Patricio Llopis, en el Día Internacional del Asperger: “Una enfermedad se cura, esto no”

El presidente de una asociación jiennense dedicada a esta condición habla de la importancia de celebrar esta jornada
Patricio Llopis Martínez.
Álex Gómez

Es el presidente de una asociación que cumple este verano dos años de vida y que con el paso de los meses se consolida en la provincia de Jaén. La organización de distintas actividades sobre el Síndrome de Asperger contribuyen enormemente a la visibilidad de esta condición, como las que realizaron ayer en la Universidad de Jaén, enfocadas en el trastorno del espectro autista (TEA) en femenino.

—¿Por qué es importante celebrar jornadas de formación con motivo del Día Internacional del Síndrome de Asperger?

—La importancia que tiene celebrar el día del Asperger reside en dar visibilidad a las personas con Síndrome de Asperger y poner en conocimiento de la sociedad como están estas personas y como podemos ayudarles para que su integración en la sociedad sea más adecuada y de la mejor manera posible. El fin primordial de estas jornadas es dar conocimiento sobre qué necesidades tienen las personas con Síndrome de Asperger.

—¿Qué actividades llevan a cabo a lo largo de estas jornadas, así como durante esta semana, con motivo de este día?

—Principalmente se hacen actividades de divulgación, se ha leído en las entidades públicas el manifiesto del Síndrome de Asperger. También se están organizando actos de este tipo, sobre todo con intención divulgativa para que la gente conozca lo que es el Síndrome de Asperger y cómo se manifiesta. Concretamente este sábado celebramos una jornada en la que se hace una mención especial a lo que es el asperger en femenino, una parte dentro del trastorno del espectro del autismo que es menos visibilizada.

—¿Por qué no es tan visible como el Asperger masculino?

—Porque tiene muchos matices, en el sentido de que la mujer tiene una capacidad de camuflaje y adaptación mayor. Es mucho más social que el hombre, a este le cuesta más trabajo y manifiesta de una manera más clara su manera de ser. La mujer, por su parte, tiene una capacidad de adaptación al mundo y al entorno que le rodea que aún teniendo Síndrome de Asperger se adapta mejor, se camufla mejor y pasa totalmente desapercibida. En la intención de darle visibilidad a este aspecto participan en nuestras jornadas bastantes mujeres Asperger, contando su experiencia y explicando su manera de ver el mundo, que es bastante enriquecedora y nos pone muy alerta de como ellas afrontan vivir en sociedad.

—¿Cómo le explicaría a alguien que no conoce el asperger qué es vivir con esta condición?

—Lo ha dicho muy bien, es una condición, el asperger es una manera de ser. Una persona con asperger tiene una manera de percibir las cosas de una manera diferente, les cuesta más trabajo entender las normas sociales habituales. Las personas neurotípicas aprendemos ciertas cosas de una manera natural y ellos no lo perciben: tienen una rigidez mental muy fuerte, son muy literales y le cuesta más trabajo entender esas normas sociales que nosotros por habitualidad entendemos. Sin embargo, con trabajo, apoyo y ayudas acaban entendiéndolas e integrándose totalmente en la sociedad.

—El lenguaje construye la realidad. ¿En la asociación se sienten cómodos con términos como enfermedad?

—El término enfermedad está fuera de lugar porque una manera de ser no puede ser una enfermedad. Una enfermedad es algo que se puede curar, pero una manera de ser no tiene cura, una persona con asperger lo va a ser durante toda su vida. Lo único es que se va a adaptar al mundo en el que vive de una determinada manera, y nuestro fin como asociación es que lo haga de la mejor manera posible. Nosotros tratamos que dispongan de las herramientas y de los medios a nivel social para que en los centros educativos y en las instituciones puedan acceder de una manera adaptada a sus necesidades. Es cierto que tienen algunas necesidades especiales para las que hacen falta echar una mano, pero ayudando son personas perfectamente funcionales.

—¿Cómo se desarrollaron las jornadas en esta segunda edición? ¿Qué valoración hace?

—Hacemos una valoración muy positiva, hemos tenido muchísima demanda, hay más de 70 personas de manera presencial y hemos contado con ponencias de primer nivel como las de la Doctora en Psiquiatría, Rafaela Caballero, que es profesora titular en la Universidad de Sevilla. La verdad es que estamos muy satisfechos por la expectación causada y porque sentimos que se nos está escuchando y que el mensaje está llegando.