El perfil de los aspirantes a liderar el PSOE de Jaén
Juan Latorre Ruiz: Precandidato a las elecciones primarias del PSOE de Jaén
Estudió en el colegio San Bonoso y San Maximiano y en el instituto Ciudad de Arjona. Empezó la Licenciatura de Derecho en Salamanca y terminó en Sevilla. Hoy es doctorando en la Universidad de Jaén. No tiene mucho tiempo libre, porque ser alcalde requiere las veinticuatro horas, pero sus aficiones son su familia, sobre todo sus dos hijos, y en cuanto puede practica el “cross training” y le encanta la lectura.
Veinticuatro de siete. Así está siempre, disponible todas las horas y cualquier día de la semana. Su teléfono móvil es público, está abierto para quien lo necesite, lo mismo que las puertas de su casa, a las que no hay jornada que no llame un vecino para pedir solución a un problema o, incluso, para dar las gracias por los servicios prestados. Juan Latorre Ruiz (Arjona, 1987) representa la elegancia personificada del municipalismo, una figura imprescindible e insustituible en este pueblo de La Campiña convertido en un alcalde respetado, querido y, por supuesto, alguien en quien confiar. El presente y el futuro del socialismo jiennense, basta con rascar en los cimientos de su historia para comprobar por qué eligió la fuerza política en la que milita como proyecto de vida.
El 22 de este recién estrenado mes cumplirá 38 años, y ese mismo día también celebrará las dos décadas que lleva afiliado al Partido Socialista, un carné que recibió como regalo de manos de su padre, José Latorre Palomo, alcalde de Arjona entre 1989 y 1995, un hombre que sembró las semillas del fruto que hoy cuida su hijo. Tiene una hermana mayor y un hermano gemelo, con quien comparte lazos de sangre y políticos, un senador con quien es fácil la confusión física. Siempre apegado al territorio, sólo salió de Arjona para estudiar después de agotar la formación que se imparte en el municipio. Eligió la carrera de Derecho y, fiel a los principios de arrimar el hombro, compaginó los estudios con el trabajo sin pestañear. Juan Latorre, alumno aventajado, aplicado y responsable, nunca paró de formarse y, ahora, con las responsabilidades que ostenta, es uno de los doctorandos en Derecho Mercantil en la Universidad de Jaén, donde también se hizo experto en comercialización de aceite de oliva y ejerció de profesor sustituyo interino. La formación, la ciencia y investigación son otras de las grandes pasiones en un día a día de vértigo en el que, a tenor de las circunstancias, le faltan horas.
Padre de una niña y un niño y casado con una arjonera, no hay otra tierra con mayor calidad de vida para él que la suya propia. Ahí empezó su carrera política, en las Juventudes Socialistas. Tenía sólo catorce años, un movimiento que lideró en su pueblo y del que llegó a ser número dos en el ámbito provincial. Fue así como comenzó a dar rienda suelta a sus inquietudes, convencido de que la política es la mejor herramienta para cambiar el rumbo de los acontecimientos, una oportunidad para transformar la realidad y tomar decisiones que beneficien a la mayoría. Su lema no es otro que “pensar en grande”.
Su inclusión en la actividad institucional fue como concejal del Ayuntamiento de Arjona con Javier Sánchez Camacho como alcalde. Tres años más tarde, en pleno mandato, asumió las riendas del poder municipal. Fue el 7 de noviembre de 2014 cuando cogió el bastón de mando que tuvo que dejar en sus manos su compañero y amigo para asumir nuevas responsabilidades.
Imparable. Al año siguiente fue candidato a la Alcaldía y, no sólo ganó con mayoría absoluta, sino que consiguió diez escaños de los trece que hay en el Ayuntamiento de Arjona, un triunfo para el socialismo provincial personificado en una persona joven, con talante y con talento. Repitió éxito a los cuatro años, en 2019, lo mismo que en 2023. Apegado a la base, si tuvo oportunidad de ser premiado con algún otro cargo, seguramente lo rechazó para continuar al mando del timón del municipalismo, ejercido con la elegancia de un hombre sencillo respetado y respetuoso.
Alcalde cercano, con mano tendida y amante del diálogo, para él importan tanto las formas como el fondo. Su escucha activa es fundamental en un día a día en el que destaca por su perfil de hombre trabajador y luchador, de tal forma que todo lo que se propone intenta convertirlo en realidad. “Voy hasta el final siempre”, insiste.
Busca ratos libres entre tanto trajín para hacer deporte y despejar la mente. Lo hace con el “cross training”, aunque también intenta siempre tener a mano un buen libro y hacer escapadas familiares para el enriquecimiento personal. Su aspiración y lema de vida es el crecimiento, el no estancarse, el sumar y no perder la ilusión. Para ello hay que tener metas siempre y, ahora, la suya es convertirse en secretario general del Partido Socialista en Jaén. Lleva meses con la herramienta del diálogo, agrupación por agrupación, para conseguir el respaldo de sus compañeros con el fin de cambiar la dirección de unas siglas con un legado digno de conservar. Huye de quienes piensan que es el “ungido” y está preparado para convencer de un proyecto en el que no es nadie sin todos. Lo suyo es el diálogo, la integración y la unidad con la mirada en recuperar el espacio político perdido en un tablero en el que queda mucho por jugar.
FORMACIÓN: Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla
AFICIONES: La familia, el cross training y la lectura
Ángeles Férriz Gómez: Precandidata a las elecciones primarias del PSOE de Jaén.
Estudió en el colegio Manuel Andújar de La Carolina y terminó COU en el instituto Martín Alhaja con matrícula de honor. Eligió Sevilla para estudiar Derecho por cuestiones de operatividad familiar. El tiempo libre que busca debajo de las piedras lo dedica a su familia y a sus amigos. Define a sus primos como sus hermanos primos y busca excusas para propiciar el reencuentro. Leer es otra afición.
En un rincón de la provincia, allí donde José María Aznar tenía el padrino de sus hijos, nació la mayor de tres hermanas en el seno de una familia que encontró en las políticas sociales el pilar para sustentar una vida no exenta de dificultades. Ángeles Férriz Gómez, de la quinta del 78, apuntaba maneras desde la cuna y, después de los avatares de una trayectoria que quedará resumida en esta crónica, se propuso derrotar a la derecha en un verdadero bastión nacional y, con esfuerzo, lo consiguió. Rompió moldes dentro y fuera de su casa, porque no tuvo antecedentes políticos, se convirtió en la primera secretaria general del Partido Socialista de La Carolina, representó el estreno de una mujer en la Alcaldía y, ante todo, fue la única que logró “jubilar” a don Ramón —Ramón Palacios—, un histórico del Partido Popular cincuenta y ocho años mayor que ella.
Siempre apegada a su tierra, estudió en el colegio de su pueblo, terminó el instituto con Matrícula de Honor y, como su abuelo le llamaba “abogaílla de pobres”, decidió estudiar Derecho, precisamente, para intentar acabar con las injusticias. Eligió la Universidad de Sevilla porque unos tíos le facilitaban la estancia y, gracias a las becas y a sus buenas notas, terminó la carrera y se colegió en Jaén. Lo de la oratoria nunca se le dio mal. Desde pequeña despuntó en los consejos escolares y, ya como universitaria, fue portavoz de los estudiantes de Derecho de toda España. Por cierto, empezó la Licenciatura de Periodismo en el viejo edificio de la calle Gonzalo de Bilbao, pero tuvo que abandonar para trabajar. Sin embargo, nunca abandonó la formación y, en la actualidad, estudia Gestión y Administración Pública en la Universidad de Jaén.
Se afilió al Partido Socialista el 20 de febrero de 1996, con los 18 años recién cumplidos. El primer acto público que recuerda fue repartiendo condones, en el Día Mundial contra el Sida, en la puerta de los institutos. Lo hizo en un municipio en el que los negaban, entonces, en las farmacias. Ahí empezó a tomar conciencia de lo que tenía a su alrededor y justo en ese momento sintió que empezaba a “señalarse” en un entorno poco propicio para ello. Residía con su madre y sus dos hermanas en una vivienda social que les permitió la independencia y levantar cabeza en un contexto de estrecheces en el que, no obstante, imperaba el optimismo. Es un ejemplo para quienes promueven las políticas sociales como herramienta para llegar hasta el lugar que una persona se proponga con el único límite de la capacidad propia. Sin trampa ni cartón. Su primera inclusión institucional fue con 25 años, como concejala en la oposición en tiempos de Javier Casino. Fue subir al atril y dejó a todos con la boca abierta. Ángeles Férriz se convirtió en el azote de la derecha y empezó a dar más de un dolor de cabeza a quienes, según sus propias palabras, manejaban el Ayuntamiento de La Carolina como un “cortijo”.
Fue su verdadera puesta en escena y, a tenor de las circunstancias, centró las miradas y enamoró a propios y extraños. Sirva como paréntesis que la soltura con la palabra hablada le viene de su trabajo en Liga Española de Debate Universitario, en la que hoy es jueza. El caso es que, en la siguiente legislatura, fue candidata a la Alcaldía y, contra todo pronóstico, la democracia descabalgó del poder a don Ramón. La primera mujer en lo orgánico y en la gestión, demostró que se crece ante las adversidades y, sobre todo, dejó como legado para su tierra el lema de que “se puede”. Pasó por el calvario de una moción de censura y aguantó el tipo en la oposición.
Ya estaba Ángeles Férriz catapultada a la fama. Hasta recibió la llamada de José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del Gobierno, como síntoma de su trascendencia política. Doce años estuvo apegada al municipalismo hasta que, siempre a disposición de su partido, se estrenó en el Parlamento de Andalucía como número tres por Jaén, una provincia de la que nunca se desligó y en la que mantiene su residencia y su proyecto de vida como madre de un hijo que cambió por completo su horizonte.
No se quedó atrás en el seno de unas siglas en las que llegó a ser la número dos cuando Gaspar Zarrías, después de definirla como “animal político”, dejó lo público y le sustituyó Francisco Reyes. Diputada provincial, parlamentaria, portavoz de Presidencia y del partido... Ha tocado todos los palos y, ahora, quiere ser secretaria general del PSOE de Jaén. Su intención es demostrar, una vez más, que “se puede” y su carta de presentación no es más que una vida en la que nunca salió de su boca la palabra “pereza”. Inmune al desánimo, tremendamente familiar, cercana, con carácter y de armas tomar, no llegó a ser jueza como quizás hubiera querido, pero tiene la suerte de estar en un lugar en el que se puede luchar contra las injusticias y defender a los más vulnerables. Sus mejores amigos se los dio la política y aspira a conservarlos.
FORMACIÓN: Licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla
AFICIONES: La familia, los amigos y la lectura