¿Dónde está la “Puerta de Alcalá”?

Reclaman la recolocación de los restos de la antigua fábrica de perfumes
Imagen de la antigua “Puerta de Alcalá”.
Detalle del dibujo que se conservó en el suelo con sus estructura tras la construcción del aparcamiento Avenida.
Manuela Rosa Jaenes

Fue a finales del siglo XIX cuando el empresario jiennense Inocente Fe Jiménez encargó al arquitecto Manuel Mendoza la construcción de una fábrica de perfumes que se convirtió en un emblema para la capital. Situada en la actual confluencia del Paseo de la Estación con la Avenida Eduardo García Maroto, la empresa Florfe, S. A. se encargó de elaborar las esencias desde la ciudad para toda España. Fue una etapa de esplendor que terminó con el edificio convertido en Cuartel de la Guardia de Asalto, después en Escuela de Enfermería y, en última instancia, en una pequeña fachada que los jiennenses no dudaron en calificar como la “Puerta de Alcalá”. La construcción del aparcamiento Avenida incluyó la retirada de aquellos históricos retos conservados por empeño del alcalde José María de la Torre. ¿Dónde está la “Puerta de Alcalá”?

Operarios se afanaron, en junio de 2005, en desmontar la fachada y catalogar las piezas después de la presión ejercida por la ciudadanía, con protestas nimias que, sin embargo, obligaron al equipo de Gobierno que dirigía Miguel Sánchez de Alcázar a establecer el compromiso de devolver a la capital ese trozo de la historia de Jaén. Las hemerotecas, tan sabias como dolorosas, recuerdan que la intención era quitar los frisos de yeso y escayola, enumerar uno a uno los elementos artísticos y, posteriormente, devolverlos a su lugar original. Recordó la estrategia al traslado de los templos nubios tallados en la roca de Abu Simbel, en el margen izquierdo del Niño en el sur de Egipto, salvando siempre las distancias. También al pequeño templo de Debod, donado a España por el Gobierno egipcio para evitar que quedara inundado tras la construcción de la gran presa de Asuán. No hay que olvidar que fue reconstruido piedra a piedra y colocado, en Madrid, con la orientación de su lugar de origen, de Este a Oeste. Paréntesis de magnitudes distantes aparte, lo cierto es que la “Puerta de Alcalá” desapareció, se construyó el aparcamiento Avenida —no extenso de polémica urbanística— se alzó una plaza con un parque cuestionado por su falta de accesibilidad y, años después, no hay visos de que la vieja fábrica de los perfumes se recupere para deleite de la ciudadanía. Lo único que queda de ella son los ladrillos que dibujan su silueta en la acera, un lugar que resulta difícil pisar y que, además, está prácticamente invadido por el césped, con las letras metálicas incluso arrancadas y sin que los jiennenses puedan rememorar una parte de la historia de Jaén. Hay un grupo de jiennenses empeñados en devolver a la ciudad lo que le pertenece y, aunque por el momento se mantienen en el anonimato, sí que reclaman, a través de este periódico, la recuperación de la fachada de la popular “Puerta de Alcalá” en un momento en el que, además, el Ayuntamiento de Jaén procedió a la recolocación de otra escultura. Se trata de la “W”, de inspiración íbera, reubicada en el Parque Diego Torres. Obra del torrecampeño Juan Moral, también fue retirada para la construcción del aparcamiento Avenida, aunque se reubicó al final de la Avenida de Andalucía, después se desapareció y, más tarde, se recompuso en un lugar muy cerca al Museo Internacional de Arte Ibero con el actual alcalde, Julio Millán.

Lo de la fábrica de los perfumes es harina de otro costal. Se desconoce dónde están las piezas, ni siquiera si ya existen y, por supuestos, se podrán tener nueva vida.