe Gato’s”, aunque siempre permanecerás con nosotros, pues nunca te olvidaremos. Un fuerte abrazo para toda tu familia que ya, como tus amigos, sufren tu marcha prematura. DEP, amigo Pepe. Paz y bien.

Por Manuel Contreras

Arjona, Oliver, Cruz, Espejo y Pepe.

“Por los buenos ratos pasados”

Querido Pepe. A pesar del mucho tiempo que ha pasado sin vernos, culpa mía por mi traslado a Granada, Juan Espejo, detalloso como siempre, me transmite tu fallecimiento. Tu lamentable pérdida, que tanto me duele, me trae esos buenos ratos que hemos pasado juntos, no sólo en tus distintos negocios, casi a diario y sobre todo los recuerdos imborrables de nuestras vueltas ciclistas, con Oliver, Arjona, Juan... y tú, que siempre te portabas como un profesional del medio a la hora del trabajo, pero lo mejor cuando terminábamos y tocaba contarnos las incidencias del día y preparar la siguiente etapa, eso sí, con una cervecita de testigo, o varias. Qué pena que te hayas ido, tocayo, y yo sin despedirme de ti... Cuánto lo siento querido. Desde aquí, gracias al detalle que me ofrece Diario JAÉN, quiero expresar mis condolencias a la familia, para que tenga fuerza y supere este mal trance. Ánimo y un fuerte abrazo.

Por José Cruz

Pepe, Fernando Romay y Juan Espejo.

“Algo se muere en el alma”

Decía la canción que algo se muere en el alma cuando un amigo se va y, ahora que me toca despedir a un referente en mi vida, no puedo más que recordar esa triste letra. Empecé a tener relación de amistad con “Pepe Gato’s” a partir de 1985, cuando regresé de París después de una estancia laboral, y consiguió que ya no hubiese una tarde que no le visitara. Recuerdo que todos los años, el 24 de diciembre, cuando venían mis hijos de las ciudades en las que residen, íbamos con mi esposa a tomar la cerveza al mediodía y nos daban allí altas horas de la tarde, casi la llegábamos a casa para cenar. He visto a Pepe en todas sus facetas y he podido comprobar su profesionalidad, su gentileza, su forma de ser y su hombría de bien. Estoy orgulloso, sin lugar a dudas, de haber formado parte de su vida. El día de su jubilación, todos los clientes que coincidíamos allí a mediodía habitualmente nos reunimos y le hicimos un homenaje que siempre recordaré. Siento mucho su pérdida, un jiennense auténtico y mejor persona. Sé que estará en un buen sitio en el cielo.

Por José Márquez