El mensaje que cambió el futuro en la UJA de una alumna diez

Candela García, de la capital, es una de las alumnas afectadas por el informe desfavorable de Accua al grado de Ingeniería Biomédica
Candela García González, en una fotografía facilitada a este periódico.
Álex Gómez

Un jarro de agua helada para una trayectoria académica intachable. El informe desfavorable para el grado de Ingeniería Biomédica en las Universidades de Jaén y Granada fue la peor noticia que pudo recibir Candela García el día de su 18 cumpleaños. Esta joven jiennense atendía los primeros mensajes que la felicitaban por su mayoría de edad cuando una notificación que saltó en su móvil cambió por completo sus planes de futuro.

Era la medianoche del 30 de junio y una amiga de la familia la avisó de que la carrera que había marcado como primera opción no se iba a poder impartir en la Escuela Politécnica Superior de Linares por el “no” emitido por la Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (Accua). “Cancelé la fiesta que tenía prevista. No me olvidaré nunca de mis 18 cumpleaños”, recuerda con pesadumbre a Diario JAÉN.

Candela García González (Jaén, 30/06/2007), acumula un expediente de excelencia, con una media de 10 en Bachillerato y un 13,74 en las Pruebas de Acceso y Admisión a la Universidad (PEvAU). Esta estudiante del IES Santa Catalina de la capital siempre había mostrado interés por la Medicina. “Me gusta mucho la parte del diagnóstico, y cuando oí hablar del grado de Ingeniería Biomédica descubrí que se podía combinar esto con el diseño de los aparatos para diagnosticar”, expresa. Su primera toma de contacto con esta titulación pionera tuvo lugar en la típica visita que realizan los alumnos de Bachillerato jiennenses a las instalaciones de la Universidad de Jaén. “En la charla formativa a la que acudí me llamó la atención esta carrera y comencé a investigar”. Al poco tiempo comprendió que le venía como anillo al dedo.

Las buenas referencias que recibió de la Universidad de Jaén y la cercanía con su hogar la hicieron decantarse por su tierra, a pesar de que había más opciones a lo largo y ancho de la península. “Por mi cabeza no pasó que el grado podría no salir, prefería quedarme aquí. El hecho de que el informe se emitiera con tan poca antelación hizo que no tuviera oportunidad de echar en otros sitios. Me podría haber ido perfectamente fuera, pero no eché la preinscripción”, se lamenta García.

Aún con el apoyo acérrimo de su familia, la joven estudiante se siente defraudada e impotente por la decisión, pero también por las formas. “Me parece increíble que perjudiquen de esa manera a las universidades públicas. La UJA y la UGR llevaban un montón de tiempo promocionando este grado, me resulta extraño que sea justo ahora cuando se emita este informe desfavorable. Yo no puedo permitirme una universidad privada, y, aunque pudiese, no pagaría ese dinero”, afirma con rotundidad.

Actualmente, García está admitida en Medicina en la Universidad de Granada, aunque está a expensas de que le den “luz verde” en el Doble Grado en Ingeniería de Tecnologías de Telecomunicación e Ingeniería Telemática de la UJA. Lo que sí que ha descartado definitivamente es la opción de esperar un curso para volver a matricularse en Ingeniería Biomédica.