Golpe en Jaén al tráfico de armas que surte a bandas organizadas del sur de España
Operación de alcance para dar un golpe al tráfico de armas y municiones que surte a bandas organizadas criminales del Campo de Gibraltar y el sur de España. Han investigado y actuado conjuntamente la Guardia Civil y la Policía Nacional y la han denominado Botijo-Butkus. La provincia de Jaén ha sido escenario clave de la operación, que se salda con el desmantelamiento de una trama delictiva asentada en la provincia y, supuestamente, dedicada a la fabricación y al tráfico de municiones y armas de fuego para proveer a esos grupos organizados. Agentes y guardias han intervenido, entre otro material, 21 armas, cerca de 8.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres, 12 kilogramos de pólvora, más de 3.000 kilogramos de gases prohibidos de efecto invernadero, además de silenciadores y chalecos antibalas, además de 16.500 euros en metálico. La investigación tuvo una primera fase denominada Botijo, en la que especialistas en tráfico de armas de la Jefatura de Información —conocida como UCE3— detuvieron en Madrid a una persona que, desde hacía años, se dedicaba a traficar con municiones de diferentes calibres, también de guerra. Utilizaba el detenido plataformas de internet y sistemas de comunicación privados y en los registros practicados domicilios vinculados a este detenido, en las provincias de Madrid y Cáceres, intervinieron cinco armas de fuego y más de 6.700 cartuchos metálicos de varios calibres preparados para un envío.
las investigaciones de ‘Botijo’ permitieron a la Guardia Civil identificar a varios compradores de munición al primer detenido, “entre los que destacaba, por la cantidad y clase de municiones adquiridas, un individuo residente en la provincia de Jaén y que contaba con antecedentes policiales por tráfico de drogas”, precisa el comunicado en el que explican la operación. Este jiennense también estaba siendo investigado en el marco de la operación Butkus por el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado —GRECO— del Campo de Gibraltar de la Policía Nacional. Los agentes de la Policía Nacional sospechaban que esta persona estaba suministrando armas y municiones a varias organizaciones de narcotráfico que estarían operando en esa zona. Del jiennense “partía supuestamente el origen de algunas de las armas empleadas en varios ajustes de cuentas y enfrentamientos armados entre organizaciones rivales para el control del territorio, el robo de alijos de estupefacientes” en los denominados “vuelcos” o la protección de las conocidas “guarderías” donde almacenan y ocultan la droga. Con la coordinación del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado —CITCO— se coordinaron las dos investigaciones y se puso nombre compuesto a la operación. La investigación les permitió averiguar que el hombre de Jaén se dedicaba “a fabricar grandes cantidades de munición, calibres de armas cortas y de armas de guerra, como el calibre 7,62x39 utilizado por los fusiles de asalto AK47”. Esta munición era posteriormente vendida junto con las armas y otros complementos: cargadores de alta capacidad para pistolas, los cuales están totalmente prohibidos a particulares e incluso chalecos antibalas.
Los agentes acreditaron también que la esposa de este hombre, supuestamente, colaboraba con su marido en estas actividades. Identificaron después a una tercera persona residente en Jaén, que hacía de intermediario para suministrarle armas de fuego ilegales. El principal investigado las revendía a terceras personas, tanto de la provincia como del sur de España. El pasado mes de enero, y tras la localización de los lugares donde los investigados ocultaban las armas, detuvieron a los tres e hicieron dos entradas y registros. Además, a uno de los detenidos también se le intervinieron más de 300 botellas de gas refrigerante de efecto invernadero para su comercio ilegal, con unos 3.000 kilogramos de gas valorados en más de 180.000 euros. Este tipo de gas está prohibido por dañar la capa de ozono.
Este mismo detenido tenía una “granja” para el minado de criptomonedas. Este tipo de granja necesita “una ingente cantidad de energía eléctrica”, y había realizado un enganche ilegal a la red para defraudar el fluido eléctrico. A los tres detenidos se les han imputado los delitos de tráfico de armas, fabricación ilegal de munición, tráfico y depósito de municiones, depósito de explosivos, contra el medio ambiente, contrabando por gases prohibidos y defraudación del fluido eléctrico. La operación conjunta ha impedido que “el elevado número de municiones y armas incautadas llegaran a manos de organizaciones criminales o pudieran ser utilizadas por las mismas, con las consecuencias imprevisibles y graves que ello pudiera haber conllevado para la seguridad ciudadana”. Precisan finalmente que las vinculaciones entre el tráfico de armas y el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, hacen que “la lucha contra esta amenaza sea una de las prioridades tanto de la Estrategia de Seguridad nacional como del actual ciclo político de la Unión Europea”.