Las olas de calor dejan una “cosecha baja” en el olivar

COAG muestra la “preocupación” del campo ante el estrés hídrico
Aspecto del olivar en la zona de la campiña, con la flor amarilla y el suelo quemado.
Iván Fuentes

Las altas temperaturas de las últimas semanas está haciendo sufrir al campo jiennense, sobre todo al olivar, que se encuentra con un importante estrés hídrico que tendrá un impacto negativo en la próxima cosecha. Una situación crítica que llega después de que en plena floración —mayo y junio— se han sucedido varias olas de calor, con temperaturas por encima de los 40 grados, perjudiciales para el campo que arrastra la sequía de meses anteriores, ya que durante el invierno apenas ha llovido, lo que ha provocado, a su vez, que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir haya limitado los riegos.

Ante esta coyuntura, desde COAG han trasladado que la situación del olivar “comienza a preocupar” ya que, aunque es pronto para dar datos sobre producción de cosecha, “sí se pueden ver las pérdidas ocasionadas por la ola de calor de mayo en muchas zona de campiña, a lo que se une la situación de sequía desde hace años, y la falta de lluvia, sobre todo en meses críticos como el de febrero”. Los técnicos de la organización agraria hablan ya de una próxima cosecha “media baja, en la que los secanos son los más afectados”.

La primera ola de calor de mayo ha marcado la producción en las parcelas que estaban en floración, especialmente en zonas de campiña, como Mengíbar, Villanueva de la Reina, Espeluy o Guarromán. “La flor se ha quemado y no ha quedado nada. Esta ola de calor del mes de junio ha afectado a algunas parcelas de zonas de sierra que florecen más tarde”, alertan.

La organización agraria ha incidido en que este año “hay que hablar no tanto de zonas sino de parcelas, ya que hay algunas con olivares agotados tras haber tenido buena cosecha años anteriores y no poder recuperarse por el estrés hídrico, y otras que se encuentran en mejor situación”. En lo que se refiere al olivar de riego, a la sequía se une “las bajas dotaciones de agua para riego, y el desorbitado aumento del precio de la electricidad que encarece los riegos”. Técnicos de la organización han aconsejado a los regantes que se marquen una estrategia de riego, ya que el olivo tiene momentos clave como septiembre u octubre, y hay gente que está regando mucho al ver las hojas del árbol amarillas. “El consejo es dejar dotación de agua y recursos para cuando llegue el momento clave del olivo y poder salvar la producción del año, si no llueve, ya que hay mucho estrés hídrico y el verano es muy largo”, reseñan desde COAG.

Y es que, en estos días las temperaturas han sobrepasado los 40 grados con creces. De hecho, Linares ha registrado la temperatura más alta del pasado jueves en Andalucía al alcanzar los 42,1 grados, seguido de Villanueva del Arzobispo, con 41,8. Una ola de calor que continuará hoy con termómetros cercanos a los 40 grados, aunque se esperan que remitan a partir de mañana.