La pobreza más dura no cae

Aumenta la población en privación material severa, con 678.246 andaluces
Una persona duerme en un banco del Paseo de la Estación, en la capital jiennense.
Miguel Ortega

Tres de los cuatro indicadores sobre riesgo de pobreza y exclusión social en Andalucía mejoraron en 2020 respecto a 2019, pero el cuarto, el más duro, empeoró: el de la pobreza severa, aquella que sufren los que tiene un grado muy alto de privación o carencia material. Lo corroboran las tablas del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) y el último informe de la red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN en sus siglas en inglés). El informe de esta organización no gubernamental se titula “La pobreza que llega”. Como en la tablas del instituto estadístico los datos son regionales, pero conciernen a las 8 provincias, en mayor o menor medida

La gráfica con datos del IECA muestra como el porcentaje de andaluces en situación de privación material severa aumentó del 5,9% al 8%. Son 2,1 puntos más en un año y, desde el año de referencia de la serie (2009) prácticamente la misma diferencia, tras el descenso significativo del 2017, hasta el 5,2%. Ese 8% de población en privación material severa se traduce en 678.246 andaluces sobre una población total de referencia en 2020 de 8,4 millones. Las personas con esta carencia severa son las que, al menos, no cumplen 4 de estos conceptos: no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año; no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada; no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, de 650 euros; ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o en compras a plazos en los últimos 12 meses; no puede permitirse disponer de un automóvil; No puede permitirse disponer de teléfono; no puede permitirse disponer de un televisor; no puede disponer de una lavadora.

La EAPN constata en el preámbulo del estudio que Andalucía “ha soportado tasas muy elevadas de riesgo de pobreza y de exclusión social en el último decenio, “siempre por encima d e la media nacional y en las posiciones más altas de la ordenación de regiones”. Los datos de 2020 “indican una mejoría evidente”, observa también. Se refiere al descenso en la Tasa de riesgo de pobreza y de exclusión social —ver gráfica—, del riesgo de pobreza y de las personas que viven en hogares con escasa intensidad de trabajo, esto es, no trabajan más allá de un 20% de lo que podrían hacerlo. En cifras se observa la contundencia de la situación.

Con los datos de la EAPN, sobre la estadística oficial, en 2020 Andalucía tenía 2,97 millones de personas en riesgo de pobreza y/o de exclusión social, un 35,1% de la población andaluza, cifra 2,5 puntos por debajo del año anterior. No obstante, la tasa es un 33% más alta que la media nacional y es la tercera región española con una tasa más elevada, sólo por detrás de Extremadura y Canarias.

Más mujeres en riesgo

“El análisis por sexo tiene las limitaciones y muestra que la reducción de Arope (riesgo de pobreza y exclusión social) ha sido algo mayor entre los hombres, cuya tasa desciende en tres puntos porcentuales y alcanza su valor más bajo desde el año 2009”, explica el informe de la EAPN de Andalucía, para precisar después que “los datos de las mujeres también mejoran en dos puntos porcentuales los del año anterior”. En 2020 el censo de hombre en la comunidad era de 4,1 millones,. y el de las mujeres de 4,2 millones. La tasa Arope de los hombres se situó en el 34,2% y en las mujeres en el 36%. Traducido en cifras, en 2020, primer año de la pandemia, Andalucía tuvo 1,4 millones de hombres y 1,5 de mujeres en riesgo Arope.