Enrique Campo Loarte: “Es el proyecto estratégico de la defensa internacional”
LA ENTREVISTA
Ha visitado Jaén más veces que meses lleva como director general del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Enrique Campo Loarte (Madrid, 1965), el brazo técnico del Ministerio de Defensa, encabeza el equipo de hombres y mujeres encargados de impulsar el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex) en el polígono industrial Nuevo Jaén. Confía en el efecto tractor del proyecto para cambiar el modelo productivo de la provincia y aspira a convertir la capital en un referente internacional en el desarrollo de sistemas de defensa.
—¿Conocía usted Jaén antes de impulsar la construcción del Cetedex en la capital?
—Yo la conocía de forma tangencial, de visita, porque estuve destinado tres años en Almería y pasaba habitualmente, pero cuando he conocido Jaén mejor ha sido desde hace tres años, primero como subdirector general de Planificación, Tecnología e Innovación, en colaboraciones con la Universidad de Jaén, donde participé en algunas jornadas. Después, como director del gabinete técnico de la Secretaría de Estado de Defensa, ya con el Cetedex en marcha, las visitas han sido varias, y ahora como director del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial y responsable del proyecto, lógicamente, mis viajes son habituales.
—¿Qué visión tiene usted ahora de esta tierra?
—Los militares hemos estado en muchos sitios. Yo he vivido en Mérida, Almería, Burgos, León, Segovia, soy de Madrid... Tengo el corazón grande, porque soy del Atleti y no nos falta coraje, pero lo tengo repartido y, desde luego, un trozo está en Jaén. Conoces a la gente, tratas con ella y es inevitable coger cariño.
—Los jiennenses viven con la costumbre de escuchar promesas que se eternizan en el tiempo y no se llegan a materializar. ¿Esto va en serio?
—Esto va en serio. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, que es un organismo público de investigación, adscrito al Ministerio de Defensa, es responsable de realizar todas las actividades científicas y técnicas en beneficio del Ministerio de Defensa y, además, proporcionar servicios tecnológicos. En el ADN está también el desarrollo regional y la búsqueda del talento local. El INTA, aunque está en Madrid y sus campus principales están en Torrejón de Ardoz, en La Marañosa y en El Pardo, tiene centros de ensayo y de experimentación en toda la geografía nacional, en seis comunidades autónomas, Galicia, Castilla León, Madrid, Castilla-La Macha, Andalucía y Canarias, con instalaciones en Lugo, Guadalajara, Ávila, León, Huelva, Cádiz, Gran Canarias... porque hay una apuesta por el desarrollo regional y por la búsqueda y explotación del talento local. Cuando surgió la necesidad de desarrollar un centro de excelencia como es el caso del Cetedex, es porque vimos la urgencia de construir unas nuevas instalaciones basadas en tres pilares básicos: la inteligencia artificial, los sistemas de defensa contra el dron y los vehículos autonómicos, terrestres y conectados. Cuando hubo que buscar un sitio, con esa política de desarrollo regional, vimos que Jaén cumplía todos los requisitos.
—¿Qué requisitos?
—Fundamentalmente, porque Jaén encaja dentro de nuestra política perfectamente, también gracias a una Universidad que, desde el punto de vista tecnológico, nos aporta todas las necesidades que necesitamos, además de que se ha producido un apoyo de todas las instituciones, tanto locales, provinciales, como autonómicas, que nos han facilitado la puesta en marcha de un proyecto que es ya una realidad, porque no es un papel, sino algo que está en ejecución. Es una iniciativa estratégica para el Ministerio de Defensa y, desde luego, la principal del INTA, en la que estamos volcados y de la que esperamos mucho.
—¿Qué ventajas y qué inconvenientes presenta Jaén?
—Por un lado, responde a esa intención del desarrollo regional. Por otro, contamos con todas las facilidades de todas las instituciones y, como decía, con una Universidad que nos garantiza esas necesidades. Como me pregunta por ventajas e inconvenientes, yo diría dos cosas, porque hablando de personas, hay dos problemas, uno es captar el talento y otro es retenerlo. Lo que principalmente nos va a ofrecer Jaén es la retención del talento y el inconveniente, que yo lo veo más como oportunidad, es la capacidad de generar el talento que necesitamos en tan corto espacio de tiempo. Para eso llevamos a cabo una campaña de comunicación en Jaén, Córdoba, Granada, Almería, Ciudad Real, Madrid, Valencia y en todas las universidades en las que tenemos opción para garantizar esa captación del talento, porque estamos convencidos de que así tendremos asegurada la retención que nos dará Jaén.
—¿Cree que hay infraestructuras suficientes para sostener talento y tejido empresarial?
—La experiencia que tenemos en el INTA con los centros de ensayo es que tienen un valor añadido muy importante, porque traen consigo un efecto tractor a toda la industria, sobre todo en este caso a la base industrial y tecnológica de la defensa, que demanda los servicios de nuestros centros y que, lógicamente, se posiciona en sus proximidades para poder tener acceso a esas capacidades. Y eso se está produciendo ya en Jaén, cuando todavía el Cetedex es un proyecto que le queda tiempo para poder estar en marcha. Sin embargo, ya hay empresas como Escribano o Sicnova que ya están instaladas en Jaén, otras como la fábrica de munición de Granada que ya han mostrado interés, SAPA también ha anunciado inversiones o Capgemini, que también ha invertido en el parque empresarial Geolit, además de otras que se están acercando. Todo eso acarrea un desarrollo regional económico que tendrá un impacto en todas las infraestructuras, además de la generación de empleo y el desarrollo de la provincia.
—¿En qué momento del proyecto nos encontramos?
—El proyecto del Cetedex es muy ambicioso y complejo. Tiene dos campus, uno principal y otro de pruebas avanzadas. El primero está en ejecución en el polígono industrial Nuevo Jaén, tiene ocho hectáreas y media y es donde estará el cerebro. Está constituido por cinco edificaciones, con más de 23.000 metros cuadrados de construcción y, además, será una infraestructura singular, porque se está haciendo un esfuerzo porque sea sostenible y cuidadosa con el medioambiente, lo que ha obligado a un gran movimiento de tierras porque la intención es que todo lo que quede sobre superficie sea madera, de tal forma que será una instalación muy singular. Habrá un canal de servicios que unirá los cinco edificios, lo que significará que no irán soterradas conducciones eléctricas o hidráulicas, sino que estará todo canalizado en una galería de cuatro metros de altura por dos de ancho que facilitará mucho el mantenimiento. Además se ha construido un tanque de tormentas con capacidad para 23.000 metros cúbicos, aproximadamente como una piscina olímpica, pensado para el uso de agua no potable y para posible prevención frente a grandes riadas, de tal manera que sirva como desagüe hacia el río de forma controlada. El Cetedex será eléctricamente sostenible, toda la instalación, excepto una que es muy demandante, que es el Centro de Inteligencia Artificial, que tendrá una supercomputadora y un centro de datos que demandan mucho consumo eléctrico. Es una infraestructura singular, no son casas del Monopoly puestas sobre el terreno. Eso es lo que está en ejecución y esperamos que en noviembre de 2026 podamos hacer una capacidad operativa inicial que permita trabajar.
—¿En qué consistirá en campus de pruebas avanzado?
—Estará en las proximidades del Norte, donde se situarán las infraestructuras tecnológicas. Es muy grande, tiene un perímetro de catorce kilómetros y 640 hectáreas, ya tenemos la cesión demanial por parte de la Diputación sobre el terreno, ya está el proyecto del vallado en supervisión y la intención es empezar a construir ese vallado a principios del año próximo. El proyecto del campus ya está finalizándose y el objetivo es que las obras comiencen a finales del año que viene.
—¿Tendrá un papel más protagonista la Universidad?
—Una de las ventajas que tenemos con Jaén es la capacidad y la potencialidad de su Universidad. Llevamos mucho tiempo trabajando y tenemos suscritos dos convenios, uno orientado a la realización de prácticas, trabajos de fin de grado y doctorado, y otro encaminado a la realización de actividades tecnológicas. Fruto de ese convenio está la participación en todos los proyectos tecnológicos asociados al Cetedex, pero no sólo esos, sino también otros, porque el INTA y la Universidad estamos también trabajando para optar a proyectos europeos de los fondos de Defensa, además de otro que tenemos presentado en iniciativa coincidente. Sin embargo, las sinergias también se extienden al Cetemet o al Isdefe, con el que colaboramos tutorizando programas en la cátedra universitaria o en “Innovation Lab” para acelerar proyectos tecnológicos innovadores. La colaboración es grande, fructífera y esperemos que vaya a más.
—Una vez que el Cetedex esté en marcha, ¿qué proyectos tecnológicos se desarrollarán de forma paralela?
—El Cetedex tiene una inversión por parte del Ministerio de Defensa de 222 millones, pero de ladrillo son 135, porque el resto son infraestructuras y proyectos tecnológicos. De hecho, hay 31,5 millones destinados a proyectos tecnológicos. Nosotros estamos trabajando para que haya una infraestructura, un centro de excelencia, personal con talento y unos proyectos ya en marcha que permitan agilizar y acelerar la entrada en funcionamiento del centro. Son proyectos orientados a los tres pilares que comenté anteriormente, 19 en total, que van desde identificación de amenaza aérea, efectores o neutralización de drones, navegación en sistemas degradados en señal GPS, a topografía para sistemas de ayuda en la navegación de los modelos autónomos terrestres, comunicaciones y transmisión de datos... Son muchos y ambiciosos. Además, desarrollamos proyectos propios y con empresas relacionadas con la industria de la defensa, además de con la Universidad de Jaén.
—¿Será este uno de los proyectos estratégicos de su mandato?
—Es un proyecto estratégico para el Ministerio de Defensa y, por lo tanto, para mí. Estamos inmersos en muchos proyectos en un momento muy demandante para el sector de la seguridad y la defensa. Nuestra obligación es dar servicios de la máxima calidad y excelencia, de tal forma que creamos el Cetedex y, a la vez, mejoramos los que tenemos.
—¿Qué balance hace desde que usted llegó al INTA?
—Es pronto, porque llegué hace media hora, en septiembre. El balance que hago es muy positivo, porque, por mis anteriores destinos conocía el INTA, pero ahora lo conozco desde centro. Es un gran desconocido, tiene tres campus, diez centros de ensayo y cuatro estaciones espaciales, más de 1.550 hombres y mujeres trabajando, el 75% con titulaciones superiores, de las que el 31% son mujeres con grados STEM. Mi gran preocupación ahora está en conocer el INTA y sus capacidades. La mayor fortaleza que tiene no está en su historia, que es larga desde 1942, no está en sus instalaciones, ni siquiera en sus proyectos, sino que en las personas, enamoradas de la tecnología con una capacidad de servicio extraordinaria.
—¿Hay vocación internacional en la Agencia Aeroespacial?
—Sí, desde sus orígenes, sobre todo pensando en el ámbito espacial, ya que colaboramos con la NASA desde hace más de 60 años en Robledo de Chavela. Su ámbito de actuación se refiere a todos los ámbitos de defensa, el terrestre, el aeronáutico, el espacial, el naval y todas las tecnologías transversales de seguridad y defensa y en todas tenemos vocación internacional, fundamentalmente europea, y nuestro objetivo es constituirnos en un centro de excelencia nacional con una voluntad de servicio a nuestras fuerzas armadas y a la base industrial y tecnológica de defensa y un referente mundial. Muchas industrias internacionales acuden a los servicios de excelencia del INTA.
“La foto final de 2028 es la de una plantilla con 250 personas”
—El compromiso público es tener terminado el campus principal a finales de 2026. ¿En qué se traducirá este proyecto en términos laborales?
—Esto va en paralelo, ya estamos con las ofertas laborales para que a finales del año que viene no sólo tengamos una infraestructura inaugurada, sino también un núcleo de personal importante que nos permita poder iniciar los trabajos con en torno a cien personas.
—¿En qué consistirá esa oferta de empleo?
—Estamos a la espera de que se publique en el BOE una oferta de empleo público muy importante, de 68 plazas. Por una parte, 30 de científicos superiores gestionadas por el Ministerio de Defensa, que son titulaciones de grado generales, a las que puede acceder cualquier titulado de STEM, que tendrá dos temarios, uno de TIC y otro de electromecánica industrial. Por otra, 38, que son 24 de titulaciones C, de Formación Profesional o Bachiller. Habrá 9 del grupo A2 y 5 equivalentes a la de Defensa. La idea es que los ejercicios empiecen en marzo, que en septiembre esté resuelta la convocatoria y que en diciembre ya estén presentados. Luego hay que sumar 19 plazas de personal militar y 13 de personal laboral, algunos serán reservistas. Además, habrá asistencias de servicios, técnicas, de mantenimiento, de seguridad de la instalación que son las que sumarán 100 a finales de 2026. La foto final de 2028 es una plantilla de 137 personas, a los que hay que sumar los servicios asociados, en torno a 250 personas. Sin embargo, con el efecto tractor de la industria, prevemos una generación de empleo de en torno a 2.000 empleos en la provincia.
—Perfiles variados serán los que necesiten...
—Sí, cubre todas las titulaciones. En los centros del INTA, lógicamente, la proporción de personal titulado superior ronda el 75%, pero aparte requerimos personal técnico con titulaciones de Formación Profesional, que serán superiores en el campos de pruebas avanzado, y aparte se genera una serie de servicios asociados que necesita el centro para su funcionamiento diario, tanto de vida, como de seguridad como de servicios auxiliares, más en un campus de 640 hectáreas, con necesidades de mantenimiento medioambiental y forestal importantes. Eso implica todo tipo de titulaciones. Si hablamos de empresas asociadas que esperemos que se generen, habrá demanda de ingeniería y de personal técnico.
—¿Puede concretar en qué consistirán los proyectos tecnológicos que provocarán un efecto tractor en Jaén?
—Sí, durante este año, también vamos a sacar 19 proyectos tecnológicos relacionados con los pilares a los que me he referido, de inteligencia artificial, de vehículos autónomos terrestres conectados y sistemas contra dron, para que a finales del año que viene estén adjudicados. La foto final de diciembre de 2026 será una inauguración inicial, un núcleo importante de personas trabajando y proyectos en desarrollo. Empezaremos con las obras del campus avanzado, que son infraestructuras tecnológicas singulares, relacionadas con sistemas de defensa contra dron, como un láser de más de un kilómetro, pistas para vehículos autónomos terrestres, como todoterreno, una zona de efectores contra dron... Esperamos que un año y medio después, a mediados de 2028, alcancemos la plena capacidad operativa para el funcionamiento completo del centro.
—¿Considera que puede contribuir a cambiar el modelo productivo de una tierra con excesiva dependencia del monocultivo del olivar?
—Yo creo que sí. Todos nuestros centros, no sólo el Cetedex, sino los del INTA, tienen el efecto tractor que permite a la industria instalarse en ellos. Eso pasa en Lugo, por ejemplo, o en Moger, en Huelva, donde hay muchas empresas que se están instalando en las proximidades, y eso pasará en Jaén. El Cetedex se convertirá en el centro de experimentación y ensayo del INTA más importante. El más grande ahora es el de Torregoga y el de Jaén tendrá mucha más capacidad. Creemos que será un centro necesario para las fuerzas armadas, en unas tecnologías que es lo que demanda el sector de defensa y su industria y confío en que tenga un impacto en el desarrollo económico provincial y regional.
—¿Qué papel juega la mujer en un sector que, aparentemente, está muy masculinizado?
—La demanda de formación relacionadas con la defensa son STEM, donde la proporción de la mujer es reducida, pero hacemos un gran esfuerzo por alcanzar la paridad y aumentar la participación femenina en los puestos de dirección.
—¿Considera usted que está bien considerada la cultura de la defensa en España?
—Ha habido una evolución en los últimos años muy importante, esa concienciación de la cultura de la defensa ha mejorado de forma relevante. Hay un informe que marca que más de la mitad de la población española considera positivo el incremento del esfuerzo que se hace en defensa, por lo que nos sentimos apoyados ante los nuevos desafíos que se presentan. Es una valoración positiva en un corto espacio de tiempo fundamentado en la evolución geopolítica del escenario internacional.