De Mengíbar a la NASA: Aventura de un ingeniero informático y de inteligencia artificial

“Al llegar a la NASA fue como entrar a otro planeta”, dice a Diario JAÉN tras exponer una investigación propia en la agencia espacial estadounidense
Miguel Ángel López Mendina expone su investigación en la NASA.
Ildefonso Polaina Malo

LA ENTREVISTA

A sus cuarenta años ha conseguido todo lo que se ha propuesto a base de esfuerzo, sacrificio y mucho estudio. El último logro de Miguel Ángel López Medina, jiennense de Mengíbar y doctor en ingeniería informática e inteligencia artificial, ha sido dar una conferencia en la NASA sobre una investigación de su propia cosecha. Proviene de una familia humilde que trabajaba en la antigua tienda Modas Loli, origen de los valores que le han llevado a su escalafón profesional.

¿Dónde realizó sus estudios?

—Comencé mis estudios en la Universidad de Jaén, donde me saqué un doctorado en Ingeniería Informática. Después me fui a Córdoba y realicé un máster. En Estados Unidos, en Massachusetts, hace poco terminé otro máster. Aunque sigo estudiando de todo un poco para seguir mejorando y actualizándome en nuevos conocimientos día tras día.

—¿Cuál es su especialidad y dónde trabaja actualmente?

—Todo lo relacionado con el Machine Learning, aprendizaje automático. Lo que es el campo de la inteligencia artificial. Trabajo en Microsoft, donde desempeño mi labor relacionada a mi especialidad.

—¿Cómo fue su inicio en EE UU?

—No soy una persona conocida. Llegué con mi propio esfuerzo y mi trabajo. Ni siquiera he tenido un familiar aquí, por lo que todo lo he conseguido gracias a mí. He tenido que trabajar en España para poder pagarme mi estancia en Houston y para seguir estudiando. No pertenezco a una familia que me haya podido ayudar económicamente.

—¿Qué ha tenido usted que hacer para llegar a este nivel?

—Lo resumo en no parar de estudiar. Pese a que he estado trabajando siempre. Acabo de cumplir los cuarenta y sigo estudiando. Confío mucho en todo lo que se me va presentando en mi camino, por lo que no dudo en nada y lo afronto todo con el mayor esfuerzo.

—¿Cuándo empezó a estudiar, su meta que se marcó era llegar al punto en el que se encuentra actualmente?

—Nunca pensé que llegaría a este nivel. En temas de ingeniería informática, trabajar o dar una conferencia en la NASA es lo máximo porque es el centro de investigación que más potencial posee. Al igual que trabajar para Microsoft en las oficinas centrales de Redmond, que era algo impensable en mi vida.

“En temas de ingeniería informática, trabajar o dar una conferencia en la NASA es lo máximo, porque es el centro de investigación que más potencial posee”

—Desde la primera llamada que recibió para dicha conferencia, ¿qué fue lo primero que pensó?

—Al recibir esta llamada se te pasa por la cabeza muchísimas cosas. Hice una especie de recorrido desde que era más pequeño, desde que empiezas a estudiar, me acorde de mis padres... y dices, ¿esto puede estar pasando? Me sentí como que era una recompensa por todos los sacrificios que he tenido que hacer.

—¿Qué impresión puede dar de tal experiencia?

—No olvidaré nunca esto que me ha pasado. Al entrar a las instalaciones era como entrar a otro planeta. Todo era de ensueño, cosas inimaginables. Hay cosas que ni se pueden compartir ya que son de alto secreto. En mi recibimiento ya llevaba dos escoltas a mi lado. Fue todo para enmarcar y no borrar jamás de mi memoria.

— En lo referente a su confidencialidad, ¿tiene conocimiento de ciertas cosas que sorprenderían al resto de los mortales?

—Así es. Se asombrarían porque hay cosas que ni podemos imaginar o que nos creemos que podríamos crear y están ya más que desarrolladas.

—¿Cómo cree que se ha acogido su discurso? ¿Se ha sentido arropado?

—De forma magnífica. Mi director de Microsoft, mis compañeros, algunos voluntarios, en general, todo el mundo me dio la enhorabuena. Todos saben lo difícil que estar ahí. Después hubo un tiempo de preguntas y respuestas donde pude comprobar que la gente que estuvo allí se interesó en la explicación, algo de lo que me siento muy orgulloso.

— ¿Cómo ve el nivel de este tipo de ingenierías en España? ¿Hay una gran diferencia en comparación con EE UU?

—Particularmente en el campo de la ingeniería informática que hay en Jaén y Granada nos encontramos un nivel bastante alto. Son las bases que me han permitido a mí seguir formándome. Evidentemente en comparación con EE UU es otro nivel a lo que se refiere al desarrollo tecnológico o de innovación. Es un impacto brutal hablando en temas relacionados con investigación, de empresa... En definitiva, de todo.