Humanismo con una mujer pionera para cerrar el año en el Grado de Medicina de la UJA

“He entrado a esta aula siendo una María Castellano y ya no soy la misma que se va”, dice la que fue primera mujer catedrática en una facultad de Medicina en España
Los alumnos junto a Ángel Hernández, María Castellano y Mercedes Moreno.
Ana Isabel Bravo

El Grado de Medicina de la Universidad de Jaén ha asistido a una clase magistral sobre humanismo médico. Los alumnos de la primera promoción, que se estrenaron el curso pasado, han asistido a una conferencia de excepción, con una invitada de honor. María Castellano Arroyo ha sido la encargada de impartirla a los 62 alumnos del segundo curso. Castellano tiene un extensísimo y notable currículum. Especializada en medicina legal y forense y en medicina de trabajo, es pionera en su campo. En 1980, se convirtió en la primera mujer catedrática en una facultad de Medicina española, abriendo las puertas a muchas más que llegarían después.

Es doctora honoris causa por la Universidad de Jaén y la Universidad de Extremadura. Su conocimiento, plasmado, en cientos de artículos y libros especializados, forma parte de la enseñanza básica de cualquier estudiante de medicina que se precie. Toda una eminencia para poner el broche de oro a la clase de Ética Médica que se imparte en el segundo curso del grado, antes de que comiencen los exámenes. Ángel Hernández Gil, prestigioso forense de Jaén y profesor que imparte esta asignatura, quería traer a alguien que entusiasmara a los alumnos y que se fueran con un buen sabor de boca a las vacaciones de Navidad. Hernández, que también forma parte de la Real Academia de Medicina como ella, pensó que Castellano era la persona indicada para esta labor. Además, en un escenario tan especial para ella y en la ciudad que la vio nacer.

El tema central de la ponencia ha sido la importancia de la ética médica en la relación médico-paciente. “El médico debe adoptar un papel de garante de los derechos de los pacientes en todo momento y sobre eso la académica es una experta”, señala Hernández. Para el forense y profesor, ha sido un honor tener una personalidad como la de María Castellano en el aula, además de “gratificante poder compartir sus conocimientos sobre la materia”. Y para el profesorado: “Para nosotros, es un espejo donde mirarnos. Poder intercambiar impresiones con ella es un lujo”, precisa Hernández.

“He entrado a esta aula siendo una María Castellano y ya no soy la misma que se va”, fueron las palabras que dijo la catedrática al abandonar la clase. Según Hernández, es una persona que llega a los pacientes y a los alumnos. Y esa cercanía se notó en la UJA. Una conferencia importante para los que empiezan a dar sus primeros pasos en el mundo de la Medicina. El profesor considera que los estudiantes de este Grado demuestran cada día su responsabilidad y vocación por una carrera tan sacrificada, pero a la vez, tan gratificante. “Todos los inicios son difíciles, pero ver a alumnos tan implicados y entusiasmados con cosas como estas nos llena de estímulo a los profesores”, concluye.